Me desperté al sentir la luz del sol contra mi rostro. Todo parecía una pesadilla pero sabía que no lo era, la cama estaba vacía y no había rastros de Peter en la habitación, su pantalón de pijama estaba en su lado de la cama. Entré al baño asegurándome de cerrar la puerta con seguro. Me di una ducha frotando mi cuerpo con más ímpetu del que lo hacía siempre; me vestí con un short y una playera de tirantes delgados.
¿Como en cuestión de minutos las cosas dan un giro inesperado y pasa de ser una noche agradable a una noche imposible de olvidar? Me senté en una de las sillas de la terraza, el mar parecía relajarme y el aroma era delicioso. Escuché la puerta cerrarse y mi cuerpo comenzó a temblar.
-Lo sentimos, pensamos que la habitación estaba vacía -respiré al notar que era una chica morena con el uniforme del hotel.
-No hay problema, pueden arreglar la habitación -le sonreí sabiendo que no había sido una verdadera sonrisa. La chica asintió y entró de nuevo a la habitación. Eran cerca de las diez y aún no había desayunado nada, entré a la habitación por el menú y lo solté al ver que Peter entraba en la habitación. Me observó de arriba abajo, pero no dijo una sola palabra; fue hasta el armario, tomó un par de cosas y se marchó sin preocuparse en cerrar la puerta con cuidado.
- ¿Está bien? -asentí recibiendo el menú que la chica me extendía, lo dejé en su sitio y volví a salir a la terraza. El tiempo pasó sin darme cuenta, en mi mente se reproducían las imágenes de lo que pasó la noche anterior, causando así un escalofrío en mi cuerpo; las mucamas me informaron cuando se marcharon. El viento acarició mi rostro, me abracé a mi misma dejando escapar un sollozo lastimero.
La tarde pasó y yo solo estaba perdida observando el paisaje que se extendía delante de mis ojos. Entré a la habitación por el menú, pero mi estómago estaba hecho un nudo así que solo tomé una botella de agua, y regresé a mi sitio.Recuerdo las palabras de mi padre diciendome que coma,le prometi que no recaeria otra vez pero no podia comer nada.
Me quedé profundamente dormida, desperté para encontrarme con que había oscurecido y solo las luces del hotel y las piscinas brillaban. Me coloqué un short y una playera que encontré entre mis cosas, sabía que no era un pijama pero era lo único que podía utilizar para sentirme cómoda. El reloj marcaba las once. Me deslicé entre las mantas abrazando la almohada.
Escuché la puerta cerrarse y sabia que se trataba de Peter; entró en la habitación haciendo el mínimo ruido, fue al baño y después se metió en la cama sin decir una sola palabra.
A la mañana siguiente, me levanté cerca de las nueve para encontrarme con la cama vacía. Hice lo mismo del día anterior: estuve en la terraza mientras las mucamas arreglaban la habitación. Cuando se marcharon me deslicé en la cama, estaba cansada y sabia la razón, pero aun sentía ese nudo en mi estomago que me impedía comer. Me quedé dormida nuevamente.
Una dulce caricia en mi mejilla me hizo moverme, pero no quería abrir los ojos. Hundí mi rostro en la almohada. Abrí los ojos al sentir nuevamente la caricia. En cuclillas estaba Peter que me miraba con expresión seria, me estremecí y solo volví a intentar dormir.
- ¿Te sientes bien?
-Si -contesté de manera cortante
-No creo que sea bueno que te quedes aquí encerrada -lo ignoré y volví a cerrar los ojos-, veo que te quedaras.
Escuché que salía nuevamente dejándome sola. Me levanté al baño y por una nueva botella de agua, bebí poco más de la mitad antes de volver a mi cama y acurrucarme, dejando que el tiempo pasara y pudiera volver a casa. La puerta se cerró de golpe y en unos segundos después sentí un par de manos ciñéndose en mis brazos, levantándome levemente de la cama.
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El trato que unio nuestras vidas . Laliter
Teen FictionPrologo Dos jovenes y un casamiento. ¿Seran capaces de afrontar la realidad y unirse en casamiento con tal de salvar las compañias de sus padres? ¿Lograran salvarlas? y lo mas importante... ¿Que pasara con esa union entre ellos?