Sasuke Uchiha.
La temperatura no era la más cálida del mundo, definitivamente. En realidad, estaba helado, sentía que en cualquier momento me convertiría en un cubito de hielo sin embargo, preferiría siempre eso antes que volver por abrigo. Si, mi orgullo ante todo. Además, no será la última vez que hago esto. Fueron varias las veces que pasé frío, era soportable.
Lo único que me preocupaba era a cual lugar iba a llegar y si realmente iba a saber volver porque desconocía completamente el barrio. Sin importarme, le di prioridad a mi enojo, el que me cegaba. Porque por más esfuerzo que le ponga, no iba a pensar las cosas fríamente, como debería ser. Y dentro de esa casa no iba a hacerlo tampoco.
Entonces caminé varias cuadras, de forma recta en dirección lineal. Crucé varias calles húmedas, varios negocios con sus persianas bajas y escasa luz denotando la enorme ausencia que había. Tal vez vi pasar dos coches como si fuera demasiado. Había muchos papeles tirados en el suelo, o veía chicles y cigarros. En fin, la gente era más cochina de lo que creía y esto parecía un pueblo fantasma. Lo único que no denotaba tanta soledad era un parque al que me estaba acercando.
No era un parque común, tenía una esencia a jardín japonés. Había un camino conformado con piedras enormes que poseía diferentes direcciones. En el medio, había un estanque de gran tamaño rodeado de más piedras y en el medio, un puente hecho con madera pintada de roja. Había varios bancos del mismo diseño y numerosos arbustos acompañado de árboles y faroles. No podía faltar el césped bien cuidado, obvio.
Me crucé con la idea de pasar tiempo en ese sitio. No creo que sea la respuesta a todos mis problemas pero por lo menos me serviría para pensar tranquilamente, acomodar mis ideas. Cuando lo hice, me senté el en banco más cercano. No quise profundizar mi caminata, no deseaba cruzar palabras con mi hermano para que viniera a buscarme.
Mi cuerpo estaba frío, congelado. Ni siquiera podía sentir calor en mis pies y eso que era lo más abrigado de mi cuerpo. Mis manos estaban entumecidas, mi nariz no existía y mis mejillas... No, ni siquiera podía sentirlas. Decidí meter mis manos en los bolsillos de mi pantalón. Me percaté de que traía un encendedor. Hasta cierto punto me había ilusionado pero desgraciadamente no había cigarros. Los había dejado en casa. Demonios.
Entonces permanecí ahí, sentado. Cada tanto frotaba uno de mis brazos con una mano para brindarles calor. Y mientras más me enfocaba en adquirir temperatura, más me alejaba del mundo en pensamientos, mirando un punto fijo.
Fue tanta la distracción que no me percaté de una presencia desconocida cerca de mí.
— ¿Chicos lindos siempre se encuentran seguido por aquí o soy yo quién esta noche tiene suerte? — Pronunció un señor bastante grande, más que mi hermano diría. Estaba apoyado en un farol, el más próximo a l banco.
Caminó hasta mi para luego sentarse a mi lado. Es aquí donde pude analizarlo un poco mejor. Su frente y la mitad de la cara estaba cubierta y envuelta con vendas, era lo que más destacaba de su rostro junto a la cicatriz de su mentón. Su cabello era oscuro y estaba muy revuelto. Su rostro poseía muchas arrugas y su piel era más oscura que la mía. Estaba vestido con un traje formal de color negro pero desgastado. Era casi el mismo uniforme que llevaba mi hermano las pocas veces que lo veía.
Seguí observando curioso aunque me alejé un poco, no inspiraba confianza.
— Es probable que hoy tengas suerte. Pero no te confíes, el oro de catorce quilates tiene su precio — Respondí con algo de arrogancia.
— Oh, creo que tenemos a alguien con un ego un poquito intocable — Soltó una risa. Luego reposó su mirada en mí.
— Si, haz de cuenta que fui tocado por Midas.
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Rosa Pastel [ItaSasu]
Fanfic• No es sencillo ver como tu vida y tu matrimonio se derrumban frente a tus ojos, pero tampoco es fácil abandonar lo único que deseaste toda tu vida. Lo único que le dio a tu vida grisácea un poco de rosa pastel. •Los personajes no me pertenecen. So...