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*** POV Jung Kook ***

El ambiente en general esta noche era de fiesta, pronto nos iríamos del pueblo y no tendríamos oportunidad de beber a destajo y tener una buena follada, quizás en cuanto tiempo. Muchos ya se habían llevado a una hermosa chica a la cama y otros tantos (yo incluido) seguíamos en el salón bebiendo y riendo de estupideces, como si fuéramos adolescentes.

Desde que habíamos quedado en venir al burdel esta noche, me había sentido animado y ansioso, había pasado mucho tiempo sin tener algo de diversión y moría por llevarme una chica a la cama. Esperaba que no fuera así, pero si moría en el frente, esta sería la última noche en la que podría reír y disfrutar sin "preocupaciones".

Sin embargo, cuando llegué aquí, nada fue como me lo estaba esperando. Cualquier otro día ya estaría lo suficientemente ebrio, para estar a punto de perder la conciencia, en alguna habitación de este antro, follándome a la primera chica que se me hubiera cruzado por delante.

Pero no sabía que mierda me pasaba hoy día, lo único que tenía claro es que definitivamente no me sentía normal. Tenía una hermosa chica sentada en mis piernas, mientras me mimaba y se me insinuaba descaradamente, para que la llevara pronto a la habitación. Sin embargo, estaba lejos de estarle prestando verdadera atención a la pelinegra sentada en mi regazo. Por algún motivo, hoy lo único que podía hacer era ver a Ji Min sentado en la barra, mientras rechazaba a chica tras chica que intentaba alguna jugada con él.

Quizás como su amigo debería hacerle compañía y conversar con él. Ya iba como por su tercera botella de Soju y con cada trago su semblante se volvía más y más melancólico.

Vi cómo se acercaba a la dueña del lugar y conversaban sobre algo, para después ver cómo le daba dinero, se giraba sobre sí mismo y subía las escaleras hacia la planta superior, donde se encontraban las habitaciones del burdel.

No entendía bien a Ji Min, la dueña de este lugar no era para nada fea, pero definitivamente había chicas mucho más jóvenes y bonitas que estarían dispuestas a pasar la noche con él. Esperé a que la mujer se fuera en su dirección y le siguiera, pero eso no ocurrió en ningún momento.

Por algún motivo el que Ji Min no estuviera aquí me inquietaba un poco, a tal punto que ya ni siquiera le estaba prestando atención a la chica que estaba restregándose encima mío sin pudor alguno.

La tomé suavemente por los hombros y le regalé mi sonrisa más encantadora antes de hablar.

—Cariño, tengo que ir al baño —le dije, intentando ser sutil.

—Si quieres te puedo acompañar —me respondió coqueta. No pude evitar reír ante sus palabras.

—Créeme que hace años no necesito ayuda para estar cosas —le contesté, mientras le guiñaba un ojo y me levantaba lentamente, para que se quitara de encima mío— espérame, no tardo.

—Está bien, te espero— me dijo, casi ronroneando las palabras.

Subí rápidamente la escalera y me encontré con un pasillo con varias puertas. Lo primero que hice fue dirigirme al baño y ver si Ji Min estaba ahí, pero no había señas del castaño.

No iba a buscarlo habitación por habitación, porque literalmente estaban todos follando dentro de ellas, pero curiosamente había un solo cuarto del cual no se escuchaba ni un solo ruido o gemido.

Me acerque y pegue la oreja a la puerta, solo por precaución, pero la habitación estaba tan silenciosa, que parecía que estaba desocupada.

Abrí lentamente la puerta, solo para encontrarme con la figura de Ji Min, dándome la espalda.

Three LivesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora