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Estaba nervioso, muy nervioso.

Mientras esperaban la cena aprovecharon para hablar sobre el vídeo que grabarían al día siguiente. Raúl sugirió utilizar la aplicación de preguntas sobre Youtubers que utilizó en los vídeos con 8cho, esta vez haciéndose preguntas de ellos, es decir, Auron contestaría las de Rubius y al revés, e idear un castigo parecido al "palomo cojo". A Rubén se le ocurrió más épico, un vlog de retos en Barcelona, algo épico como lo que solía hacer. Y aunque consideraron la idea del malagueño la mejor optaron la del catalán, pues no disponían de tanto tiempo como para idear ni llevar a cabo tantas cosas.

Las pizzas llegaron poco después de idear el vídeo, y acordaron que harían un batido de cosas asquerosas en vez de un bocadillo.

— Bueno, ¿qué me tenías que decir? — preguntó Raúl, con una porción de pizza en la mano.

Rubén estaba nervioso. Inspiró y expiró, se pausaba y repetía. No le salían las palabras.

En ese momento se puso a pensar en si era buena idea decírselo o no, pero ya era demasiado tarde para dudar.

— Eh, Rubén... — dijo el catalán. Él le miró, había notado su nerviosismo. Sin embargo no le dio importancia, y al contrario, mostraba una mirada tranquila, cosa que le calmó —. Tranquilo, tómate tu tiempo.

Asintió. Empezó a comer y después de un trozo de pizza le dijo:

— Te lo voy a explicar ya, porque a este paso se me va a quitar hasta el hambre.

Le habló de todo, lentamente y con detalle. Lo soltó absolutamente todo, y su amigo lo escuchó sin interrumpirlo más que para aclararle algún punto que no entendía.

— Pues me alegro mucho por ti, ¿pero por qué no querías contármelo? — dijo Raúl volviendo a comer.

— Pues porque hasta a mí me parece precipitado.

— No tiene por qué serlo. Si te gusta, te gusta, no se le puede hacer nada. Mira, grabaremos el vídeo por la mañana, ¿vale? Y así tienes toda la tarde y noche para quedar y estar con ella.

— Vale... Gracias tío.

— Más faltaría, para eso estamos. Anda, come que se enfría.

Se acabaron las pizzas, y mientras hablaban de otros temas como el rol, los vídeos, streamers y más cosas. Acabaron, y Raúl dijo:

— ¿Hoy no haces stream? Puedes hacerlo en mi estudio si quieres.

— No tenía pensado hacerlo — contestó —, siéndote sincero tenía pensado hablar con Rihanna.

— ¿Tienes su número?

— No, no lo tengo. Es por eso que voy a entrar al server desde el portátil y voy a hablar con ella fuera de rol, quiero escuchar su reacción — dijo con una sonrisa.

— Es muy buena idea — rió —. Pues no te molesto más, yo me voy a jugar al Fall Guys, si necesitas algo estoy en la habitación. ¡Ah! Y no te quedes en el sofá, eh, tienes el cuarto de invitados.

— Vale, gracias Raúl.

— Otra vez... Que no me las tienes que dar, es lo que haría un amigo. Anda, ven aquí, no me seas tonto — dijo abriendo los brazos para abrazarlo.

Ambos rieron y se dieron un breve abrazo.

Rubén cogió su portátil, se dirigió a la habitación y se puso el pijama mientras el ordenador se iniciaba. Vio cómo su amigo se lo había preparado todo, había mantas y varias almohadas para que eligiera la que más cómoda fuera para él y que se sintiera a gusto.

Se conectó rápidamente al servidor, antes volviendo al comedor pues recordó que no se trajo el ordenador a casa de Raúl la última vez que vino, por lo que no tenía la contraseña del internet.

— ¡Te pilló el wifi! — gritó Rubén desde el comedor.

— ¡Vale! — respondió Raúl riendo desde la habitación —. ¡Dice Reborn que te salude de su parte, y Perxitaa!

— ¡Mándales saludos de mi parte!

— ¡Pero si tú no mandas saludos, Rubius!

— ¡Anda, cállate! — dijo entre risas.

Cerró la puerta de su habitación, conectó sus auriculares y entró al servidor.

Había llegado el momento.

JJ, Rubén, tomó su teléfono y llamó a Ryala.

— ¡Jefferson! ¿Cómo estás mi amor? — habló la chica al otro lado de la 'línea'. El chico sonrió al escuchar su voz. La había echado de menos, y no hacía tanto desde la última vez que la escuchó.

— Tengo algo muy importante que decirte. ¿Dónde estás?

— JJ, me asustas... Estoy en mi piso.

— No es nada malo, tranquila, estoy cerca y voy para allá, llego en nada. Te quiero.

Colgó y se dirigió lo más rápido que pudo a casa de la chica. No quería que sospechara, por lo que trató de mantenerse dentro del rol durante la llamada para así sorprenderla aún más después.

Ryala le abrió la puerta y lo recibió con un beso. Se sentó en el sofá.

— Dime, ¿Qué querías contarme? — preguntó ella.

No contestó. Estaba muy nervioso.

— ¿Estás bien? — insistió.

— Rihanna... Necesito hablar contigo fuera de rol — dijo finalmente.

— Espera, espera... ¿Cómo me has llamado?

— Rihanna.

— ¿Por qué? — rió ella.

— ¿Cómo que por qué? — contestó él, también riendo.

— Pues eso, ¿por qué me llamas Rihanna?

— Porque te llamas así, ¿por qué si no?

— Rubius, yo no me llamo Rihanna — rió de nuevo, esta vez confusa.

— ¿Cómo? — preguntó, también confuso — ¿Me engañaste en cuanto al nombre? Ya decía yo que...

— ¿Cuándo te he dicho yo que me llamo así?

— Pues por twitter.

— Eh... Yo no he hablado contigo por Twitter.

— Claro que lo has hecho — afirmó Rubén alterado.

— Rubius... Digo, Rubén, ¿puedes explicarme qué está pasando?

— Rihanna — dijo seriamente y con la voz temblorosa —. Por favor, dime que esto es una broma, porque me estás asustando.

— No me llamo Rihanna, no te estoy gastando ninguna broma y no, no tengo ni la más mínima idea de lo que estás hablando.

Y tan pronto como escuchó esa última frase, empezó a temblar más aún y a llorar desconsoladamente.

gta roleplay | rubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora