Capítulo Treinta y uno.

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No olvides sonreír <3

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Vale, sé que no debería estar espiando a mi hermano, sobre todo ahora que estoy embarazada y podría poner en riesgo mi vida y la de los bebés.

Pero en mi defensa me preocupa Matt y sé que algo esconde.

Así que intento disimular lo más que puedo mientras lo veo en la distancia.

Matt es muy expresivo y de los cuatro es el que tiene un corazón más puro. Así mismo, su personalidad es totalmente manipulable. Me preocupa que esté en algún problema y si tengo que ayudarlo ahí estaré.

Está sentado en las sillas afuera de un café, lleva unos quince minutos esperando a alguien. Revisa su reloj cada cinco segundos y eso me pone los nervios de punta.

¿A quién espera con tantas ansias?

—¿Qué haces, Matty?—susurro para mi misma.

A la distancia y dentro de la seguridad del auto me pongo en alerta cuando otro auto se estaciona frente a él. Es una camioneta tipo van. Matt entra en ella sin mirar a ningún lado. Tan pronto como avanzan una cuadra pongo el motor en marcha y los sigo con determinación.

Me repito una vez más que esto lo hago con la intención de cuidar a mi hermano.

Mi celular vibra con una llamada de Die, me muerdo el labio porque el pobre ya debe haber llegado al hotel.

¿Dónde estás?

—Estaré allí para la cena—digo rápido.

Apple.

—¿Compraste los boletos?

Si— escucho bolsas detrás— ¿Me dirás dónde estás?

—Lo siento, bebé, pero debo colgar, te amo.

Corto la llamada y sigo a mi hermano por la carretera, tendré que disculparme con Die después. Luego quince minutos para ser exactos se detienen en una casa, en realidad es como una cabaña en medio el bosque.

Dejo el auto cerca, quito el cinturón antes de bajarme y me aseguro de encender la ubicación en mi teléfono, soy impulsiva, no tonta. A esta altura ya deben saber que los seguía así que no tiene caso ocultarme más.

Tengo un mal presentimiento de todo esto. Las cabañas en medio de la nada no son una buena señal.

Camino entre los árboles hasta que diviso unas figuras dentro de la casa. Afuera no hay nadie más que un par de hombres fumando apoyados en el auto que antes seguía. Puedo reconocer a mi hermano dentro pero la otra figura... No estoy segura.

No es solo una figura, son dos. Una mujer y creo que un hombre. Tengo la intención de acercarme más para ver mejor pero me detiene el filo de un cuchillo se presiona contra mi cuello.

—Ese cabello lo reconocería en cualquier lugar— el aliento cálido golpea directo en mi oreja— una Holliday, debe ser mi día de suerte, he visto dos en menos de una hora.

—Joder ¿Soy un maldito duende o alguna una figura mítica? ¿Por qué dices eso? ¿Acaso pedirás un deseo?

—El sentido del humor también es característico ¿No?

—Tu pareces conocernos bien ¿Para qué las preguntas innecesarias?

—Ahorrémonos la parte en donde bromeas— presiona el filo un poco más— ¿Qué haces aquí? ¿Estás sola?

—Solo descubrí este bosque magnífico en medio de la nada— miro el paisaje, sin moverme— decidí parar a ver las maravillas que nos regala la vida.

Racing With You. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora