YELLOW, BLUE & GREEN (COMPLETA)- Adaptación Juliantina

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"¡Esto es perfecto!" exclamó Juliana, sosteniendo la pesada caja fuertemente contra su pecho y apresurándose a la vereda en la entrada. "¡Es aún más lindo en persona, Val!"

Mientras, Valentina se las arreglaba para afirmar las cajas que llevaba en sus brazos, estirando su cuello para poder ver sobre ellas. Su túnica de graduación estaba colgada detrás de ella y su pie se enredó en esta, casi mandándola volando hacia adelante. Luego de recuperar el equilibrio, la chica de ojos azules puso las cajas en el suelo y se frotó las manos en los vaqueros.

"¿Recuérdame de nuevo por qué decidimos mudarnos el día de graduación?" preguntó, arrojando el birrete negro de su cabeza que aterrizó en el jardín delantero. Juliana simplemente rio y se encogió de hombros, inclinando levemente su cabeza hacia un lado.

"¿De verdad querías estar ahí para la fiesta de graduación de Eva y Renata?" la menor dijo levantando una ceja, riendo cuando una expresión de entendimiento se formó en la cara de su novia

"Cierto" asintió Valentina, arrugando su nariz hacia la chica menor luego dando un paso hacia atrás para apreciar la pequeña casa. "Dios, este lugar se ve peor de lo que parecía en el sitio web," dijo Valentina haciendo una mueca.

"Cállate," Juliana negó con la cabeza. "Es perfecto," dijo, abriéndose camino por los escalones de madera hasta llegar a la puerta de entrada. La menor jadeó cuando uno de los peldaños crujió bajo su pie, saltó rápidamente hacia el lado para evitar caer por las escaleras.

"Solo... necesita un poco de amor," Juliana asintió firmemente, tocando con cuidado el siguiente escalón. Esto hizo reír a Valentina, quien se movió hacia adelante para inspeccionar las escaleras.

"Más bien un montón de amor," dijo en tono de broma la chica de pelo claro, señalándole a Juliana que era seguro subir las escaleras. Sacó las llaves de su bolsillo y las puso en la cerradura. Después de forcejear con el atascado pomo por uno o dos minutos, lograron abrir la puerta de entrada.

Juliana inmediatamente dejó su caja en el suelo, dándose prisa para pararse en medio de la pequeña habitación. Una amplia sonrisa se formó en su cara y se giró hacia Valentina, aplaudiendo con sus manos.

"Esto es nuestro," sonrió, dando vueltas en círculos y apreciando la habitación. "Es perfecto," dijo riendo la menor, corriendo hacia adelante y tirando de Valentina hacia un abrazo.

"Tú eres perfecta," Valentina rio suavemente, separándose del abrazo dejando un beso rápido en los labios de su novia. "Desearía poder decir lo mismo de la casa," añadió, caminando hacia las cortinas y sacudiendo el polvo de estas.

Han pasado casi 4 años desde que Juliana había aparecido en su departamento en Nueva York, usando las misma deterioradas converse blancas que ha tenido desde entonces. Las cosas habían sido bastante tranquilas para ellas desde su viaje espontáneo a Miami. Juliana había continuado mejorando a un ritmo lento, nunca fallando en formar una sonrisa en la cara de su novia.

Valentina había estado maravillada de escuchar que le habían ofrecido un trabajo justo después de que se graduara. En su tercer año de universidad había trabajado como interna en una compañía de diseño gráfico, quienes quedaron tan impresionados con su trabajo que la quisieron de vuelta para un puesto permanente apenas se graduara. Juliana estuvo aún más emocionada al saber que a Toby le habían ofrecido el mismo puesto, significando que aún seguirían viviendo cerca de Maia y su ahora esposo.

Su relación nunca había pasado por los 'períodos de sequía', como alguna gente les llama. Aún se emocionaban de despertar la una al lado de la otra cada mañana como lo hacían cuando recién habían empezado a salir. Nadie podía negar que las dos compartían una conexión más profunda que la física.