Capítulo 22

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A Seungkwan le hubiera gustado despertar con los suaves besos de Hansol sobre su rostro, pero para su mala suerte fueron un par de garras aferradas a su tobillo el motivo que lo sacó de su plácido sueño.

—¿Por qué hiciste eso? —Los ojos amarillos del animal lo vieron con aparente molestia antes de volver acomodarse entre sus piernas y dormir —Dolió.

A su lado Hansol murmuró en sueños, la mano que envolvía su cintura aflojó su agarre, permitiendo a Seungkwan sentarse en el borde de la cama.

Entre las pálidas cortinas de la habitación se colaban los frágiles rayos del sol. El bullicio de una ciudad activa llegaba sin fuerzas a través de la pequeña ventana.

Era un cálido día de vacaciones, por lo que no había prisa por preparar el desayuno o limpiar el apartamento. Se levantó para ir al baño, pero una terrible incomodidad en su parte baja le hizo detenerse. Su mirada viajó hacía el chico de rubios cabellos y con ello los recuerdos de la noche anterior volvieron a su mente.

Sonrió levemente al observar el tranquilo rostro del menor, sus desordenados cabellos cubriendo su frente, sus hermosas pestañas resaltando contra la palidez de su rostro.

Siguió su camino al baño, deseando que la incomodidad y el leve dolor ahí abajo desapareciera pronto.

Al salir del baño, Hansol seguía profundamente dormido al igual que el gato, quien en algún momento se movió para acostarse sobre el amplio pecho del menor.

De nuevo, volvió a sonreír.

Seungkwan se empeñaba en preparar un digno desayuno de reyes cuando escuchó los pasos de Hansol venir por el pasillo.

—Buenos días —La voz ronca y aún somnolienta de Hansol le provocó escalofríos. El menor apoyó el mentón en su cuello, no dudando en dejar ahí un beso.

Un maullido se escuchó a sus pies.

—Parece que el Señor presidente te adora —Comentó con una leve sonrisa, mientras el enorme gato movía su cola entre las piernas del menor.

—También me agrada. Pienso llevarlo a casa —Seungkwan rió pero Hansol hablaba en serio —Deberías decirle a Jeonghan que su gato escapó y jamás lograste encontrarlo.

—Él me mataría si llego a perder su mascota —Alegó el mayor, imaginando a Jeonghan devastado y luego con esa aura asesina que solía mostrar.

Hansol rió, el sonido resonando en el pecho de Seungkwan.

—¿Por qué no adoptas uno? —Recordó que de pequeño Hansol siempre quiso un mascota, pero su papá pensó que no sería capaz de cuidar de una.

—Lo haré. —Aseguró el menor —Pero será cuando regresemos de Jeju.

Seungkwan sonrió ante el recordatorio del viaje que tenían planeado. Regresaba a su ciudad natal, vería a su familia y volvería a recorrer sus lugares favoritos con Hansol, pero está vez ambos siendo una pareja. Tales pensamientos hicieron que su corazón se calentara.

Deseaba con desesperación que la semana se marchara rápido y Jeonghan regresara de sus vacaciones para por fin ir a la isla.

➸ Verkwan 💫 El chico con la sonrisa más hermosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora