Una Nochebuena en Inglaterra es para pasarla en familia, es parte de las costumbres y en él siempre aguardarán momentos memorables.
Jamás podría olvidar aquellos recuerdos que yacen en mi memoria desde la infancia, esas noches de cada 24 de diciembre, cuando todo el monasterio se reunía para leer los misterios de la Navidad. Recuerdo aquella capilla adornada con flores de pascua, el olor agradable a pino que emanaba de un árbol de navidad que era alumbrado todos los años con las mismas luces multicolor. Todas esperábamos sentadas frente al altar para escuchar las lecturas de la madre superior y luego de terminar con todos los misterios, regresábamos a nuestras habitaciones, directo a dormir. Recuerdo lo mucho que apretaba mis ojos intentando dormirme rápido, después de todo, al día siguiente era navidad y moría por abrir los regalos que llegaban junto a las otras donaciones, regalos que eran compartido con las demás niñas que vivían en el monasterio. Era hermoso, despertar un 25 de diciembre y compartir los juguetes entre todas... Hermosos momentos familiares, esas monjas y esas niñas fueron mi primera familia, y por tal razón nada podría hacerme olvidarlas.
Ahora formo parte de otra familia, una que parece estar obligada a conservar las tradiciones y a mantener vivo el espíritu de la navidad; por tal razón, esta tarde estamos todos reunirnos en el salón con la chimenea, el objetivo es: decidir que hacer esta nochebuena.
—¡Antes que nada, familia! —doña Murgos levanta la voz logrando la atención de todos—... Si van a salir a algún lugar en el exterior, que por lo menos cuente con una cafetería donde pueda permanecer caliente.
—Cierto, el frío hace que tu rostro se arrugue como pasa —le confirma Ermac.
—La vejez es muy extremista conmigo, hijo.
—Lo sé madre, la frente se te arruga tanto, que los sobreros te los tienes que poner como rosca —Ermac usa un tono burlesco junto con unas muecas graciosas, nos ha hecho reír.
—¡Insensato! ¿Cómo te atreves a burlarte de tu madre?, soy la mujer que sufrió al parirte —la doña exclama algo avergonzada y aún así las risas no cesan.
—Ok, ya —Valen trata de calmar sus ataques de risas—... ¿Qué tal si vamos a ver una película navideña? Ahora mismo está en cartelera «Buscando a Santa Claus».
—¿Y de que trata? —le pregunta Ermac.
—De un perro que entrena para ser ninja —Lottie le responde con mucha indignación y el resto reímos nuevamente por tal ocurrencia.
—¡No pienso volver al cine con tito Alexis! —exclama la pequeña Marisol con cierto disgusto—La última vez que fui con él nos sacaron de la sala porque lo encontraron tomando sopita china en media película.
—¡¿En serio?! —Delancis le pregunta con mucho asombro y en tono burlesco.
—Sí, la llevé preparada. Es que me gusta comer comida china mientras veo películas..., lo siento —responde Alexis y enseguida Marisol asiente aun frunciendo el ceño.
—Bueno, si Marisol no quiere ir al cine, entonces nadie va —todos se muestran de acuerdo con la decisión de Delancis—... ¿Y si vamos a patinar en la pista que está a un lado del Tower of London? Al lado hay una cafetería, así los mayores podrán pasar un rato agradable mientras el resto está patinando.
La opción es aceptada por todos.
Y así nos ponemos en marcha, bajo un dorado y rosáceo atardecer que se deja apreciar a través de las oscuras ventanas del auto de Valen. Confieso que aún estoy algo asustada, cada vez que salgo al mundo exterior algo malo pasa, pero bueno..., esta vez estoy junto con toda la familia; no puedo obviar que me incomoda la presencia del tío Yonel..., lo tengo sentado a un lado, junto con aquella aura oscura que le caracteriza.
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De Monja A Mafiosa
HumorInocencia es una mujer que fue criada en un monasterio y quien más tarde se convirtió en monja. Esto no le duró mucho, ya que unos días después fue expulsada al ser descubierta rompiendo su voto de castidad. Antes de irse del monasterio recibió inf...