Tiempo. Creo que eso era lo único que necesitaba para comprenderlo todo. Si una vez pude siendo tan pequeña, ahora también. Pero necesitaba tiempo. Para asimilar que aquella que me había abandonado me había transmitido unos poderes.
— He estado soñando contigo —dije en un susurro con miedo a romper el silencio que se había formado.
— Algo tuvo que salir mal, no debería recordarme —le dijo a mi padre antes de girarse hacia mí.
— ¿Qué es lo que has visto? —La curiosidad reinaba en sus facciones.
— Pues no mucho, solo son recuerdos nuestros. En uno estábamos en un bosque delante de una gran cascada, me contaste que descubriste ese lugar porque escuchaste a tu hermano hablando con su novia. Pero no recordé nada más. —A medida que hablaba una sonrisa iba adornando su cara como si estuviese recordando ese momento.
— Ese día celebrábamos la despedida del curso en el amparo, el lugar dónde se quedan los niños que no tienen familia en Sfera y no tienen con quien quedarse durante el curso. También es un orfanato para aquellos que han perdido a sus padres o ya no le queda familia con la que vivir ni allí ni en la Tierra.
Recordaba ese lugar, era donde quedábamos cada noche Bastian y yo.
Eso me hizo pensar, entonces ¿a mi ya no me quedaba ningún familiar en Sfera? O ¿también habían decidido abandonarme como lo había hecho mi madre?— Al terminar cada año, celebramos una fiesta de despedida. Muchos de ustedes no viven cerca aquí en la Tierra y no se pueden ver durante las vacaciones. En fin, ese día nos escabullimos de la fiesta. Quería llevarte a un lugar exclusivo y aprovechar para estar juntos antes de que te fueras durante todo el verano. Y te llevé allí, nunca había llevado a nadie y eso lo hacía más especial.
Pensé que había terminado, pero segundos más tarde me demostró que no.
— Creo que deberías saberlo… ese día nos besamos por primera vez. No sé qué cosas has recordado sobre nosotros, pero éramos novios. Y el otro día cuando vi que me reconocías, pensé que aún quedaba esperanza para nosotros.
Yo ya había supuesto que éramos pareja, pero oírselo decir, solo conseguía que creciese en mí la vergüenza. Vergüenza porque él ahora mismo era un completo desconocido con el cuál no sabía cuántas cosas había hecho o dicho.
— No puedo asegurarte nada Bastian. Yo no he podido controlar cuando vuelven mis recuerdos. Tampoco sé si alguna vez lo haré, y en ese caso, no sé si podré estar enamorada otra vez de ti. Para mí ahora mismo eso es inviable. No te conozco, no sé quién eres. Lo siento. —Si hubo algo que pudiese dolerme más en aquel momento era ver la cara que se le había quedado tras oír mis palabras.
Él no había pensado que tal vez yo no volviese a amarlo como una vez lo había hecho.
Me sentía responsable de su dolor. Así que decidí que ya era hora de irme a mi habitación para poder escapar del peso de la culpabilidad que poco a poco me estaba aplastando. Pero antes de poder ponerme de pie apareció el familiar dolor agudo que me dejaba sin habla. Aunque esta vez hubo algo diferente. Aún no me había desmayado, estaba segura de eso, podía sentir unas manos agarrarme y el latente dolor no mitigaba. Pero en la oscuridad que me proporcionaba mis cerrados ojos, pude ver a una mujer. Esto era muy extraño, nunca me había pasado. Los recuerdos venían después de desmayarme, no antes.
— Esto no es un recuerdo, Adelaida. —Fue entonces cuando reconocí a aquella mujer.
Había escuchado aquella melódica voz infinidad de veces.
Cuando era pequeña y echaba de menos a mi madre, me colaba a escondidas en la habitación de mi padre y del baúl sacaba las cintas de vídeos de cuando eran jóvenes.
Pasaba las tardes viendo una y otra vez aquellas viejas grabaciones, hasta que escuchaba a papá acercarse por el pasillo y entonces, apagaba todo. Pasé mi infancia imaginando una vida en la que ella formaba parte, y donde aquella voz de los diálogos que me había aprendido de memoria fuese la que me reconfortase en mis días malos. Años más tarde fui consciente de que la voz que añoraba en mis peores momentos pertenecía a la protagonista que los había provocado.— ¿Ártica? —Hacía muchos años que no me refería a ella como “mamá” —. ¿Qué es esto? ¿Qué estás haciendo?
— No tenemos mucho tiempo. Escúchame. Sé que te debo muchas explicaciones y te las daré, pero no ahora. Necesito que vengas a Sfera. Sé que no tienes tus poderes, pero no son necesarios. Hay otras formas de entrar que no sea atravesando el aro central. Es arriesgado, pero es la única manera. Hay un canal que conecta ambos mundos y no es vigilado por los caminantes, porque conecta con el bosque de los recuerdos. En él habitan las tinieblas, seres que jugarán con tus recuerdos. No lo permitas, acabarás perdida en el limbo de la locura. En el baúl de las cintas de vídeos dejé un libro que explica qué hacer si eso sucede. Cuando lleguen deben guiarse por el trisar de las aendras, ellas os indicarán el camino. Sé que tienes motivos para desconfiar de mí, pero no haría esto si no fuese necesario. Llevo semanas intentando devolverte tus recuerdos para poder contarte que...
— ¿Has sido tú todo este tiempo? —No la dejé terminar.
— Sí, no tuve otra opción. Tengo que irme ya. No tendrás que hacerlo sola, Bastian te ayudará, tengan mucho cuidado. —A medida que hablaba, su voz se iba escuchando más débil. — Te qui...
No conseguí terminar de escucharla. Había desaparecido. Pero creo que
lo prefería así, no aguantaría escuchar a la dueña de mis tormentos decir aquello que solo conseguiría derrumbarme. El dolor había desaparecido junto a su presencia. Así
que poco a poco fui abriendo mis ojos.Ante mí tenía dos caras totalmente perplejas y solo me bastó eso para saber que habían podido escucharlo todo.
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Holaa, ¿qué tal? Aquí les dejo un capítulo más cortito de lo normal, pero prometo compensarlo con los que vienen. Espero que estén disfrutando de la lectura.
¿Qué les está pareciendo hasta ahora?
En los próximos capítulos se vienen cosas interesantes!!
Besooos💞💞
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Sfera
FantasyEntre todas las vueltas que puede dar la vida, a Adela le tocó la más inesperada, cuando aparecen por primera vez sus repentinos desmayos. Y con ellos, él. El destino la hizo amar a Bastian, el chico desconocido de sus sueños ficticios. Y sin saber...