Los rayos de sol que entraban desde la ventana abierta chocaron contra los ojos cerrados de Natasha, obligándola a abrirlos lentamente.
Tardó un poco en reconocer donde se encontraba, y una sonrisa apareció en sus labios cuando recordó lo que hizo ayer en la noche junto a su amante, tendrían que repetirlo.
Volteó su cabeza hacia el otro lado de la cama, viéndolo con la colcha hundida y sin la persona que quería ver.
Pensó que lo que habían hecho era simple diversión, hasta que observó al lado de la ventana.Su cabello negro estaba amarrado en una coleta desordenada, teniendo una camisa larga de botones que solo le cubría hasta la cintura, que dejaba al descubierto su braga negra, viendo fijamente el cielo mientras succionaba de su cigarrillo.
Sus ojos oscuros no parecían brillar como lo hicieron anoche, y eso le hizo saber que algo le ocurría.
—Oye, ¿Estás bien?—preguntó sentándose en la cama, cubriéndose con la sábana y arreglando como podía su cabello rojo.
Krysten habló sin despegar su mirada del cielo, con una voz apagada:
—Fury me llamó hace unos minutos—la pelirroja pudo notar el tono de voz con el que lo decía. Melancólico.
—¿Te tiene una misión?
—Ojalá fuera eso—succionó otra calada de su cigarrillo, expulsando el aire segundos después—encontraron el cuerpo de Irina Solavoff.
Natasha se acercó a la pelinegra, cubriéndose con la sábana.
Se sentó enfrente de ella, buscando conectar sus ojos con los de ella.—¿La conocías?—se aventuró a preguntar, a lo que Vólkova soltó una risa sarcástica mientras observaba a las pocas personas de la calle caminar.
—Ella fue la que me crió...
Sus pensamientos eran invadidos por los momentos de hacía años vivió junto a la persona que pudo llamar madre, desde su primer encuentro hasta que desapareció de su encuentro.
Sabía de antemano que Irina se había estado escondiendo desde que la había ayudado a escapar de Rusia hacía ya cinco años, pero nunca pensó que la primera noticia que recibiría sobre ella, hubiese sido la de su muerte.
¿La causa? Un disparo de escopeta en la espalda, cayendo por un acantilado y terminando en un alambre de púas electrificadas.
'la escopeta tenía "V" tallada según las cámaras' fueron las últimas palabras de Nick Fury.Y se lo dijo a ella porque Krysten sabía lo que aquello significaba.
"V" de Vólkova.Su padre lo había hecho.
Natasha suspiró mientras la observaba, buscando las palabras adecuadas para tratar de calmar los pensamientos que la pelinegra estaba teniendo.
Krysten encendió otro cigarrillo cuando ya había tirado el otro, y la pelirroja se preguntaba de dónde los sacaba.
—Todas las sombras de mí pasado siempre volverán.
—Hablas de las sombras como si fueran personas.
Vólkova dejó escapar el humo por su boca, esta vez mirando los ojos de su novia, y Natasha pudo ver claramente todo el conjunto de emociones que estaba teniendo y luchando por no dejar escapar.
Melancolía, enojo, tristeza, ira... sufrimiento.
—Las sombras se manifiestan de diferentes formas y tamaños, un ejemplo de ello soy yo...—la pelirroja optó por robarle el cigarrillo antes de que cometiera alguna locura después.
Se cubrió mejor con los adredones y se sentó a su lado, dejando caer su cabeza en el hombro de la de ojos marrones oscuros.
Esta apoyó su cabeza en la de su novia, cerrando sus párpados y así evitar derramar las lágrimas que por tantos años había tratado de no liberar, y todavía no lo haría.¿Pasaría lo mismo con Natasha?
¿Pasaría lo mismo con su nuevo equipo?
¿Pasaría lo mismo con ella?Preguntas sin respuesta, y para Krysten era mejor así.
La de cabellos negros acarició a la persona a su lado, frunciendo el entrecejo al sentir pequeñas relieves en la zona cercana al vientre.
—¿Son tus cicatrices?—preguntó sorprendiendo a Natasha, y esta solo bajó la mirada a sus manos entrelazadas.
—Son un recuerdo de lo que fui.
Krysten la miró un segundo, y algo se le removió en el estómago al venirle a la cabeza la manera en que la castigaban, muy diferente a la de su pelirroja.
—Mis castigos fueron diferentes—murmuró con pesadez, arreglándose el cabello.
—¿A qué te refieres?—cuestionó Natasha acariciando con sus dedos los nudillos de la mano de la contraria, buscando alivianar el ambiente.
La pelinegra suspiró, mirando el cuerpo de Romanoff siendo tapado por aquella sábana.
La ojiverde se dió cuenta de que los ojos de Krysten no se apartaban de su anatomía cubierta, y pensó que eran sus pensamientos sexuales, hasta que algo hizo 'click' en su mente.
—Tu... ¿Fuiste abusada...?
—Si... Tanto sexual como psicológicamente—sus ojos oscuros eran cubiertos por las lágrimas que nunca quería bajar.
Natasha soltó un bufido por lo bajo, buscando alguna forma de poder cambiar de tema y así quitar ese molesto silencio incómodo que había empezado a crearse en la habitación.
—No se si ya te lo había dicho, pero le gusta como te ves con solamente una sábana.
La pelirroja observó a fémina, esta teniendo una mano apoyada en el muslo de su novia y con muchos pensamientos sobre como hacerla suya nuevamente.
—¿Te gusta?
—Me encanta—los labios de ambas estaban a centímetros de chocarse entre sí.
Krysten llevó lentamente su mano a la entrepierna de la ojiverde, buscando la manera de tocar esa zona.
—¿Se lo diremos al equipo?—la repentina pregunta de la espía rusa la detuvo.
—¿Sobre nosotras?—respondió con otra pregunta, recibiendo en respuesta un asentimiento de cabeza—se los diremos hoy en la tarde si quieres...
—Cuando tú estés lista yo lo estaré.
Ambas se sonrieron, ahora atacando los labios de de la contraria en busca del dominio, mientras que Krysten le quitaba la sábana que cubría su cuerpo y Natasha le quitaba la camisa.
Y nuevamente se sumergieron en el placer.
Capítulo corto.
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La Sømbra (Natasha Romanoff) #marvelawards
SonstigesLa vida de Krysten se basó en golpes, cicatrices, sangre, torturas y lágrimas. Y todo eso la transformó en quien es ahora. El proyecto Sømbra fue creado con el mismo propósito de la KGB al crear a la viuda negra; entrenar niñas desde temprana edad p...