Infancia.

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CUARTO GRADO
VALENTINA

Querida, señorita Navarro :

Lamento haberme comportado mal en la clase de ayer. No era mi intención causar una alteración, y lo siento por romper sus mejores plumas, pero no siento que ODIO a Juliana Valdes. Ella es fea y habla demasiado. No sé por qué nunca la envía a la oficina como usted me envía a mi. Merece ser castigada también, y espero que ella muera mañana, así no tendré que verla o a su fea boca de metal más.

Sinceramente, Valentina .

Sonreí y le entregué la carta a mi mamá, con la esperanza de que esta vez sería el encanto que no me haría reescribir todo de nuevo. Me sentía más allá cansada de Juliana metiéndome en problemas y riéndose de eso. Ella pensó que era tan inteligente porque sabía las respuestas a todas las preguntas en clase, pero yo también las sabía. Sobre todo porque sabía en dónde guardaba nuestra maestra la hoja de las respuestas y siempre se las robaba a la hora del almuerzo. Mis padres conocían a sus padres personalmente porque siempre tenía que ir a reuniones sobre mí "metiéndose con ella" y "haciéndola llorar", pero nadie me cree cuando les digo que fue ella quien lo inició. Ella siempre lo empezaba...
-Valentina... -Mi madre respiró hondo y sacudió la cabeza-. Esta es una terrible carta. Es peor que las tres últimas que escribiste.
-¿Cómo? No llamé a Juliana ningún nombre esta vez. Sólo dije que quería que se muriera.--
-¿No crees que le estás haciendo daño a sus sentimientos cada vez que la llamas fea? --
-Ella es fea.
-No es fea. -Mi padre entró en la habitación-. Ahora, esos frenos en su boca pueden serlo, pero ¿en su conjunto? Es muy linda.
-¿En serio? -Mi madre lo miró, y él se rió. -Lo siento. -Se acercó y me dio una palmadita en la espalda-. No es bueno llamar a alguien "fea", hija. No importa lo mucho que la odias. Tienes que dejar de permitir que esta chica, Juliana, te afecte. Esta es la quinta vez este año que te has metido en problemas.
-Octava vez -lo corrigió mi madre-. La empujó fuera de los columpios cuando se encontraba en el aire la semana pasada. Mi padre me miró. -¿Y qué hiciste esta vez? No le contesté. Miré hacia el suelo en su lugar. -Se puso de pie en medio de un examen de matemáticas y dijo: "Te odio, Juliana" -dijo mi mamá-. Luego procedió a agarrar la prueba de la pobre muchacha, la hizo una pelota, y la tiró a través del salón... falló y golpeó el lapicero de cristal favorito de su maestra en el suelo. Sacudiendo la cabeza, mi padre suspiró.
-Deja de hablar con esta chica, ¿de acuerdo? Ni siquiera la mires. Vas a tener que aprender a ignorarla, no importa qué. De todos modos, algo me dice que no va a ser una persona de "por vida" para ti. Ella es sólo temporal, por lo que va a desaparecer pronto. Confía en mí.
-Me alegra ver que finalmente actúes como un adulto acerca de esto. -Mi mamá rasgó mi carta por la mitad y centró su atención en mí-. Ahora, siéntate y escribe una buena carta a tu maestra, y una aún mejor para Juliana, y dile que no vas a ser mala con ella nunca más. Trata de pensar en algo bueno que decir, también. ¿Quizás mencionar algo acerca de esos bonitos vestidos que siempre viste? Me quejé, pero tomé mi pluma y escribí. Me tomó cinco cartas más para hacerlo bien desde que me prohibió las palabras "estúpida", "odio" y "morir", pero finalmente la hice perfecta alrededor de la medianoche. Entonces, me prometí a mí misma que después de dar a Juliana mi carta mañana, nunca jamás hablaría con ella de nuevo...

................

Al día siguiente en la escuela, puse la nota de disculpas en el escritorio de mi maestra súper temprano, caminé hacia la fila más lejana y me dejé caer en el último asiento. Entonces saqué mi tarea y traté de terminar unas cuantas preguntas de matemáticas antes de que empezara la clase. Conté cuatro veces siete en mis dedos y vi a Juliana tomando asiento junto a mí. -Buenos días, Valentina -dijo ella. Fingí que no la escuchaba. -¿Valentina? -Palmeó mi hombro y yo escribí veintiocho en mi papel-. ¿Hola? -Palmeó mi hombro aún más fuerte-. ¿ Valentina? ¿Valentina? -¡¿QUÉ ?! -Finalmente la miré. -¿No tienes algo para mí hoy? ¿Algo bonito e importante? -Sonrió con su enorme boca de metal. Ugh. Es tan fea...
-Nop. -
¿Tu madre no te hizo escribirme otra nota de "lo siento mucho"? -Se cruzó de brazos-. Porque eso es exactamente lo que le dijo a mi mamá por teléfono esta mañana. --
-Bueno, tu madre debe ser sorda y muda, porque no escribí nada para ti. -
--¿Qué? -Se quedó sin aliento-. ¡Retira eso o te acusaré! -
--Adelante, ¡acúsame! -Me encogí de hombros, esperando a que levantara la mano y me acusara como siempre. No lo hizo. Sólo me miró. Luego metió la mano en su bolsillo y arrojó una nota doblada sobre mi escritorio. Quería arrugarla en una bola y tirarla directo en su cara como debería haber hecho ayer, pero la abrí y leí en su lugar:

Estimada, Valentina:
Siento que te hice actuar mal y romper las plumas de la señorita Navarro ayer, pero no siento que TE ODIO. Eres fea y hablas demasiado. Es por eso que siempre te meto en problemas, porque no te puedes callar y crees que lo sabes todo PERO ¡NO ES ASÍ! Realmente deseo que seas golpeada por un autobús un día pronto porque apestas. Apestas UN MONTÓN.
No Sinceramente, Juliana.

Nos convertimos en mejores amigas ese mismo día...

By your sideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora