Huellas

Deseos

   Jacob observaba a Alice, no se había imaginaba lo hermosa que era hasta ahora, el vestido le quedaba perfecto, se quedó mirándola sin pronunciar una palabra, los demás chicos parecían estar en las mismas.

Helen estaba de pie frente a él, estaba mas hermosa que nunca, Josh intentaba mantener la respiración controlada, pero cuando ella sonrió todo en él pareció gritar, la necesidad de acercarse a ella era tan fuerte. Esto era lo que había estado esperando, el verla así, hermosa, a Josh el corazón se le empezaba a latir descontrolado. Esta chica se volvía cada vez más especial para él, Helen parecía no percatarse que la estaba observando, su miraba no se apartaba de ella.

-Hola chicas – después de lo que pareció ser una eternidad Ryan habló – lucen hermosas – los demás chicos seguían sin apartar la mirada de ellas, Ryan observó a cada una de ellas, se había dado cuenta de lo afortunado que habían sido al haberlas conocido, se había obsesionado tanto con Amanda, que lo había cegado por completo, había conocido a estas chicas y recién se había dado cuenta lo afortunado que era, por mucho tiempo Amanda era la única chica que podía amar, pero eso ahora terminaría, ya que alguien había llegado, alguien capaz de hacerlo volver a querer, alguien en quien no dejaba de pensar últimamente, y esa chica estaba justamente frente a él, Helen lo miraba fijamente.

Ryan se acercó a ellas, extendiendo su mano hacia Helen, como cortesía para acompañarla adentro del salón.

-Bueno, entremos – dijo Sabrina, tomando a Josh del brazo quien estaba mirando a Ryan y Helen, logró notar lo que parecían ser celos.

Entraron al salón seguidos por los demás, el salón estaba a oscuras, las únicas luces que había eran las que reflejaban la bola de discoteca encima de ellos, el salón era bastante grande, se veían a chicos y chicas bailando, y otros tomando lo que parecían ser margaritas y daiquirí. La fiesta empezaba recién y ya se sentía el ambiente que a Sabrina tanto le gustaba, el de beber tanto como quieras y bailar toda la noche y además debía mejorar el ánimo de su acompañante, tomó la mano de Josh y lo llevó hacia la multitud, directo a la zona del bar. Josh sin oponer resistencia la siguió, al igual que Jacob y Alice. Los demás se habían quedado atrás a mitad del salón.

-Y dime, ¿que necesitas para cambiar tu ánimo? – la pregunta de Sabrina le tomó por sorpresa a Josh, pero sin hacerle mucho caso, sonrió.

-Lo que sea que me invites – la chica le sonrió.

-Me daría por favor, dos vasos de tequila con limón – los otros dos chicos sorprendidos se miraron.

-Yo también, quiero dos – dijo Alice, a lo cual Jacob volteo a mirarla.

-woow, ustedes sí que empiezan de buena forma – dijo Jacob sonriéndole con picardía – bueno, si así van a ser las cosas – se acercó a la barra – deme doble por favor.

Sabrina agarro los dos vasos, y le paso uno a Josh, Alice y Jacob estaban mirándolos.

-Bien, aquí vamos Josh – dijo Sabrina, era la segunda vez que la escuchaba decir su nombre, la chica estaba hermosa, el cabello rojizo y sus pecas le sentaban muy bien y más con el vestido que llevaba. Se veía muy sexy, pensó Josh. Agarro el vaso de la mano de Sabrina – hasta el fondo – y de una sola vez lo tomó por completo, sentía como el tequila iba quemando tras su paso por su garganta. Jacob y Alice empezaron a gritar, tomando ellos los suyos.

-Bien, ahora a bailar chicos – dijo Alice, llevándose a Jacob hacia el centro de la pista.

-Bailemos – dijo Josh, sonriéndole a Sabrina, la chica asintió y se dispuso a seguirlo.

Lucas estaba muy incómodo, la idea de estar cerca de Samantha lo estaba matando, no le había dicho nada hasta ahora, los dos chicos se mantenían en silencio, Samantha mantenía la mirada hacia abajo, a pesar de la gran fiesta, su rostro estaba impregnado por una desanimada actitud, aun no lo entendía, ella había dicho que lo odiaba, y lo veía como la peor persona, pero ahora aquí estaba, se veía tan frágil, tan vulnerable, está Samantha no se parecía en nada a la que había conocido. Las punzadas en el pecho lo estaban matando por dentro, no negaba la necesidad de estar cerca de esta chica, pero ella lo odiaba, aun asi ahora viéndola como estaba, su deseo de protegerla aumentaba, se preguntó si él era la causa de aquel comportamiento, acaso lo odiaba tanto que la idea de estar cerca de él la ponía tan mal, al pensar en ello, sintió una tremenda agonía que lo estaba destrozando.