Capítulo Treinta y dos.

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—Pero tengo una condición.

Todos los ojos se posan en mi. Mi hermano se sienta en uno de los asientos libres, me hace una seña para que me siente a su lado.

Rachel cruza sus manos sobre sus rodillas y asiente.

—No esperaba menos ¿Cuál condición?

—Me podré ir en cualquier momento.

—Está bien— acepta con una gran sonrisa y al igual que mi hermano me indica que tome asiento.

Me siento al lado de mi hermano un poco dudosa de querer escuchar lo que esta mujer va a decir.

Los ojos de Rachel me miran con anhelo por un tiempo prolongado antes de comenzar a hablar.

—No sé por dónde empezar— deja salir aire y una risa nerviosa— no esperaba que nuestro encuentro fuera tan pronto.

—¿Eras anónimo?— me mira un poco extrañada— La cuenta que mandaba correos.

—Algunos de ellos era yo— dice el hombre a su lado que hasta el momento no había emitido sonido alguno— otros tu madre.

—Vale— hago una mueca de disgusto.

—Apple...— Rachel me mira fijamente— Hija... Has crecido tanto.

—Ahórrate el discurso de madre arrepentida porque no tiene ningún sentido considerando que la última vez que me viste la única palabra que podía decir bien era papá.

Veo el dolor en sus ojos y me alegro porque eso era exactamente lo que quería provocar.

—Lo siento mucho, no tuve otra opción.

Si, claro. Yo ni siquiera he tenido mis bebés y tengo claro que siempre habrá una opción.

—¿Por qué te fuiste?— pregunto directa— Y no te des tantas vueltas, quiero la verdad.

—Cuando conocí a tu padre...

—No quiero la historia completa.

—Lo siento— aclara su garganta— tu padre fue muy malo conmigo. Nunca me trató como su igual, siempre me hizo menos, me humilló de la peor forma y me hizo sentir basura— toca su pelo— todo ese maltrato me sobrepasó, no estaba viviendo. Antes de que cumplieras los tres años... Tu padre me golpeó y ahí fue cuando abrí los ojos.

Analizo sus palabras, una a una asintiendo. Es una acusación muy fuerte. Mi hermano incluso hace puño sus manos. Le hago una seña para que continúe.

»Ese día llamé a Mikael entre lágrimas para que me sacara de ese infierno en el que estaba viviendo.

—Encontré a tu madre muy mal. La saqué del país ese mismo día, un lugar donde Harry no fuera capaz de encontrarla.

—¿Por qué volviste?

—Quiero recuperarlos a ustedes cuatro, son lo único que me importa ahora mismo.

—Cada uno de nosotros tiene su propia vida ¿Qué te hace pensar que te queremos dentro de ella? ¿No te parece que es demasiado tarde?

—Tenía miedo— lágrimas llenan sus ojos— tu padre no me hubiese permitido verlos. Sé que puedes entenderme, Apple, ahora que serás madre... Tu y yo nos parecemos mucho después de todo.

No hay necesidad de preguntar cómo sabe esa información porque el hecho de que mi hermano esté aquí quiere decir que ella sabe mucho más de lo que aparenta.

—Cuando supe que estaba embarazada mi primera pregunta fue ¿Qué voy a hacer?— me río, la tensión en el ambiente se hace más fuerte— La segunda pregunta fue ¿Seré buena madre? Eso me atormenta todos los días, Rachel, ser como tu es uno de mis más grandes miedos.

Racing With You. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora