XIV

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Sasuke Uchiha. 

   Creo que lo mencioné antes, de igual forma tal vez es necesario reiterarlo. Posiblemente, en realidad, cien porciento probable, en el pasado despertar no tenía ni una pizca de gracia. De hecho, para mí era más de lo mismo. No era un sentimiento suicida pero no tenía una motivación fija, además de salirme rápido del secundario por obvias razones. Cómo dije en algún momento, no me sentía correspondido, el amor simplemente no brotaba en mí, no existía o tenía otras cuestiones por las cuál deprimirme realmente. Pero ahora mismo, había despertado junto a él. Y por fin veía lo lindo a estos momentos que en el pasado resultaban insignificantes.

   Pude parpadear un par de veces mientras observaba el techo borroso, intentando acostumbrarme a la luz. Por consecuencia empecé a fregar mis ojos con ambas manos, cerradas en puños. Finalmente veía bien aunque todo lo sentía pesado. ¿Dormí poco? Puede ser. Decidí inhalar aire para exhalarlo, mi pecho subía y bajaba. No siempre era voluntaria esta acción, pero cuando sentí el aroma de Itachi alrededor del ambiente, me resultó inevitable. Me gustaba sentirlo y más en grandes concentraciones. Quería llenarme de él y su olor. Más bien, me quería inundar, que pudiera rebalsar si es que había un límite.

   Que loco. Apenas tenía noción de todo y ya estaban más que despiertos mis pensamientos obsesivos sobre mi hermano.

   Inevitablemente me di vuelta para ver a la fuente de lo que me resultaba imposible no querer respirar. Itachi tenía toda la espalda descubierta y una sábana lo cubría hasta la cintura. Escuché su respiración, no podía creerlo. Ese hombre, sin exagerar, durmió casi catorce horas y aún podía seguir. No sé inmutó con ninguno de mis movimientos.

   No quería despertarlo. Aunque se me antojaba abrazarlo, besarlo, subirme encima de él y que suceda lo que deba suceder. No sé, cualquier cosa mientras haya contacto. En fin, me había vuelto un insoportable y un caprichoso. Solamente me pegué a su espalda, acurrucándome. Cerré mis ojos con la idea de dormir, inspirando su fragancia pero, volví a abrirlos por la sorpresa al escucharlo.
  
— Pensé que ibas a despertar y a saltar encima mío — Habló con una voz muy tranquila y clara. Estaba despierto antes que yo por lo que parece y se encontraba bastante pacífico. Cuando terminó de pronunciar aquello, se dio vuelta para vernos frente a frente, estábamos muy cerca. Pude ver su rostro con claridad, las ojeras que aún permanecían ahí, sus ojos oscuros, los labios que tanto me fascinaba probar, algunos mechones de cabello que caían por su frente y su pecho descubierto. Di un pequeño respingo por consecuencia. Me resultaba un gran deleite.

— Creí que estabas cansado... Dormiste más de lo que esperaba — Acerqué mi mano para quitar esos mechones. Los coloqué detrás de su oreja.

— Lo sé, aunque en realidad llevo un buen tiempo despierto. De todas formas, creí que me atacarías. ¿No vas a intentarlo siquiera? — Ahora preguntó. Aunque lo sentía más como una orden.

   No me importó el posible mal aliento que siempre teníamos por la mañana. No aguanté la cercanía que había entre nosotros. Con ambas manos acaricié el contorno de su rostro y empecé a brindarle pequeños besos en la comisura del labio. Mi hermano cerró sus ojos y al poco tiempo, el rubor comenzó a invadir sus mejillas. Me acercó más a su cuerpo, pegándome a él y me abrazó por la cintura con ambos brazos estando aún acostados. Simplemente se dejó hacer, parecía que lo degustaba como un alimento gourmet.

— Te amo —Salió aquella frase de mis labios mientras besaba sus mejillas. A veces me daba algún arranque de locura y las mordía de forma leve. No parecía molesto, incluso lucía como si realmente le gustara. Tal vez era raro pero mis mordidas estaban llenas de amor.

— ¿Cuánto? —Volvió a preguntar. Siendo sincero, a pesar de que pude percibir una leve nota melosa en su voz, me sentí algo descolocado y tonto ¿Realmente podía medir todo el amor que había en mi ser por su persona? Me resultaba casi imposible, no podía compararlo con nada, ni siquiera con el mismo universo. Además, ¿Por qué? Si sabe que lo adoro más que a nada en el mundo...

Rosa Pastel [ItaSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora