¡¿Mi Padre?!

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Hace una hora que Sasuke y Kakashi salieron de la aldea para hacer la misión que les fue asignada.

Naruto esta en su oficina sentado tras su escritorio, su furia ya había pasado por lo que se encuentra pensativo.

(Tal vez se me paso un poco la mano mandándolos solo a ellos dos a esa misión. –el rubio chasqueo la lengua sintiendo un cargo de conciencia. –Seguro ambos podrán con eso. No tengo porque preocuparme, después de todo esos dos son dos de los mejores ninjas de Konoha, incluso juntos son mejor que un escuadrón ANBU) –el rubio asintió dándose la razón a si mismo, y se dispuso a seguir su tortura personal: seguir leyendo papeles.

Enserio el rubio se arrepiente de todos los corajes que les hizo pasar al tercero y quinta Hokage, porque esta seguro que ahora que es Hokage las pagara todas juntas.

La puerta fue abierta haciendo que el rubio levante la mirada con fastidio viendo a Suigetsu entrar con esa sonrisa socarrona adornando su rostro.

- ¡Hola Narutin-sama! –exclama de forma enérgica y amigable al momento que alza su mano derecha en son de saludo.

- Suigetsu. –lo llama con cansancio. –Me temo que tenemos que suspender el juego de cartas que te prometí para este día. Tengo mucho trabajo.

- Pero si hasta traje las cartas. –dice decepcionado mostrando que en su mano izquierda sostiene un juego de cartas.

- Lo sé amigo, pero trabajo es trabajo. –dice resignado.

- Pero si eres el Hokage, el fregón de la aldea, ¿por qué esclavizarte trabajando?... Además por mucho trabajo que uno tenga es bueno tomarse un descanso, para así trabajar con mas ganas cuando se tome mmm… no sé, unas tres horas de descanso. –Suigetsu agita de arriba abajo sus cejas de forma insinuante.

- Suigetsu, eres mala influencia. –dice con seriedad. – ¡Pero tienes razón! –exclama emocionado y alzando sus brazos y Suigetsu amplia su sonrisa dejando ver sus puntiagudos dientes.

- ¿Cervezas? –pregunta con diversión mostrando que en su otra mano sostiene un six de cervezas en lata.

- Se supone que no debería ingerir alcohol cuando estoy trabajando. Eso daría una mala imagen de mí. –dice pensativo, pero su mirada se desvía hacia esas cervezas y agua se le hizo en la boca al ver lo fresquecitas que están, con este calor que hace se ven más antojables.

- Tsunade-sama lo hacia. –dice insinuante, agitando nuevamente sus cejas de arriba abajo. –Además ¿Quién juzgaría al Hokage? ¡Al fregón de fregones de la aldea!… ¡Yo no lo haría! Porque para mí como para todos los demás aldeanos y ninja mi Hokage es la ley. –dice de forma heroica, conmoviendo al rubio por sus palabras, hasta ganas de llorar le dieron.

- ¡Tienes razón Suigetsu! ¡Trae acá esas cervezas, barajea esas cartas y repártelas dattebayo! –exclama enérgico.

(Nombre si soy peor lava cerebros que Madara) –La sonrisa socarrona del peliblanco se amplio y su mirada brillo traviesa.

Una hora saltando por las ramas de los arboles y ambos ninja ya van saliendo del país de Fuego, y la razón es que Sasuke ha ido saltando a toda velocidad, quería llegar lo mas rápido posible a la aldea de la arena para terminar antes esa misión, se ha propuesto acabar mucho antes la misión que le han asignado.

Aprendiendo de nuestros erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora