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Juliana no durmió en toda la noche.

Sin embargo, Valentina lo hizo. Juliana había colocado una almohada contra la cabecera de la cama y suavemente movido a Valentina atrás, fuera de su posición. La chica en su regazo estaba profundamente dormida, sostenida en el brazo de Valentina.

Juliana estaba cansada, seguro. Agotada era una palabra mejor. Pero no iba a dormir, porque tenía que asegurarse de que estuvieran bien. Y no podía hacerlo si tenía los ojos cerrados.

No estaba segura de qué hora era, pero sabía que era de mañana cuando la niña más pequeña se agitó. Juliana se dio cuenta de que algo se movía por el rabillo de su ojo y vio que las pestañas de la niña se abrían suavemente.

Una mirada de terror cruzó el rostro de la niña pequeña. Ella estaba en un nuevo lugar, no estaba en casa. Y entonces recordó los acontecimientos de la noche anterior. Paralizada por el miedo, se echó a llorar.

Los ojos de Juliana se abrieron cuando la niña empezó a llorar. Aunque Valentina no se despertó, ella rápidamente se puso de pie, el levantando a la niña del regazo de su esposa a sus propios brazos.

"Te tengo," susurró Juliana, balanceándose hacia adelante y hacia atrás un poco para calmar a la pequeña niña. La equilibró en su cadera y usó su mano libre para quitar su cabello ondulado de la cara, limpiando suavemente las mejillas de la niña con su dedo pulgar. "Nadie va a hacerte daño. Lo prometo."

Sollozando, la niña alzó la mirada hacia Juliana. Su labio inferior sobresalía ligeramente y Juliana podía decir que estaba tratando fuertemente de dejar de llorar.

La chica de ojos marrones se sentó en el borde de la cama, con la niña en su regazo y frotando pequeños círculos en su espalda para tratar de calmarla.

Valentina ya se había despertado y se incorporó lentamente, observando como Juliana cantaba en voz baja a la niña. Hubo un golpe en la puerta justo cuando Juliana miró hacia atrás y se dio cuenta de que su esposa estaba despierta.

Era la misma enfermera que antes, pero la acompañaba otra, una mujer mayor sosteniendo lo que parecía ser un maletín. La enfermera le dio una sonrisa a Valentina, permitiendo a la mujer entrar en la habitación antes de cerrar la puerta detrás de ella.

"Hola", la mujer sonrió, acercándose a Valentina y extendiendo su mano. "Soy Georgia. Soy la trabajadora social que ha sido asignado a su caso".

Valentina le dio la mano, notando cómo la mujer miró a la niña en los brazos de Juliana. Lo cual no pasó desapercibido por Juliana tampoco, quien se deslizó un poco hacia atrás y apretó su agarre sobre la niña.

"Soy Valentina. Ella es Juliana", la chica de ojos azules asintió a su esposa. Juliana asintió lentamente.

"Han identificado los padres", explicó la mujer, sentándose en una de las sillas de plástico, tomando una pila de papeles de su maletín. "Malachi y Rebecca Allen."

"Los padres de una hija de 3 años de edad," ella hizo un gesto a la niña en los brazos de Juliana. "Con uno más en camino." Valentina se mordió el labio. "Por desgracia, sólo uno sobrevivió el accidente." Ella asintió hacia la niña y Valentina sintió que su estómago se caía en el pecho.

"Obviamente nuestra primera orden del día es establecerla con alguien permanente lo antes posible", explicó la mujer. Valentina asintió.

"El único problema con esto es que el único familiar vivo que le queda es su abuelo de 78 años de edad con Alzheimer," ella levantó los papeles para mostrarlos.

Valentina y Juliana se miraron, ambas sintiendo una punzada de tristeza por la niña pequeña.

"Sin embargo, hice un par de llamadas, y fui capaz de encontrar una casa hogar que puede tenerla hasta que le encontremos algo más permanente", la mujer asintió. La mandíbula de Valentina se apretó.

YELLOW, BLUE & GREEN (COMPLETA)- Adaptación JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora