VIII

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Sasuke Uchiha

   Me desperté debido a la costumbre porque en realidad no debía cursar ninguna materia. Normalmente los viernes son del agrado de todo el mundo pero, para mí, lo era aún más ya que no cursaba tantas horas de clase como cualquier día de semana normal. Sin embargo, era una exageración despertar a ésta hora principalmente por lo poco que dormí y porque... A ver, ¿Qué demonios podría hacer yo a las seis de la mañana? Absolutamente nada. Nada de nada. Pero, sentí que tenía que hacerlo. Había un gran bullicio que provenía de la cocina.

   Estoy el noventa porciento seguro de que se trataba de Itachi. Y yo quería verlo.

   Entonces me levanté a las arrastras y algo dormido, di varios pasos hasta llegar a la cocina. Choqué con algunas paredes en el proceso pero fue efectivo porque, de igual forma, llegué. La luz me encandiló de tal manera que tuve que entrecerrar los ojos para poder avanzar, y cuando creí haber encontrado el asiento de Izumi, me senté y apoyé mi cabeza en la mesa. Finalmente, esperé a que alguien me hablara porque ni siquiera sabía quién estaba aquí. Ni siquiera sabía si estaba soñando o no. Definitivamente no estaba en condición para prestar atención.

— ¿Qué haces aquí? Ni siquiera dormiste cuatro horas y que yo sepa, no debes ir a estudiar — Pronunció una voz curiosa, adulta y masculina. No estaba equivocado, mi hermano esta desayunando y estaba solo para mi buena suerte.

— Te escuché hacer ruido y quería pasar tiempo contigo antes de que te vayas al trabajo — Le contesté parpadeando lentamente, casi dormitando.

— Hoy, debido a tus majaderías, no asisto al trabajo —  Dijo mientras le daba un sorbo a algo, supongo que preparó té o algo así. Sinceramente, no veía nada, me pesaban los párpados. Eso si, su tono se mantenía amable, como el de siempre. Se trataba de una conversación fuera de sermones.

— ¿Eh? — Debido a la sorpresa, abrí mis ojos como lo haría de forma normal pero, de inmediato volví a cerrarlos. No lo resistí.

— Ya ves... Me desesperé muchísimo. No sabía que iba a suceder. Intenté deducir lo que harías. Cómo cualquier adolescente rebelde, supuse que llegarías tarde entonces llamé a mi jefe y le comenté la situación. Me permitió faltar. Y te esperé mientras tomaba café para no dormirme, es que suelo dormir muy temprano...

— Perdón — Pronuncié arrepentido. Arrepentido más de la cuenta, más de lo que podría imaginar porque en mi vida, esa palabra no era existente hasta ahora.

—Lo hecho está hecho pero no importa, supongo que hubiera hecho lo mismo.

— ¿Te ibas de casa antes?

—  No, pero tenía mis métodos. Normalmente me iba a la casa de alguien especial — Cuando escuché eso, abrí mis ojos lo más que pude como si el sueño hubiera desaparecido. Hasta ahora no había existido nadie más importante que yo. Obviamente Izumi no cuenta, ella llegó años después—. De todas formas, no es importante. No hablaremos de eso por ahora. Quiero saber... ¿Qué es todo eso que te dio ese tipo?

— Supongo que ya revisaste mis cosas... Un saco, su caja de cigarros y su número de teléfono. Aunque, ya lo sabes. ¿Por qué?

— Preguntaba... — Ahora mi hermano fruncía el ceño, intentaba ser sereno con su interrogatorio. De nuevo se detenía, pensando en las palabras que debía utilizar para referirse bien a lo que diría— ¿Fumas?

Rosa Pastel [ItaSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora