—Sí, yo sé que la Mariscal arde en deseos de pararse, caminar y especialmente, regresar a sus labores, pero debe tomar las cosas con calma unos días más... ¡Hace dos días todavía estaba inconsciente y hace apenas cuatro, todavía ardía en fiebre! —insistía Yuri a una Chaeyeon que estaba tercamente sentada sobre su cama, después de ordenarle a Mina que le trajera su armadura.
—No es la primera vez que me hieren... , —insistió Chaeyeon entrecerrando los ojos, con ese tono serio y auto suficiente que hacía que Sakura quisiera golpearla con un mazo.
—Yuri, Mina —dijo Sakura que había entrado justo cuando Chaeyeon le estaba dando instrucciones a Mina en su ausencia, —¿Podrían dejarnos a solas unos momentos?
La sanadora y la valet de Chaeyeon inclinaron la cabeza y salieron como les solicitaban.
Parándose frente a Chaeyeon tomando sus manos frente a ella, Sakura la miró y esperó.
Dos días habían pasado desde que había despertado y Chaeyeon ya estaba insistiendo en retomar sus labores en la guardia Imperial.
—No puedo quedarme aquí sin hacer nada, Sakura... además, —dijo Chaeyeon notando la actitud de su esposa y en un tono mucho más suave que el que había usado con Yuri. Inclinando un poco la cabeza añadió casi avergonzada, —Debo ver a mi madre. Ella no vendrá. Y cada minuto que pasa seguro que está más furiosa...
Sakura sabía que ese momento llegaría, pero no esperaba que fuera tan rápido. Chaeyeon realmente se recuperaba con rapidez, pero ella podía darse cuenta que no estaba completamente bien todavía.
La noche anterior, Yuri había accedido a que Yena le diera un reporte de las situaciones que habitualmente Chaeyeon dirigía. La heredera había insistido en que la reunión entre su capitana y ella fuera privada, así que Sakura no sabía de qué habían hablado, pero si sabía que no le había gustado la cara de preocupación que su esposa tenía cuando la reunión terminó.
Chaeyeon se había ido a dormir más silenciosa que de costumbre y esa mañana le había pedido a Sakura el desayuno más temprano de lo habitual.
Y ya sabía por qué.
Durante su breve ausencia, Chaeyeon aprovechó para llamar a Mina y pedirle su armadura, así como ayuda para vestirse, pero no contaba con que Yuri estaría al pendiente de ella tan pronto Sakura salió.
En esos momentos Chaeyeon la miraba de esa forma que ella ya conocía bien; demasiado bien para su gusto... y como ya había comprobado de múltiples maneras, cuando Chaeyeon tenía esa mirada no había nada que la hiciera cambiar de opinión.
El último par de días, ambas habían interactuado en paz. No habían hablado de nada... profundo... pero al menos no habían discutido por pequeñeces como solían hacer tan a menudo antes. Chaeyeon se había comportado amablemente con ella y ella... bueno, ella no encontraba un adjetivo para la forma como se había comportado con su esposa.
Tenían una especie de silenciosa pero frágil tregua que se podía romper en cualquier momento.
Inspirando profundamente, Sakura le preguntó,
—¿Solo irás a ver a tu madre?
Chaeyeon hizo cara de contrición, pero respondió con sinceridad.
—No. También necesito ver a Yena y a Yoojin en la guardia. —Sakura ya sabía que algo había pasado que había preocupado a Chaeyeon desde el día anterior.
—Yuri tiene razón en lo que dice, ¿sabes? Si te precipitas y sobre esfuerzas ahora, tal vez tardes más en recuperarte... —probó Sakura. No estaba acostumbrada a dirigirse a Chaeyeon amablemente, menos a pedirle nada. No podía ahora simplemente pedirle que no saliera.
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Ahora y para siempre. (Chaekkura/Kkuchaen Ver.) [Adaptación]
FanficSus vidas se unieron por la fuerza. ¿Permanecerán juntas al final por algo más que el deber y la conveniencia? ¿O el destino terminará separándoles? La línea entre la guerra y la paz puede ser tan delgada como aquella entre el odio y el amor. Ésta...