Capítulo 9. Sentencia.

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Durante todo el resto de la noche, Sakura se encontró a si misma dirigiendo la mirada hacia donde se hallaba la atractiva guerrera extranjera... y prácticamente en todas las ocasiones, se encontró con los hermosos ojos oscuros mirándola de vuelta.

Como si Eunbi también estuviera buscándola a ella con la mirada aun mientras hablaba con alguien más.

—Parece que has causado una muy buena primera impresión en alguien, —le dijo una inquisitiva Ryujin en un determinado momento con un tono un tanto críptico y Sakura, ruborizándose un poco, no tuvo argumentos para desmentirla. Su amiga no hizo más comentarios y ella no quiso profundizar en cuanto había notado Ryujin de interés de su parte.

Conforme la noche avanzaba, los invitados se fueron retirando, y la Guardia Real se encargó de 'invitar' a los más reacios a seguir su velada en otro lado tan pronto Lee Chaerin se excusó retirándose seguida muy discretamente por Sandara.

Desde su sitio con Ryujin y Yuri, Sakura vio como Chaeyeon y Yena se acercaron a Eunbi.

—¿No se ve maravillosa? —fue el comentario de Yuri mirando lánguidamente hacia donde las tres guerreras se encontraban.

Las tres caballero se veían impactantes con su estatura casi igual entre las tres. Un par de centímetros de diferencia entre ellas.

—¿A cuál de las tres te refieres? —preguntó Ryujin con sarcasmo.

Su hermana la miró fastidiada,

—A Yena, desde luego.

—Hay que reconocer que esas Belka tienen algo en su porte que las hace... resaltar, ¿no te parece Saku-chan? —preguntó Ryujin.

Sakura la miró fastidiada.

Después de lo que pareció un intercambio breve de palabras, las mujeres enfilaron hacia las puertas principales del Gran Salón donde antes de salir siguiendo a Yena, Eunbi todavía volteó ligeramente para mirarla por última vez.

Y quizá porque Sakura también estaba mirando hacia ella, no notó a Chaeyeon de pie a su lado hasta que su esposa le habló.

—¿Nos vamos?

Sakura se volvió para encontrarse con unos ojos marrones más fríos y duros que de costumbre mirándola.

—Puedo llegar a mi habitación perfectamente sola, —dijo como respuesta a la pregunta y sin esperar otro comentario de Chaeyeon o a que Ryujin y Yuri se unieran a ella, caminó hacia la puerta lateral que daba al pasillo desde donde podían llegar a sus habitaciones.

Esperaba que Chaeyeon la detuviera en cualquier momento, pero ese pensamiento no la hizo aminorar la marcha, ni voltear hacia atrás; caminó erguida con determinación y seguridad, con paso firme y rápido, pero no apresurado hasta llegar a la puerta de su habitación donde Chaewon la esperaba de guardia. Sin moverse un ápice de su postura de guardia, la guerrera Belka apenas levantó una ceja para saludarla. Sakura prefería eso a que se dirigiera a ella con tanta formalidad como lo había estado haciendo desde esa mañana.

Apenas habían pasado cuarenta y ocho horas desde el incidente con Daniel, pero Chaeyeon había insistido en que ambos, Chaewon y Felix estuvieran mucho más vigilantes y alertas hasta que la determinación del castigo de Daniel se concretara. Sohye, la más visceral e impulsiva de los Kang después de Daniel, estaba en los calabozos del castillo y Chaeyeon dudaba que el resto de los Kang hiciera alguna estupidez, pero de varias fuentes le había llegado información de que no estaban para nada contentos con la situación de sus familiares y no quería correr ningún riesgo.

Ahora y para siempre. (Chaekkura/Kkuchaen Ver.) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora