— No reconoce sus errores porque para él, todo lo que hace está bien. Es un muy mal tipo. Debería haber dejado el tema desde el momento en el que supe que me fue infiel — terminó Ryala.
Habían pasado cinco minutos desde que empezó a desahogarse, a explicarles todo lo sucedido desde el primer momento en el que conoció a Jonathan. Tenía tanta necesidad hablar y explicar que ninguno fue capaz de pararla, ya que al hacerlo, sentían que se liberaba de esa angustia que contenía dentro.
Los tres chicos la escuchaban atentamente mientras tomaban unos refrescos, e iban haciendo breves aportaciones a su explicación, dándole la razón, preguntando dudas, reforzando sus argumentos y apoyando sus quejas.
Tras esas últimas palabras, los chicos se quedaron sin habla.
— Espera, espera... ¿Te fue infiel? — preguntó Horacio después de varios segundos de impacto.
— Sí... Con una chica que era amiga cercana mía.
— Está fuerte el asunto... — comentó Rubius. El chat estaba en modo Rubiuscomfy escuchando la profunda historia de la chica y enterándose del chisme.
— Y ni siquiera acabaron juntos. Ella le dejó porque también le fue infiel, y supongo que así le van las cosas hoy en día y le irán, porque es incapaz de ver que lo que está haciendo no está bien — continuó ella.
— Pues no te preocupes por él. No debe importarte ni lo más mínimo si él no lo hizo por ti — dijo JJ.
Ella suspiró y le dio la razón.
— ¿Ha sonado muy ligón? — rió Rubius.
El chat se llenó de emotes que lo confirmaban.
Cuando los chicos terminaron sus bebidas, dos de ellos, los veteranos en la ciudad, se apuraron en irse ya que tenían que irse a trabajar. Sin embargo, Jay decidió quedarse con ella.
— ¿No tienes trabajo? — preguntó ella. Rió al notar el tono borde de su voz —. Perdón, perdón por ser tan directa. Ha sonado muy frío, no era mi intención.
— No, no, no te preocupes — respondió él entre risas —. Y qué va, no tengo. Soy nuevo en la ciudad y estoy viviendo un tiempo con Gustabo hasta que pueda pagarme una casa o un piso.
— ¿Te gustaría trabajar aquí? — le preguntó ella.
Rubius se sonrojó.
— Uy... ¿Qué decís vosotros? — le preguntó el streamer a sus espectadores.
Todos, absolutamente todos, le dieron el visto bueno. Todos vieron una oportunidad genial para que el ship, creado el día anterior, se hiciera real.
— Si no te importa... Es que tampoco quiero molestar... — dijo Jefferson.
— ¡No molestas! De hecho no trabajo con nadie, y harías mi turno más ameno. Solo tengo a mi suplente y se presenta únicamente cuando no estoy o hay mucha clientela — insistió ella alegremente.
En ese momento, Jay Jefferson pasó de estar sentado frente a la barra, a atender a los que estaban ahí.
Los primeros clientes fueron unos dependientes a los que Ryala ya conocía. Por el tono tan familiar que compartía con ellos, JJ dio por supuesto que la chica conocía a a la gran mayoría de sus clientes y tenía muy buena relación con ellos. Era muy sociable.
— ¿Es tu novio? — preguntó uno de ellos, señalando al chico. Rubius rió.
— Es mi nuevo compañero — corrigió ella rápidamente.
Pidieron unas bebidas y mientras JJ las servía, ellos se quedaron hablando con Ryala de algo de un casino y de sus propietarios. Poco después sirvió los dos cócteles, los clientes se detuvieron un momento para probarlos y saborearlos, y siguieron hablando como antes. Si no había quejas, significaba que había quedado bien.
— ¿Y dices que ahora lo lleva Leia? — preguntó Ryala. No sabía a quién se referían, pero Jay siguió la conversación de todas maneras.
— El hermano lo dejó hace una semana o así — respondió uno de ellos.
— Te equivocas James. No eran hermanos, eran primos — corrigió el otro.
— Da igual quién o qué fueran. A mí la que me importa es Leia.
— No te tendría que importar. Se lió con tu novio.
Rubius se quedó boquiabierto por las palabras del chico. Y su audiencia también, todos se habían quedado helados.
— Qué bestia eres Carlo, ten más tacto al decir las cosas — le regañó el otro. Jay ya conocía los nombres de ambos.
— No importa chicos. Dejadlo estar, ya pasó. No tengo nada más que hablar con ella, me traicionó, y aún con esas la advertí de que Johna no era de fiar. Aunque gracias por informarme — finalizó la chica. Era notorio, se sentía muy incómoda al hablar de eso.
Los dos chavales se despidieron un minuto después de finalizar la conversación, el silencio incómodo les había obligado a hacerlo.
— Es casi hora de cerrar, ayúdame a limpiar, por favor — dijo ella, ya cogiendo los utensilios. Jefferson lavó los platos y vasos.
Ryala suspiró al acabar.
— Puedes irte con tus amigos — habló ella desanimada —. Bueno, espera, antes te pago por hoy. Te pagaré diariamente, que así si necesitas dinero te va mejor.
— Vale, pero quiero quedarme contigo — dijo JJ. Ryala se detuvo por un momento.
— ¿De verdad?
— ¡Claro! Necesitas animarte.
Ella lo abrazó. Rubius activó su cámara (pues durante el rol solía quitarla para que su audiencia se centrara más en la historia) para que todos sus seguidores pudieran apreciar su cara de emoción. Ese momento tan tierno lo había logrado cautivar incluso fuera del juego.
Jefferson también la envolvió entre sus brazos, y pasaron unos segundos de esa manera, para que así Ryala supiera que estaba a salvo junto a él.
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gta roleplay | rubius
Fanfictionempezó siendo parte del juego, pero poco a poco, se iba dando cuenta de que sentía algo más por ese píxel, sin siquiera conocer a la persona que había tras este. - 2ª en #rubius 30/8/20 - 1ª en #elrubius 10/11/20 - 1ª en #rol 19/12/21 - 2ª en #auro...