EPÍLOGO.

473 62 32
                                    

25 de febrero de 2002

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

25 de febrero de 2002.

Hola.

Esta es la última carta que haré.

Se supone que después de esto, mi corazón estará liberado de dolor.

Han pasado aproximadamente cinco meses desde la partida de ustedes dos. He asistido a un psicólogo para ayudarme a superar las pérdidas, al parecer, no soy tan fuerte como creía, pero quiero contarles que estoy mucho mejor ahora, después de esta carta, se supone que tienen que quedar como un recuerdo bueno en mi vida, tengo que dejarlos ir.

Por suerte, tengo a Dylan en mi vida. Sí, tengo novio. Me ha estado ayudando bastante en este lapso de tiempo, Duncan está mejor cada vez, y muy feliz con Diaval, así que no se preocupen, no estamos solos y nuestros corazones sanan poco a poco, aunque como todo proceso, lleva su tiempo.

Creo que es algo que realmente tenía que pasar, estoy feliz de que estén los dos juntos y quiero pensar que se están queriendo cada día más.

Les contaré un poco de lo que ha pasado en estos últimos días.

Margareth y la Sra. Vittelo se hicieron inseparables, el dolor de perder a sus hijos y sentir el mismo dolor las hizo que se unieran más que nunca. Ahora las dos viajan por el mundo, juntas y contando la grandiosa historia de amor que tuvieron, ¡hasta están pensando en escribir un libro para ustedes dos! Grandioso, ¿no? Quién lo diría. El mundo las ama y les muestran su gran apoyo, seguido nos llaman a Duncan y a mí para contarnos sus aventuras, todos los días los extrañamos, pero nos dejaron grandes enseñanzas de vida que nos ayudaron a ser más fuertes cada día.

¿Y qué crees? ¡Duncan y Diaval están comprometidos! Es una gran locura, me gustaría que estuvieras aquí, Anie. ¡Seríamos unas damas de honor, guapísimas! Estoy segura de que a Joe se le caería la baba de verte como dama de honor. Al parecer la boda será en unos cuantos meses, solo te pido que me acompañes en ese día tan especial, como la gran amiga que fuiste.

Yo, conocí a Dylan en un estudio, después de la muerte de ustedes dos, me di cuenta que tengo un amor al arte, me gusta pintar y se me da bien, así que decidí ir a clases de pintura. El primer día lo vi, sentado a un lado de un gran ventanal, pintando pacíficamente. Creo que no disimulé por qué su vista se encontró con la mía en segundos, y ahí comenzó nuestra historia de amor. Me conquistó más cuando hizo un retrato de mí, y soy feliz. Sabe de ustedes dos y sabe que tengo una gran idea sobre el amor verdadero, que gracias a ustedes aprendí.

Daysi también está bien, después de la muerte de Joe, traté de hablarle y estar segura de que estaría mejor. Hoy en día, somos muy buenas amigas, también consiguió novio, se llama Iddel. Es un chico muy carismático, Daysi se entrega cien por ciento a su amor, dice que le recuerda a Joe por sus pequeños chinos en su cabello, pero que nadie se compara a Joe, y que Iddel tampoco tiene comparación.

Lo ama cómo nunca, también cree en el amor desde que Joe se fue. ¿Lo mejor? Es que está en espera de un bebé, es niño y quiere ponerle Joe, como el chico que le robó el corazón y se marchó dejándola con un gran sabor de amor en la boca. Iddel está de acuerdo, de hecho, ¡amó el nombre!

Así que será un buen año, una boda y un nacimiento. Solamente falto yo de decidirme cuál será mi mejor noticia, pero no hay que apresurar las cosas, quizá aún no es mi momento.

Y aunque como hay noticias buenas, también hay noticias malas.

Esta vez les hablaré de Ester ... creo que fue la que peor se tomó las cosas, creo que casi nadie habla de ella, pero con la muerte de Anie se sintió destrozada, sintió que era su culpa y que nada podía arreglarse, tuvo problemas de salud y se descuidó muchísimo, hasta tuvo un intento de suicidio, pero todo está mejor hoy, no sufrió heridas graves, su mamá llegó a tiempo para salvarla, y fue peor cuando se enteró de la muerte de Joe, la llevaron a un hospital y estuvo internada mucho tiempo, después la llevaron a un psicólogo, estuve con ella un tiempo, quería que supiera que no era su culpa lo que había pasado, que realmente era algo que tenía que pasar, le dije todas las cosas buenas que estarían viviendo ustedes dos ahora, y que realmente no estaba sola. Ha estado mejor y me ha agradecido profundamente mi compañía, es buena chica, solamente cometió un error y creyó que era el fin del mundo.

Todos sufrimos de maneras distintas, y aprendemos a superarlo de maneras distintas.

Los sigo visitando diario en la playa donde descansan, no he dejado de extrañarlos ningún día. En un futuro, cuando tenga hijos con Dylan les contaré la grandiosa historia de amor que tuvieron, no dejaré que su recuerdo muera, llevaré a mis pequeños a la playa, y será una gran inspiración para ellos, así lo imagino, y lucharé porque eso funcione.

Gracias por enseñarme a ser mejor persona.

Gracias por hacernos ver la vida de diferente manera.

Gracias por demostrarnos que el amor existe.

Gracias por la amistad verdadera que me dieron los dos.

Gracias por...todo. Absolutamente todo.

Me encanta creer que sus corazones están completos, que disfrutan la compañía del otro. Hay una frase de Robert Brault que leí y siempre pienso en ustedes al leerla o escucharla, es la siguiente:

"Al final, las almas gemelas se encontrarán, porque tienen el mismo escondite".

—Robert Brault.

Joe, quiero decirte que después de tu muerte, ayudé a tu mamá a limpiar tu habitación. Sacamos algunas cosas para darlas a la caridad, y encontré tus cartas. Encontré cada una de tus cartas escondidas en una pequeña caja que tenía recuerdos tuyos y de Anie.

Margareth y yo lloramos juntas al leerlas, gracias por preocuparte por mí y tratar de que estuviera mejor, gracias por ser como un hermano para mí.

Todas las cartas y recuerdos de ustedes dos, están muy bien guardados, ayudarán a la Sra. Vittelo y a Margareth en el proyecto que quieren hacer juntas, pronto más personas sabrán del eterno amor que se tuvieron. También, encontré aquellas bolas de papel de cartas no terminadas, todas con dedicación para Anie, sabías que volverías a verla.

Lo que más nos conmovió, fue aquella nota en tu celular, tus últimos momentos con vida, estoy segura que pensaste en Anie hasta el último momento en que respiraste.

Tenías el presentimiento de algo mejor, sabias que tendrías un nuevo comienzo, por eso te fuiste en paz y feliz, y eso me tiene tranquila a mí.

Y bueno, creo que eso es todo.

Esta es la última carta que escribiré para ustedes. Continuaré con mi vida y mantendré vivo el recuerdo de los dos.

Cualquier buena noticia que llegue, los tendré al pendiente.

Gracias por ser unos increíbles amigos.

Los amaré por toda la eternidad Anie y Joe.

Hasta luego, sigan amándose como siempre supieron, hoy sus corazones no son novecientos noventa y nueve trozos, hoy se encuentran juntos, y sus corazones se complementan con un gran abrazo, siendo así, mil trozos.

—Con cariño, Lauren Luján.

FIN.

999 trozos.[DISPONIBLE EN AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora