Mi querido Gai [KakaGai Day 2020!]

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Kakashi no está de humor ese día, sin embargo, él sabe mejor que nadie que Gai no se rendirá. Él puede verlo entre el espacio de las calles, de pie, esperando a que Kakashi doble en la esquina para poder sorprenderlo como si todavía fueran unos niños brincando sobre los charcos de lluvia. Como nunca en realidad lo fue.

Él siente el impulso de marcharse, quiere guardar sus manos en sus bolsillos y darse la vuelta solo para poder formar un rostro desinteresado y un encogimiento de hombros para más tarde.

Sin embargo, Kakashi comprende perfectamente que no importa cuánto corra, Gai lo alcanzará, e incluso si Kakashi lo evitara por ese día, sin duda alguna Gai aparecería en algún momento el día de mañana, o el siguiente, o toda la vida. Era un pedazo de pasta rebelde atorada en su cabeza con la que simplemente no podía lidiar.

Suspirando y tragándose su aburrimiento Kakashi decide entonces caminar hacia él. Es más fácil de ese modo, es más fácil solo dejarse arrastrar y ceder antes de que Gai lo hiciera más complicado, antes de tener que escuchar su voz molesta y ofendida y tener que escapar constantemente del brillante molesto de su sonrisa.

En la esquina, cuando Kakashi da la vuelta, Gai aterriza delante de él y lo apunta bruscamente directo en la cara.

— ¡Te reto, rival! — grita Gai y cuadra los hombros con orgullo.

Más tarde, Kakashi se escucha a sí mismo reír a mitad de una carrera entre las calles de la aldea. La flojera se ha escapado a algún lugar y el corazón golpeando sus oídos lo hace sentir en su interior un extraño calor. Felicidad, tranquilidad, diversión.

Y Kakashi espera que Gai siempre tenga esa paciencia, que no importa que tan cobarde pueda ser ni lo mucho que pueda correr, Gai insistiría de esa manera.

Delante de Gai, Kakashi apresura el paso para superarlo. Rápido, más rápido, nunca lo suficientemente rápido. Todavía tiene la esperanza de que si va lo suficientemente lento, eventualmente las manos de Gai lo alcanzarán.