➸ Verkwan 💫 El chico con la sonrisa más hermosa

Capítulo 8

Chwe Hansol salió del baño luego de darse una larga ducha tras llegar sucio y sudado de un amistoso partido de fútbol. Yacía de espaldas a la puerta, buscando en su armario algo que ponerse, por lo que no se dio cuenta de la presencia que se coló dentro de su habitación. Sólo sintió cómo su toalla caía al suelo y unas finas manos lo abrazaban por sus desnudas caderas.

—Hola, chico guapo —Ronroneó aquella voz.

—¿Entraste por la puerta del frente o te volviste a colar por la puerta del jardín trasero? —Inquirió, tomando uno de sus boxers y poniendo cierta distancia.

—Es más divertido entrar por el jardín. No lo tomes a mal, pero los silencios inevitables entre tu papá y yo son incómodos. —Se acercó a Hansol para darle un beso —¿Cuando es que se va a Corea?

—La siguiente semana —Respondió, sintiéndose repentinamente decaído.

—Tendremos todo un año para nosotros —Movió sus cejas de forma provocativa, sus ojos desviándose a la entrepierna del rubio. Aquel recordó que continuaba desnudo. Se puso de inmediato el bóxer —¿Crees que sea buena idea que me mude temporalmente contigo cuando él se vaya?.

Otra vez rondando con la misma pregunta. Luego de pensarlo detalladamente durante todo el mes, sintiéndose hostigado por ella, sintió que debía darle su respuesta.

—No veo nada malo en ello. Cumpliremos cinco años de relación, tal vez sea bueno ver como nos va conviviendo juntos por todo un año —Dijo con simpleza, llegando a la conclusión que el vivir juntos temporalmente la haría feliz, evitando así los comentarios amargos, los cuales ocasionalmente le hacia, sobre el que tenía 21 años y aun vivía con su papá.

—Lo haré entonces —La chica se dejó caer en la cama, llamándolo con una sonrisa sexy a que se acostara con ella, pero antes de que Hansol pudiera hacer un movimiento la puerta de la habitación se abrió.

—Hola, Jade ¿En que momento llegaste? —Inquirió el padre del rubio.

—Yo... Hace unos minutos. Llamé a la puerta pero no respondieron, así que entré —Sonrió. Al señor Chwe no le dio importancia, se giró hacia su hijo.

—Tienes una clase en la universidad por la tarde ¿cierto? —Hansol asintió —Tengo que ir a comprar unas cosas para mi viaje ¿Necesitas que te lleve?

Se giró hacia su novia y ella sólo suspiró.

—Claro, de paso dejamos a Jade en su casa.

Faltaban dos horas para su clase, pero quedarse a solas en casa con ella no era buena idea. Se había quedado sin condones, la farmacia más próxima quedaba a diez cuadras y con el susto que se llevó hace tres años cuando irresponsablemente lo hicieron sin protección, fue más que suficiente para contenerse. Fue el peor susto que se llevó a sus 18 años. Pero Hansol sabía que era débil de convicción y Jade demasiado persuasiva, por lo que estar lejos de ella en esos momentos era lo mejor. Más tarde compraría condones, si es que se acordaba.

Hansol se subió felizmente al auto mientras Jade lo hacía con cara de aburrimiento.

—Gracias por traerme, señor Chwe —Dijo la chica cuando la dejaron en su casa. El papá de su novio sólo asintió sin expresión alguna. No podía evitar pensar que ese hombre la odiaba, pero Hansol insistía que así era su padre, pero no, intuía que la odiaba.

—¿Emocionado por tu viaje? —Inquirió el joven cuando se mezclaron en el tráfico de Nueva York.

—Ni un poco, sólo quiero que éste año pase rápido, volver y poner la carta de renuncia. Me siento demasiado cansado, probablemente fallezca antes de los sesenta —Dijo sin despegar la vista del frente.