capítulo 36

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—¿Puedes creer lo descarado qué es?— preguntó indignada a Verónica mientras doy vueltas por toda la habitación todavía no podía sacar de mi mente las absurdas palabras de Nicolás Gandy.

—Mmmm si, la verdad el posesivo de Zeus si, se pasó por eso creó qué la idea de Bruno es la mejor para darle una lección y bajarle delas nubes al Zeus encarnado— comenta con un poco de maldad en su sonrisa.

—¿qué idea?— preguntó sentándome en mi cama con mi ceño fruncido.

—Pues darle celos Bruno sacrificará su perfecta carita para reventar de celos al bombón italiano— exclama emocionada yo frunzo mi ceño aún más.

—Definitivamente ustedes dos están locos eso no va a pasar somos adultos no niños para andar jugando con darles celos a Nicolás— ruedo los ojos por las tonterías de mis Amigos solo a ellos se les ocurre jugar con Nicolás Gandy.

—Pero qué guapos qué son si, parecen angelitos— comenta Romina, observando con amor a mis bebés qué se pasean felices de un lado a otro jugando con sus Abuelos.

—Por eso los llamó mis minis Zeus porqué son una versión pequeña de mi Ze...— y de inmediato me arrepiento de a ver abierto la boca  Romina me mira con dulzura.

—¡Ay! Hija no sabes la pena y tristeza qué me causa el qué tú y mi hijo no puedan arreglar sus diferencias— comenta con pena Romina.

—No te lamentes Romina, es mejor así, creó qué Nicolás y yo no nacimos para estar juntos además él fue él qué— no terminó de hablar porqué ella me interrumpe.

—Lo sé, cariño pero eso no quita mi pena porqué mis pequeños nietos no puedan crecer en una familia tradicional— exclama con tristeza y los ojos húmedos.

—Pues Aunque sus padres no estén juntos siempre nos tendrán para ellos dispuesto a darla vida por su felicidad aparte de sus cuatro abuelos qué los llenarán de amor y sabiduría— le digo tratando de tranquilizarla.

—Eso si, hija— sonríe un poco al ver a mi pequeña hacerle reverencia a su abuelo Nico.

Pasamos una tarde agradable mis hijos estaban más qué feliz, de tener dos Abuelos más sobre todo mi pequeña Emma, qué se robaba suspiros de sus dos Abuelos Nico y mi papá estaban derretidos de Amor más cuándo mi pequeña Afrodita les batía sus largas pestañas para conseguir lo qué quería de ellos igual de manipuladora qué su padre.

Mientras preparaba la cena para todos  ya qué Romina y Nico se quedarían a cenar con sus nietos a recuperar tiempo perdido según ellos sé, qué mis bebés son unos rompe corazones solo tienes qué verlos una vez y te enamoras de ellos para siempre. Tan concentrada estaba en preparar la lasaña qué no lo sentí llegar hasta qué un par de enormes manos tomaron mis caderas pegándome aún duro y muy trabajo pecho se muy bien quien es el dueño de esas manos por lo tanto le doy un manotazo para qué me suelte.

—¿qué crees qué haces?— le digo con mi ceño fruncido condenado Bruno me pego un susto de muerte y él muy descarado se está muriendo de la risa.

—Hola, Mi Amor ¿Me extrañaste?— pregunta coqueto hijo de su santa madre con esa cara de maldad se muy bien qué está planeando algo y de seguro no es nada bueno.

—Déjate de juegos Bruno qué nada bueno sacaran ustedes dos con sus ideas tontas— le digo ceñuda el solo rueda sus ojos para restarle importancia.

—¡Ay! Amorcito solo es una pequeña broma— dice mirándose las uñas lo veo  acusadora.

—Te prometo qué nada malo vamos hacer ahora apúrate y aliméntame qué esté cuerpecito no sé mantiene solo con ejercicio también necesito comer bien—  me dice juguetón yo le ruedo los ojos para seguir en lo qué estaba.

Soy tú hombre ¡TERMINADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora