Era el cumpleaños número once de Boo Seungkwan y Hansol aún no sabía qué regalarle estando a solo dos horas de que empezara la fiesta que sus padres le organizaron. Estaba en un enorme problema, ya que su amigo siempre esperaba regalos grandes y sorprendentes y Hansol había tenido toda una semana para pensar que darle, pero ahí estaba él, en su habitación, viendo todos los rincones esperando por algún tipo de señal divina.
Su cerebro se negaba a cooperar, empezaba a bloquearse en vez de pensar en algún obsequio genial para darle a su mejor amigo. Los dos últimos años había sido lo mismo, se prometió planear su regalo meses antes, pero como siempre Hansol dejaba las cosas para último momento.
El sonido del teléfono lo sacó de la bruma en la que se envolvía. Corrió escaleras abajo para atender la llamada.
-Casa de los Chwe -Dijo cuando levantó el teléfono.
-¡Hansol! -Era Boo Seungkwan, no había cómo perderse con su voz llena de energía-Soonyoung llegó horas antes a mi casa con la esperanza de obtener pastel antes que el resto. Ahorita estoy en la cocina, vigilando con ojo de halcón el pastel para evitar que se lo coma, pero el motivo de su visita no era solo atentar contra mi pastel sino para traerme el chisme del año.
Seungkwan se alejó del teléfono por unos segundos para llamarle la atención a Soonyoung. Hansol sonrió.
-Continuando ¿Te acuerdos del niño nuevo del otro salón, Hong no sé que? -Hansol asintió pero luego recordó que su amigo no podía verlo por lo que tuvo que responder -Pues ese mismo está en una relación. ¿¡Puedes creerlo!? Tiene novio, Hansol. Novio. Y ese es nada menos que Hannie. A cómo dice ese hombre raro que mi mamá ve en sus series cada noche, "eso es todo un escándalo". Lo que quiero decir es que ambos tienen solo once años y ya andan de novios, puaff. Hubieran esperado un poco para ello, no sé, terminar la universidad, un trabajo o de esas cosas que le suele hablar mi mamá a mi hermana. Ambos vendrán a mi fiesta y de seguro se darán besitos en la boca. Así que ya estás advertido, Hansol, si los ves por favor evita vomitar en mi pastel, te quiero. Adiós.
Y así por así Seungkwan colgó, pero en menos de un minuto volvió a llamar.
-Por cierto, no le digas a tu papá -Y con eso cortó la llamada, dejando a Hansol aún con el teléfono en la oreja, analizando las palabras de su amigo.
Recordó que hace dos meses, durante unos breves días de descanso que tuvo su padre, se les unió a ver televisión en una de las tantas tardes que solía pasar con Seungkwan. Todo iba bien, los niños viendo alguna caricatura pero luego de un rato ambos niños se aburrieron por lo que ante la sugerencia de Seungkwan empezaron armar un rompecabezas. Su padre tomó el mando y empezó a cambiar canales hasta que en uno de los favoritos de Hansol apareció una escena donde dos personas se besaban en lo que probablemente era una serie juvenil. No era la primera vez que miraban en la televisión a una pareja besarse, pero ésta vez era entre dos hombres, algo bastante inusual.
-Increíble que en horario familiar pasen escenas entre dos maricones besándose -Espetó el señor Chwe molesto, haciendo que ambos niños volvieran a verlo ya que el adulto era un hombre tranquilo y nunca alzaba la voz -Eso es una total aberración. Personas que se sienten atraídas por alguien de su mismo sexo son aberraciones que nunca debieron existir. Gente con una terrible falta de moral...
Hansol solo escuchó a su padre, volviendo a concentrarse en el rompecabezas. No era la primera vez que le escuchaba decir algo malo sobre las personas homosexuales, aquello era normal, pero su amigo tenía una expresión que no lograba descifrar. Su padre apagó la tele y subió las escaleras aún quejándose sobre las personas "raras". Seungkwan le comentó que de repente se sentía cansado y que debía llamar a su mamá para que viniera por él. Hansol lo dejó, sintiéndose triste de que se marchara temprano, creyendo fielmente en las palabras de su amigo sin pensar en algo más.
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➸ Verkwan 💫 El chico con la sonrisa más hermosa
FanficDesde pequeño Boo Seungkwan era un niño extrovertido, lleno de felicidad y con una enorme pasión por el teatro. Chew Hansol desde la muerte de su madre se volvió un niño tímido, guardando silencio en un rincón del salón hasta que nadie notaba su exi...