Capítulo 21. Atardecer.

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—Iré al infierno, Lee Chaeyeon, muy seguramente.... ¡pero tú... irás conmigo! —gritó Siwon antes de lanzarse rugiendo en una carrera letal hacía Chaeyeon.

(...)

Yuta y Sae Miyawaki a duras penas conseguían mantener su caballo al paso del de Sakura. Tras su encuentro con Kang Daniel, la pelicorta no había esperado por nada, ni por nadie. Sin importarle la herida en su costado o esperar ninguna atención; tomando el primer caballo que había encontrado en el castillo, se había lanzado en una desenfrenada carrera en su afán de llegar lo más rápido posible a la Torre de Dinsmark.

De nada valieron los argumentos de Yuta y Sae respecto a avanzar con prudencia en el caos de las calles. Sakura simplemente no podía esperar. Para ese momento, ya era más que evidente que Chaeyeon no estaba en el castillo.

Y mientras más y más mercenarios llegaban al castillo por órdenes de Siwon y Sohye, para enfrentar a los guerreros de Albión y los ninjas de Hyewon, Sakura supo que los Kang podían tener a Chaeyeon en un solo lugar: La Torre.

Y la zozobra de su corazón ante esa certeza no podía ser contenida.

Ni siquiera por la columna de refuerzos en su camino hacia el castillo, se habían encontrado frontalmente con los tres hermanos Miyawaki.

Sakura se enfrentó a ellos con frenesí mientras Yuta y Sae hacían lo posible por enfrentar enemigos y proteger la espalda de su desesperada hermana pequeña. Lucharon con destreza y bravura, despachando mercenarios conforme llegaban hasta que fueron demasiados y finalmente, fueron rodeados por más de veinte de ellos. Pensando tener la situación bajo control, otros tantos se apresuraron hacía el castillo como su empleador les había ordenado.

El círculo alrededor de Sakura, Sae y Yuta, todavía en sus monturas, se fue cerrando pese a sus estocadas y ataques.

—Parece que un poco de ayuda le sería de utilidad... Mi señora, Sakura, —dijo una voz ligeramente ronca y prepotente que parecía salir de la nada.

Algunos de los mercenarios alrededor de los hermanos Miyawaki se volvieron extrañados buscando a quién los desafiaba en esa situación tan comprometida.

Los que no sabían, no pudieron contener una carcajada despectiva al encontrarse con lo que parecía una chica de baja estatura, enfundada en una sucia y desvencijada armadura, mirándolos con desprecio.

—Van a pagar por esto malnacidos, —fue todo lo que dijo la chica con voz malhumorada antes que un grupo de hombres sin uniforme cayera sobre ellos.

—¿¡Chaewon!? —exclamó Sakura sorprendida de encontrarse a la joven guerrera en ese momento y en ese lugar.

Su sorpresa no hizo sino aumentar conforme veía a más y más ciudadanos de Dinsmark, hombres y mujeres, salir de sus casas para enfrentar al grupo de hombres que los atacaban.

Ante el frenesí de los ciudadanos Belka, los mercenarios se quedaron de pronto suspendidos en el aire como si el tiempo se hubiera detenido. En ese momento, un nítido destello de sonido rasgó el aire y la bruma gris de la ciudad como una espada de luz.

Si un sonido tuviera color, ese sonido que todavía reverberaba en el aire, hubiera sido de un fulgurante color dorado y todos los Belka lo conocían a la perfección.

El sonido metálico del cuerno de guerra Belka que anunciaba la llegada del ejército más poderoso del mundo.

El sonido más temido por muchos y en esos momentos, el más anhelado por todos los Belka.

Ese prístino sonido bastó para que todas las batallas que se peleaban en ese momento, se quedaran suspendidas en el tiempo y en el espacio; los gritos, las espadas y hachas alzadas... la muerte se aplazó unos segundos y después, todos estallaron con un frenesí aún mayor.

Ahora y para siempre. (Chaekkura/Kkuchaen Ver.) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora