CAPITULO 24: FURIA SANGRIENTA

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Naruto caminaba por la oscuridad del bosque en silencio. Tres de sus clones lo seguían levantando trozos de leña para la fogata del campamento. Pensaba, reflexionaba, tal vez debería haber vuelto antes a Konoha. Un oscuro presentimiento le rondaba en la mente desde la mañana. Estuvo tentado varias veces con usar la invocación de sapos y llegar a la aldea en pocos minutos. Se comería su chakra ese jutsu, pero siempre podría usar el del Kyuubi mientras tanto. Sus cuerpos del Rinnengan….tal vez debería haber enviado un par de ellos para asegurarse que nada ocurría.

-je, buena idea –se dijo a sí mismo- pero resulta que ni clones podía hacer por el descontrol de chakra que cargaba. Por suerte gracias a Temari, lo solucione.

¿Usar Hiraishi no jutsu? En ese estado calamitoso tampoco era opción. Tal vez terminaría apareciendo en China sin escalas.
Los que nos lleva a la cuestión inicial: ¿Por qué no trasportarse justo ahora y acabar con las dudas? Y la respuesta estaba frente a él, preparando la cena, con una sonrisa tan cálida que derretiría corazones.
Naruto llego y dejo la leña a un costado. Se sentó en un tronco a descansar y observo con atención a su estudiante. Estaba cansada, se había esforzado demasiado últimamente y le pasaba factura a su cuerpo.

Hanabi revolvía con entusiasmo el cálido contenido de la olla y le agregaba algunos hongos silvestres. Se la veía muy feliz en esa sencilla tarea, una de las pocas veces que dejaba de lado ese porte de Kunoichi temible, y se parecía más a una jovencita común y corriente.
Desde el comienzo del viaje, cuando les tocaba acampar, era Hanabi quien cocinaba todo el tiempo. De ser por Naruto, seria de puro ramen la dieta del viaje. Era cuando la niña solía reprenderlo, indicándole que debía comer verduras y alimentos más variados.

-solo ramen, solo ramen, solo ramen –se quejaba Hanabi- su esposa tendrá graves problemas con usted Naruto-sensei.

Naruto solo le sonrió, se la veía tan contenta, el viaje los había unido más allá de la relación "maestro-alumna". Este viaje lo unía en amistad.

-en dos días llegaremos a casa Hanabi-chan –aseguro Naruto recibiendo de ella un tazón de alimento- tendrás tiempo para descansar al fin.

-bueno….si –dijo ella sirviéndose su comida y sentándose junto al rubio en el tronco- pero me agrado mucho viajar y conocer el mundo con usted, –sonrojada- haber aprendido tanto.

-debes volver a tu casa orgullosa, -declaro Naruto- llenaras de honra a tu familia. De eso no tengo dudas –sonriéndole

-perdóneme sensei –dijo de pronto la niña y bajo la vista

-¿perdonarte? –Sorprendido- no veo por qué.

-se muy bien que usted está ansioso por regresar, –seria- pero retrasa nuestro regreso porque estoy muy cansada y no podre defenderme si me someten a un examen en mi casa.

Naruto gruño, a veces olvidaba que Hanabi era muy inteligente, había aprendido a conocerlo en esos meses y ahora, lo veía trasparente.

-tengo dudas, -admitió Naruto- la ultima…"prueba" que te hicieron te dejo muy malherida. Odiaría tener que trapear el piso con todos ellos si te ponen un dedo encima.

Hanabi sonrió, comieron en silencio algunos minutos y ella dejaba ver un sonrojo en las mejillas cada vez que lo miraba disimuladamente.

El Regreso de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora