Capítulo 20

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Los suaves rayos del sol acariciaban su rostro, el viento agitaba de forma juguetona sus cabellos y el bullicio de la ciudad sonaba lejano, sólo dominaba la armonía de la naturaleza. Era una hermosa tranquilidad junto a la persona que más quería en el mundo.

Kwanie, sólo eres dormir —Se quejó el niño de rubios cabellos, acostándose junto a él en la manta que trajeron.

Seungkwan no respondió en largos minutos. Aún estaba somnoliento, quería seguir rodeándose de aquella tranquilidad.

Dormir es lo mejor que hay en el mundo —Murmuró —El dormir y la pereza son los mejores amigos del hombre.

Escuchó a Hansol bufar con molestia.

Dijiste que lo mejor del mundo era besarme —Se quejó con un puchero que el mayor no logró apreciar.

Las cosas cambian —Volvió a murmurar en medio de la vigilia. —Al igual que el sabor de mis dulces favoritos. Ya no saben igual.

Hansol frunció el ceño. Al parecer su amigo estaba más dormido que despierto.

Me voy, Seungkwan Hansol hizo ademán de levantarse pero el brazo del castaño alrededor de su cintura lo impidió.

Sabes que es mentira Seungkwan apoyó la cabeza en su hombro —Besarte sigue siendo lo mejor del mundo —Un beso fugaz y tierno en la mejilla del menor —Ahora duerme.

Pasarás gran parte de tu vida durmiendo, mejor levantate y juguemos un poco —Dijo Hansol con una sonrisa.

Pero lo haré durmiendo a tu lado, así que estará bien Seungkwan se aferró más a Hansol, no deseando abrir los ojos.

Despierta ya, Kwanie. —El menor empezó hacerle cosquillas. Pronto Seungkwan se encontró riendo a más no poder, mientras se retorcía en la manta. Poco tiempo después las cosquillas fueron reemplazadas por suaves besos en su rostro. Seungkwan, ya es tiempo de levantarse.

El castaño abrió los ojos.

Sobre él no había un cielo azul ni cálidos rayos del sol, sólo el techo gris de su habitación. Tampoco era un niño de doce años, y lo más importante, Hansol no estaba junto a él.

Seungkwan suspiró.

Desde hace un mes que él y Hansol definieron su relación y reafirmaron lo que sentían. Habían sido los mejores días de su vida desde que tenía 16 años, pero algo le faltaba y no sabía que era y por más que escudriñaba en ello no encontraba respuesta. Él era completamente feliz con Hansol, sabía que estaba completo con su otra mitad, entonces ¿por qué de aquella sensación?.

Las pesadillas gradualmente lo abandonaron hasta desaparecer. A cambio sus sueños eran pintados de viejos recuerdos junto a Hansol, la mayoría tan latentes y definidos cómo si fuera el presente; otros sólo manchones a los cuales trataba de darle forma, creando sueños raros y graciosos.

En resumen, todo está bien en su vida después de mucho tiempo, y aún así ese extraño vacío al despertar le confundía y no lo dejaba en paz.

Seungkwan volvió a suspirar.

Odiaba lidiar con aquella sensación por las mañanas, sobre todo en su primer día de vacaciones.

Tenía todo un verano por delante, el cual sin duda alguna aprovecharía para visitar a sus padres y dedicarle más tiempo a Hansol y sus amigos, ya que en las dos últimas semanas no lograron verse debido al ajetreo y estrés de los exámenes finales. Pero ahora el mundo parecía sonreírle, o eso quería creer.

➸ Verkwan 💫 El chico con la sonrisa más hermosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora