Capitulo 47 "La quiero"

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La historia de Peter ..

Me desperté antes de que ella lo hiciera y me agrado la sensación de sentirla junto a mí. Había dormido con una gran cantidad de mujeres, pero jamás me había quedado con ningún hasta que esta despertaba siempre me iba antes. Era la primera vez que despertaba con una en mi cama y en mis brazos además de que con ninguna había disfrutado como lo había hecho la noche anterior, siempre me había concentrado en mi placer y la noche anterior por primera vez me había centrado en hacer que mi esposa disfrutara cada caricia y cada roce, era su primera vez y quería que fuera inolvidable además de que quería borrar cualquier huella de lo que había hecho un par de noches atrás. 

La sentí removerse antes de abrir sus ojos y ver esos hermosos orbes marrones que me estaban atormentando, unas palabras dieron paso a un par de caricias y estas a besos que nos llevaron a recordar los sucesos vividos la noche anterior, la hice nuevamente mía dejando que sus jadeos me despertaran por completo. 

Algo estaba mal,desde que estuvimos juntos no hacía más que esperar las noches para volver a sentirla. Me estaba comportando como un adolescente, no podía quitarle las manos de encima, algo que no le hizo demasiada gracia pero que tampoco parecía molestarla en realidad. 

El momento de regresar y enfrentarnos a la realidad había llegado, era momento de saber que podríamos sobrevivir en el mundo real, con esta farsa que estaba despertando sensaciones irreconocibles, pero debía de recordar que estos eran negocios y nada más, tenía que estar con otra chica para saber que lo de Lali era temporal, así que apenas estuviéramos en casa haría la prueba...

Cuando regresamos supe que era momento de volver a nuestras vidas habituales, volveríamos al trabajo y seria el momento de comenzar a tratar de vernos como un matrimonio, lo cual sería una tarea un poco complicada por nuestros horarios. Apenas llegamos a nuestra casa, nos encontramos con dos chicas y una mujer adulta que sabia serian las encargadas de que la casa estuviera siempre presentable. 

Me encanto ver el rostro sonrojado de mi esposa cuando entro por primera vez a la que sería nuestra habitación, nuestras cosas ya estaban ahora acomodadas en el enorme armario, ambos nos cambiamos y arreglamos para ir a nuestros respectivos trabajos, me deleite viendo como se arreglaba pero siendo cuidadosa de no exagerar, me gustaba su naturalidad. Tuve que cerrar los ojos para evitar llevar a cabo lo que mi cuerpo me estaba gritando, no podía permitir que ella me estuviera trastornando de esta manera, la vi marcharse al baño y sin saber porque la seguí 

—Bellísima—fue lo único que salió de mis labios, la vi sonreír de lado para después tomar mi corbata entre sus manos. 

— ¿Es que acaso Claudia es la que te arreglaba la corbata?— ahí fue cuando note que el nudo no estaba bien hecho, pero ella tenía la culpa, había estado más entretenido observándola para notar el detalle de mi corbata 

—Lo hacía yo, pero veo que tú querrás hacerlo 

—No te acostumbre Lanzani—dio un ligero golpecito en mi pecho, fue por su bolso y salió sin despedirse, ¿era una broma? La vi con las claras intensiones de subir pero se lo impedí primero me despediría como debía de ser. 

—No planeabas irte sin despedirte— la bese sin darle oportunidad a protestar, la sostuve al notar el efecto que estaba logrando, me separe lentamente, cada vez me costaba más trabajo mantenerme lejos—es solo para que me tengas presente. 

—El rojo te queda bien— señalo mis labios antes de juntarlos nuevamente en lo que solo fue un roce, subió a su auto y yo hice lo mismo, me limpie los labios para quitar la marca de nuestro beso, la seguí hasta ambos tuvimos que tomar caminos distintos. 

El trato que unio nuestras vidas . LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora