Demonio; Kth |1| ✓

|trece|kth

La noche me consume. Cierro los ojos, trato de descansar aunque es en vano. Giro varias veces sobre el colchón diluyendo mi sufrimiento en pensamientos pasajeros, recuerdos vanos.

¿Por qué su felicidad es mi camino al infierno?

La noche cae, pero mi sueño no lo hace. Nam parece haber quedado como cadáver, muerto. No se ha movido un poco desde que le hice aquella pregunta, la cuál no respondió. Su silencio hizo mas apuro en mi alma. ¿Por qué de repente sentía que él también me traicionaba?

La oscuridad abunda a mi alrededor, siento que debe de ser necesario cerrar los ojos aunque el sueño no quiero entrar en mí.

Debería ser.

Debería ser.

—¡Buenoooos díaaaassss alegríaaaaaa!— ¿Qué mierda? Alguien salta sobre mis pies, tengo las sábanas en mi cabeza y me cubren la vista. El colchón se mueve y desgraciadamente me muevo con el, estoy asustada. Estoy asustada, lo estoy, ¡lo estoy!—. ¡Buenoooos díaassss señor sol!

Buena voz, pero...

—¡Jodeeeeeer!—grito antes de que caiga al suelo por tal movimiento. Creo que es JungKook, creo.

—Ay, que pesada—sí, es JungKook—. Yo venía a despertarte con ánimos, buenas vibras y solo me gritas—por fin logro quitarme las sábanas del rostro. Mi cara es un asco, mis cabellos están echas un lío. Y mis ojos están pesados, mi cara de molestia no me hace ver una princesa, JungKook me mira con ceño fruncido, como si tuviese hoyos en el rostro—. Uy, te ves fatal.

Sí, lo sabía. Pero, ¿alguien se lo preguntó? No verdad.

Abre su boca para responder a mis pensamientos. Pero le dejo con la palabra en la boca.

—Lo sé, nadie te lo preguntó. La opinión es libre—lo empujo con mis manos para que salga de mi cama, lo hago con fuerza, se escucha el golpe. Ha caído al suelo y se ha quejado.

—¡Aleluya!—si, un ángel no puede decir malas palabras. Así que su queja ha sido un balbuceo de bendición. ¿Será pegajoso?—. No lo es, pero si pienso empujarte como venganz...

—La venganza es mala, JungKook. —le recuerdo, sigue en el suelo. Recojo mi cabello con una liga que tengo en la muñeca y con mucho esfuerzo lo logro. Quito de mis sábanas y cuando me pongo de pie, le veo. Sigue sentado, sobándose el trasero.

—Y quiero recabar que tengo más que tú—buena esa Angelito, frunzo mi ceño ante su burla, tengo ropa puesta de un hombre, Nam me ha prestado sus prendas. Un pantalón holgado u camisa extra-grande es lo que me cubren—. Exijo una disculpa.

Y en un santiamén está flotando. ¿Cómo es que lo hace tan rápido? Solo lo veo volar, y está algo incómodo gracias al tamaño de la casa. Me apunta con su dedo índice y parece que está molesto. Digo, "parece" porqué solo tiene las mejillas rojas, sus cejas juntas y su boca hecha un pico.

Suele ser tierno en ocasiones.

—¿Dónde está Nam Joon?—cambio el ambiente. Camino hacia la puerta que está abierta, pienso salir por algo de comer, mi cuerpo lo pide.

Pero...la puerta se cierra.

—Ah, ah, pídeme disculpas. — exije, flotando con sus alas blancas me observa con gran rubor en el rostro. ¿Debo discúlparme? Él invadió mi privacidad, yo solo respondí.

Me rendiré para salir de aquí. Ruedo los ojos con fastidio y de mi boca salen las palabras que él quiere escuchar.

—Disculpa.
Secamente. Sin sentimiento alguno. Por conveniencia.