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Lo ve brillante y perfecto desde donde está. La sonrisa es fuerte y ancha, saludable, la lista de pendientes e invitados haciéndose cada vez más grande.

Es una tortura lidiar con los detalles de una boda apresurada en una vida que se ha vuelto un otoño gris. En el árbol del fondo, las hojas se vuelven rojas cada vez que lo encontraba ahí.

Kakashi lo observa en quietud y silencio mientras él cita en voz alta las cosas que necesita. Se ha vuelto imposible decirle que no, ¿alguna vez lo hizo? Por supuesto, y sin embargo, se sentía afligido de eso, completamente consciente de que resultaría ahora imposible desde la revoltura peligrosa de su interior.

El lazo partiendo de ambos se extiende y lo envuelve como un fuego brillante. Si pudiera entender él mismo lo que tiene en su pecho, no sabe si sería peligroso, o si solo sería un poco mejor.

Quería tomarlo en ese momento, quería arrastrarlo hacia el borde de una cama, al pasado, hacia aquel día que por primera vez se miraron.

Ah, muy bien sabía Dios lo que estaba pensando.

En su seguridad cálida, en la forma de su voz pronunciado su nombre, en la forma en la que se miraban, la sonrisa, como una acogedora y dulce neblina.

Era extraña la forma en la que ahora adora su franqueza como no ha adorado nada, la única honestidad en la que podía confiar. Esa verdad desnaturalizada, una humildad casi arrastrada e irracional. ¿Podría saber él cuanto lo amaba? ¿Podría ser honesto en ese momento? ¿Podría entender y encontrar algo de razón en ese sentimiento?

Ay, quizá solo era la locura dolorosa del enamoramiento, las fantasías volátiles de la ilusión y del amor.

Pero lo único que puede pensar es que quiere hacerlo todo antes de que se acabe el tiempo.

Siempre ha sentido un poco de vergüenza, dijo muchas tonterías durante tantos años que ahora se revuelven en su interior, castigándolo.

Pero ha pensado en estos días fuertemente, en el anhelo soso de una boda, pero más que eso, él piensa en los momentos que quiere crear, en los lugares que quiere visitar juntos, aquí y allá, solo por el placer de poder decir que estuvo ahí con Gai.

Se imagina los lugares donde podrían hacer el amor, la textura de la ropa, la forma en la que las piernas se abren, los muslos apretándose, la humedad, el sabor salado del sudor, la manera en que el cuerpo se balancea, la forma en la que las manos se tocan en la oscuridad, los besos, la invasión hirviente y escandalosa que lo hace suspirar y jadear.

Piensa que quiere llevar esos deseos más allá, que ahora mismo quiere arrancar esa diminuta lista de sus manos y llevarlo a la cama. Han esperado demasiado, ¿por qué tendrían que esperar más?

Ay, pero Gai es demasiado dulce e idealista. Romántico, desgarradoramente inocente y encantador. No podía hacerle eso, no es capaz de romper su hermosura con ese pequeño aire enranciado de ternura, atrapado en un sueño que contiene espuma y algodón.

Entonces se queda quieto y cierra los ojos. Tan ebrio de amor resulta insaciable y se siente loco.

Sonríe, probablemente todo pasará de todos modos, probablemente en la noche de bodas se desnudarán, se abrazarán en la oscuridad, las manos bajarán por el cuerpo en una caricia, y entonces sus piernas se enlazarían y...

Bueno, la lista en las manos de Gai todavía seguía creciendo, el calor en su interior tendría que esperar un poco más. 

Mi querido Gai [KakaGai Day 2020!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora