Día #3 del nuevo año escolar... Todo transcurría normal, sin nada de chiste, cuando por el pasillo me encontré a ese Anubis de la vida real, sus ojos brillantes, nariz respingada, sus cachetes apretables y su sonrisa, era perfecta, paso a mi lado y me sonrió, quedé embobada con su belleza, gire mi cabeza para ver a dónde iba y vi que entró a la oficina del director, camine a mi salón y me senté, saludé a mis pocos amigos que tengo en el aula.
Cómo a los 10 minutos llegó la profesora, empezaba a dictarnos el tema cuando fue interrumpida por el director, cuando vi el chico del pasillo estaba con el... Entraron los dos y el director menciono. -JongDae se integrará con ustedes a partir de hoy, el viene de Corea, así que sean amables con el-
-Mucho gusto- se presentó e hizo una reverencia. Creo que en Corea hacen eso para mostrar respetó. Tomo asiento a mi lado, lo mire y me sonrió, -Hola- levanto bajita su mano. Yo solo asentí con la cabeza. Paso la clase y salimos a la cafetería. Ya tenía demasiada hambre, vi que JongDae estaba solo, así que lo invite a qué se sentará con nosotros, accedió y nos contó de como era Corea.
Cuando regresamos al salón, nos dijo la maestra de un trabajo en parejas que tendríamos que hacer para la evaluación, voltie a ver a JongDae y me sonrió, accedió hacer el trabajo conmigo. Había algo en ese chico que me atraía. Cuando al fin terminaron las clases, JongDae se acercó a mi.
-¿Que te parece si iniciamos hoy con el trabajo?- me dijo mientras veía que metía mis cuadernos a la mochila.
-Me parece bien, podemos ir a la biblioteca ahí de seguro encontramos lo que quiere la profesora- mencioné en lo que caminábamos.
-Oh, podemos ir por libros, los llevamos a mi casa y te invito a comer de paso-
Me quedé en shock, pero mi nerviosismo se notaba poquito. -Si, también es buena idea-
Así que fuimos a la biblioteca, saque los libros y cuando salimos de la escuela, nos acercamos a un bonito carro rojo. Subimos y JongDae conducio.
No nos llevo más de 20 minutos en llegar a su casa, bueno más bien a un departamento.
-es bonito el lugar, pero ¿tus papás no tendrán problema en que haya venido?- pregunté como para hacer plática
-Vivo solo- dijo sonriendo -Mis papás están en Corea, solo me mandaron a mi aquí a estudiar- tomo mi mochila y la cargo.
Caminamos y entramos, estaba todo ordenado, había 2 cuartos, su sala comedor y cocina. -Es muy acogedor aqui- el sonrió.
Le mandé msj a mi amiga mientras traía las cosas, me dijo mi amiga que si tendríamos sexo, a lo cual yo le dije que no, apenas lo conocía, sería raro... En ese momento sentí una respiración en mi oído, y escuché una risita... Mi corazón se aceleró a más no poder... Cuando gire estaba atrás de mi con una sonrisa de lado, se notaba perverso.
-Asi que quieres abusar de mi- menciono mientras se acercaba a mi. -N..o..- conteste nerviosa. -Anda, si tú quieres y yo quiero, ¿Cuál es el problema?- Comenzó acercarse a mí y tomo mis labios con los suyos.
Poco a poco fuimos haciendo más intenso el beso, comenzé a quitar su ropa y el hizo lo mismo con la mía, nos fuimos semi desnudos a la sala, el tomo asiento y yo me puse enfrente de el, comencé a bailarle sexy, se le notaba lo duro que se le iba poniendo el pene, así que baje y acariciándolo fui quitándole el boxer, dejándolo al descubierto, comencé a lamerlo y a introducirlo en mi boca, escuchaba sus jadeos, tomaba mi cabeza y hacia que me lo comiera más y más, llegaba a mi garganta, me concentraba en no vomitar, subía y baja a un ritmo que el lo disfrutaba.
Delicadamente me fui levantando, y el quitó mis bragas, besaba mis piernas y cada lugar donde recorría. Me atrajo hacia él y me monte en el, introduci su pene en mi húmeda vagina, se sentía tan grande y duro, quito mi sostén y empecé con movimientos en mi cadera mientras el devoraba mis pezones.
Era tan rico e intenso lo que estaba sucediendo, soltabamos gemidos, presionaba mis nalgas, me la metía más y más duro. Cambiamos de posición y me coloco en 4 sobre el sofá, tomo mi trasero e introdujo su pene, con una mano empezó a tirar de mi cabello, mientras. No una otra tomaba mi trasero. Lo hacía con Una rudeza e intensidad que se sentía muy excitante. El momento llegaba, había logrado tocar ese punto donde más placer nos da, y solté un gemido, mientras lo hacía el aceleraba sus movimientos hasta que saco su pene y hecho su semen en mi espalda. Ambos quedamos cansados y agitados... Nos quedamos un momento en el sillón...
-Lo vez y tú qué no querias- decía mientas me tocaba una pierna. Yo solo reí bajo. Lo mire y pregunté. -¿Te parece ir a otro lugar?- dije perversa. -¿Podemos probar el baño? tengo jacuzzi.-Muestrame camino, te sigo. Se levantó y tomo mi mano y fuimos camino al baño...
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