Gerardo✝️[Andy Biersack]

Gerardo|Capítulo 32✝️

La noche antes de navidad.

Carlos, Liam y su madre, preparaban la cena más especial del año. Solo ellos la disfrutaban, pues no había más familia con quién pasarla y el hombre que decía ser su "padre" se la pasa ebrio en las calles y pocas veces se le veía en la casa.

Ambos hermanos eran adolescentes. A Carlos le gustaban los libros, trabajaba ayudando al dueño de una ferretería para poder comprarlos, mientras a Liam le gustaba estar en las calles, salir con sus amigos y fumar  en exceso.

Casi siempre la familia estaba separada, pues la mujer trabaja todo el día para que sus hijos pudieran tener comida sobre la mesa, así mismo para que pudieran estudiar, pero ese día, sin falta todos estaban juntos.

—Carlos ¿podrías dejar ese libro un momento y ayudarle a tu hermano a poner los manteles por favor?—dijo su madre mientras preparaba los platos para llevarlos a la mesa.

El niño giró los ojos dejando el libro sobre el sillón y se levantó para acatar las órdenes de su madre.

—Te tardaste demasiado—dijo Liam poniendo el último mantel—. Ya terminé.

—Igual no quería ayudarte—contestó Carlos sentándose en una de las sillas con una sonrisa burlona.

—Callaté—le respondió el castaño ocultando una sonrisa, aunque pareciera enojado nunca podría pelearse con su hermano siempre se protegían el uno al otro.

—Callaté tú—respondió el rubio de la misma manera.

—¿Ya están peleando?—dijo su mamá con dos platos, uno para cada quién.

—El adoptado me molesta—bufó Liam.

—¿Adoptado?, si eres tú quién ya nos rebasó en la estatura a todos, a mí no me engañas—mencionó Carlos mientras metía un bocado de comida a su boca.

Su madre río con ternura sentándose junto a ellos.

Liam iba a contestar, pero la puerta abriéndose de golpe lo detuvo. Su padre entró, como de costumbre, apestando a alcohol.

—Fui a comprar una botella a la tienda que está en la esquina y me dijeron que no iban a fiarme más pues un mocoso había robado una cajetilla de cigarros—dijo el hombre mirando a Liam con una expresión que causaba terror.

—Adam...—dijo su mujer temblorosa—. ¿Podrías dejar esta discusión para otro día?, es navidad y...

—Tu cierra la boca si no quieres que te la cierre de un golpe—gritó su esposo—, y tráeme de cenar, sirve para algo.

—No le hables así a mamá—susurró Liam con la mirada baja.

—¿Qué dijiste?—su padre se acercó a él furioso.

—Que no le hables así a mamá...

—Muy valiente ¿no?—el hombre tomó al niño por el brazo de un estirón.