27. Entre el caos y la felicidad

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Un estallido hace que mi cabeza salte sobre el pecho de Dimitri... Un momento... ¡¿Pecho?!... Me quede dormida sobre su pecho... ¡Padre santo!... Su blanca camisa está algo mojada, no estoy segura si fueron mis lágrimas o si lo he babeado todo.

Me salgo de la cama lo más rápido posible y luego me asomo por la ventana, el sol aún no ha salido y... ¡Oh, padre santo!... ¡Hay varios cuerpos tirados en el jardín!... ¡¿Qué está pasando?!

Más disparos empiezan a escucharse dentro de la mansión, los gritos de las mujeres de servicio y los sonidos que producen varios muebles al caer pueden escucharse muy cerca; incluso Dimitri empieza a despertarse algo soñoliento.

«¡¿Qué estoy haciendo?!... ¡Es mi oportunidad para escapar de este lugar!».

—¿Qué pasa? —Dimitri abre los ojos y lo primero que hace es ver la hora desde su plateado reloj de pulsera—... Apenas son las 3:45 am—vuelve a cerrar los ojos y se duerme... ¡Genial!, es de sueño pesado.

... Pero la felicidad no duró mucho.

Luego de escuchar otros disparos Dimitri se levanta de la cama con una cara de espanto y gritando:

—¡El Diablo! —y al verme correr hacia la puerta me grita enfadado—. ¡Ey, Inocencia!

Al intentar girar la perilla de la puerta él logra sujetarme por el brazo y de inmediato termina jalándome hacia él.

—¡¿Estás loca?!... Una bala podría alcanzarte.

—¡Dimitri, suelt...! —me interrumpe el estruendo que hace una patada sobre la puerta—. ¿¿Delancis?? —aparece armada y apuntando contra Dimitri—. ¡Delancis, ayúdame! —grito de auxilio, esto hace que Dimitri me presione entre sus brazos y retroceda un par de pasos conmigo como rehén.

Ese frio y filoso acero que siento en mi garganta es una navaja..., es la misma navaja que utilizó ayer.

—Quita tus manos de mi hermana, imbécil... —Delancis usa un tono frio y unos amenazantes ojos sobre Dimitri.

Un momento...

¿¿Hermana??...

¡¿Ella se refirió a mí como su hermana?!

—¡¿Tu hermana?! —Dimitri suelta un par de cínicas carcajadas—. ¿Como puedes estar tan segura de eso, Delancis?... Inocencia tiene más posibilidades de ser una Paussini.

—Estoy completamente segura —dice viéndome a los ojos.

Cierto..., los resultados... ¿dieron positivos?... ¡¿Significa que soy una Hikari?!

Por fin tengo una familia que se preocupe por mí... Y yo que llegue a pensar que nadie vendría por mí, que a nadie podría importarle mi desaparición.

«Oh, señor... Nuevamente estoy llorando..., mis ojos arden de lo hinchado que están».

—¡Suelta esa navaja! —tras Delancis otro hombre grita con mucha energía, él da varios pasos hacia enfrente y se deja ver mejor, este hombre es... ¿¿el detective Kross??... ¿Cómo es que todos han dado conmigo?—. ¡Señor Paussini, queda arrestado por el secuestro de Inocencia Trevejes y por ser principal sospechoso del secuestro contra el señor Ermac Hikari!

—Voy a cortar el cuello de esta mujer si no bajan las armas —dice en un tono sonriente y maniaco—... tranquila, no lo haré —es lo que me susurra al oído y luego grita—. ¡Largo, abran paso!

Aprieto mis ojos y mis lagrimas brotan entre mis parpados.

—Dios te salve María; llena eres de gracias... —recito casi susurrándome, como de costumbre vuelve a aparecer aquel tic nervioso que nunca olvida salir a flote.

De Monja A MafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora