Capítulo 19

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El médico salió de la habitación con una cara inexpresiva por lo que no sabíamos si lo que nos iba a decir era algo bueno o malo y yo tan negativa como siempre me temí lo peor, agarré la mano de Vero, respiré profundamente y esperé al igual que los demás a que el doctor nos diera la fatídica noticia.

-          Bueno, no sé por dónde empezar – genial, si el médico no sabía cómo empezar es que algo malo iba a pasar – No sé cómo lo han hecho, pero su amigo se acaba de despertar…-

-          No me diga, creo que no nos habíamos dado cuenta – ironicé haciendo que el médico me echara una mirada de desaprobación.

-          Ejem, bueno, como iba diciendo su amigo ha despertado y milagrosamente no ha sufrido ningún daño –

-          ¿Qué quiere decir con que no ha sufrido ningún daño? –preguntó Noa agarrando la mano de Carlos.

-          Pues que normalmente, en estos casos, el paciente suele sufrir algún tipo de lesión cerebral ya sea amnesia o algún traumatismo que requiere cirugía – no había entendido absolutamente nada de lo que había dicho el médico pero puse cara de haberlo comprendido todo –  Ya me explicarán cómo han conseguido hacerlo –

Empecé a ponerme nerviosa, cada minuto que el doctor hablaba era un minuto menos que iba a estar con Blas, necesitaba entrar en esa habitación y comérmelo a besos.

-          ¿Cuándo podemos entrar a verlo? –preguntó Dani atrayendo hacia sí a la chica misteriosa.

-          Pues en cuanto termine de hablar con vosotros – respondió el médico mirando hacia Dani.

-          Pues apúrese que queremos verlo – le apremié.

Después de echarme una pequeña bronca y de darnos unas cuantas indicaciones respecto a la salud de Blas, como por ejemplo no atosigarlo a preguntas o a historias, pudimos entrar todos en la habitación.

Nada más entrar me lancé a sus brazos que nada más verme se abrió invitándome a cobijarme bajo ellos.

-          Ay, mi niña – susurró en mi oreja – No sabes lo que te he echado de menos todo este tiempo –

Empecé a llorar y sus brazos me apretaron más a él protegiéndome y evadiéndome de todo lo que nos rodeaba en esos momentos, no se escuchaba a nadie en la habitación por lo que supuse que los demás se habían quedado en el pasillo para dejarnos intimidad.

-          No llores Andrea, que no estoy tan feo – hizo una mueca intentando sacarme una sonrisa, sonrisa que no tardó en aparecer – Esa es mi chica – me apartó unos mechones y los colocó detrás de mí oreja – Las princesas no lloran - .

Me aparté un poco de él y le miré fijamente hasta que comencé a reírme.

-          Echaba de menos tu risa – comentó con una sonrisa mientras no dejaba de observarme - ¿No me vas a contar el chiste para que me ría contigo?- preguntó al verme en aquella situación.

-          Ay Blas que te has vuelto un cursi – respondí dándole un beso que me supo a gloria.

Blas encantado me siguió el beso que no se quedó en un simple beso si no que fue a más, a muchísimo más.

Intenté separarme de él, obviamente conocía sus intenciones y mis principios me decían que o me apartaba o después no sería capaz de parar. Opté por apartarme, sin embargo no conté con que las manos de Blas habían bajado hasta mi cintura impidiéndome salir de su agarre.

Cioccolato ( Blas Auryn  y Alvaro Auryn )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora