Capítulo 12

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Iba a contestar pero Vero me interrumpió.

-          Nosotros nos encargaremos de que siga sus indicaciones, doctor-

-          Ni se os ocurra- solté incorporándome en la cama- Vosotros no os vais a encargar de nada, puedo cuidarme yo sola.

-          Señorita, no está en condiciones de negociar, si no quiere perder al niño deberá seguir mis indicaciones- me reprendió el médico- y ni se le ocurra hacer ningún tipo de esfuerzos- añadió al ver mis intentos por levantarme de la camilla.

Al final no iba ser todo un camino de rosas, si no podía realizar esfuerzos tendría que dejar el trabajo y eso significaría que no podría pagar el piso por lo que no me quedaría otro remedio que volver a casa de mis padres.

¡Mis padres! Aún no le había comentado nada y tal y como estaban las cosas no quería preocuparles, ya les llamaría cuando todo estuviese un poco más calmado.

Al problema del embarazo de riesgo se sumaba ahora el problema del dinero, ¿como pagaría yo ahora el piso? ¿como mantendría a mi bebé? Estaba claro que no le iba a pedir dinero a Álvaro, aunque él era el padre no me gustaba la idea de pedirle dinero pues al fin y al cabo la que estaba embarazada era yo, no él.

En cuanto saliera del hospital llamaría a mi jefe y le explicaría mi situación aunque no me extrañaría nada que Vero no lo pususiese al día.

Estaba tan concentrada debatiendo conmigo misma que no fui consciente de que me encontraba sola en la habitación. Supuse que el doctor había salido para continuar con su trabajo, pero ¿dónde estaban Álvaro y Vero? en eso estaba pensando cuando hicieron acto de presencia en la habitación.

Álvaro portaba un peluche enorme con un lazo azul y Vero tenía entre sus manos la caja de bombones de chocolate más grande que había visto en toda mi vida.

-          Vero te quiero!- exclamé mientras intentaba quitarle la caja de bombones- Pero dámela- dije poniéndole ojitos.

-          Andrea! Estáte quieta, ya sabes que no debes hacer esfuerzos- me reprendió mi amiga- si te estás quieta te doy el chocolate, si no me lo como yo-

Resignada me acomodé en esa maldita e incómoda cama, por mi bien no me quedaría más remedio que hacerle caso a Vero asíque a regañaientes me estuve quietecita en mi sitio.

-          Así me gusta, ay mi enfermita que bien lo vamos a pasar durante estos siete meses- comentó mientras se reía.

-          ¿Siete meses?- pregunté confundida- No entiendo.

-          Jajajajaja, a ver Andrea, estás embarazada de dos meses- comenzó a exlicarme Álvaro entre risas- por lo que sólo quedan siete meses para verle la carita a nuestra niña- dijo con una cara que estaba para comerselo.

-          Álvaro pero que dices !! si aún no sabes si va a ser niña- contestó mi amiga mientras le daba un leve golpe en la cabeza a su chico- Eso sí sea lo que sea va a estar muy mimad@- dijo ilusionada.

Esta mujer cada día me soprendía más, a pesar de estar embarazada de su novio ella estaba encantada con el futuro bebé, hasta tal punto que estaba más ilusionada que yo.

En ese momento deseé que Blas reaccionara de la misma manera. Parece que el aludido me leyó el pensamiento porque escogió ese preciso momento para llamarme.

Después de lo que me había pasado y de todo lo que me había dicho no sabía que hacer, se me hacia demasiado extraño que me estuviese llamando en ese momento.

Cioccolato ( Blas Auryn  y Alvaro Auryn )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora