Mi querido Gai [KakaGai Day 2020!]

28

Sukea se acomoda en su lugar, apretándose un poco más cerca de Gai cuando este se gira y lo ve sobre el borde de sus largas pestañas curvadas.

Gai sonríe un poco cuando Sukea lo mira, cuando coloca una mano vacilante sobre su pierna y acaricia suavemente, insinuante, coqueto en un punto que incluso alguien tan distraído como Gai no puede ignorar.

Los ojos de Gai se abren grandes en sorpresa, una sonrisa temblorosa se asoma de sus labios y en un tono grave suelta un diminuto gemido de confusión.

— ¿Qué te parece si vamos a un lugar más solitario? — Sukea arrastra las palabras, su mano sube hasta tocar el pecho firme de Gai.

— ¿Más solitario? — sus cejas se hunden con las palabras y sus ojos curiosos miran sin miedo a su rostro — ¿Para qué?

Sukea se curva cerca, su mano deslizándose como un arañón sobre la tela verde, cálida sobre la otra piel.

— Quizá podríamos... — y antes de que Sukea termine su oración, Gai se aparta lentamente de su lado, sacudiéndose sus manos.

— Lo siento — dice apresurado y se pone de pie — No puedo, Sukea.

— ¿De verdad? — se ríe suavemente, el aire insinuante todavía vibrando al final de su garganta como el toque de una cuerda tensa — ¿Por qué?

— En realidad, ya me gusta alguien más — responde y traga nerviosamente.

— ¿Y tú le gustas? — Sukea levanta las cejas y Gai se encoge suavemente ante la cuestión.

— No — Gai suspira lentamente — Pero si voy contigo, te estaría engañando, y me estaría engañando a mí mismo.

— ¿De verdad? — Sukea se levanta también — ¿Tan importante es? ¿Tanto te gusta que no puedes divertirte un momento?

— Sí — los ojos de Gai se llenan de un renovado esplendor — Es importante. Incluso si él solo me ve como amigo, incluso si somos eternos rivales para siempre y nada más, es una persona maravillosa. ¡Y no puedo hacerle esto a mis sentimientos...! Ni tampoco a él.

— Ya veo — sopla decepcionado y mira con los ojos angostos a Gai levantar sus cosas y marcharse de ese lugar.

Internamente, Kakashi se siente conmovido. Emocionado. Sorprendido. Extrañamente cálido en algún lugar.

Quizá, la próxima vez que le preguntara a Gai, tal vez podría olvidar ponerse el disfraz.