Natasha Romanoff volvió de su misión algunas horas después, cansada y con un pequeño raspón en su frente que no le daba más que un simple dolor.
Se cambió por cómoda para dormir debido a las altas horas de la noche que había llegado junto con su equipo, pero eso no le impidió caminar hasta el cuarto de su amante.
Nunca imaginó querer a alguien como lo hacía con ella... Amar a una persona que te corresponde por igual, dándote cuenta de tus sentimientos y sensaciones.
Amaba a Krysten Vólkova.
Entró en silencio, imaginando que estaría durmiendo o posiblemente en una de sus muchas escapadas nocturnas para hacer actividades extracurriculares de las cuales la mayoría desconoce, pero no fue así.
La puerta que daba al baño estaba abierta, lo que le daba la vista perfecta de la chica.
Krysten se encontraba de espaldas sentada en la bañera, todo mojada por el agua y llena de espuma por todo su cuerpo, estando de espaldas a ella y lo que le daba la vista de un tatuaje en el centro de su espalda.
El nombre de su madre y su hermano estaban cocidos con tinta permanente en su piel.
Lentamente la de cabellos negros se dió la vuelta, mirando a una pelirroja apoyada en el lumbar de la puerta mordiéndose el labio inferior, sin preocuparse en ocultar sus deseos.
—¿Quieres unirte?—la manera en que la Sømbra pronunció esas palabras, tan sensuales y adictas, fue suficiente para encender a la Viuda Negra.
A medida que avanzaba se quitaba su ropa, manteniendo el contacto visual y sintiendo sus emociones a mil.
—Eso no se pregunta, Krys.
(…)
—¿Quién te inspiró para poder cambiar?—cuestionó, dándole pequeñas caricias a la espalda desnuda de la pelirroja.
Ella se quedó en silencio unos segundos, conteniendo la sonrisa al hablar nuevamente:
—Fue Clint, él... Me hizo ver qué era más que una asesina—el tono con el que pronunciaba aquellas palabras fue lo que le llamó la atención a la de ojos marrones—Me hizo ver qué si tenía un lugar en el mundo.
—Se ve que es importante para ti—Natasha, por inercia, sonrió de manera burlona cuando sintió los celos en la boca de Krysten.
—El es como mi hermano—aclaró acomodándose en su regazo, ambas todavía sumergidas en el agua tibia y llena de espuma—Tengo una pregunta.
—Pues dimela, Nat.
—¿Por qué decidiste unirte al equipo aparte para obtener información sobre tu padre?—Vólkova se quedó callada un instante, pesando sus siguientes palabras.
—Creo que fue por... mi hermano—cerró sus párpados, evitando que la escena del disparo se repitiera—No fue hasta el día de la propuesta de Fury que me di cuenta que... le estaba dando lo que quería a Klayton...
Ese hombre, su propio padre, había arruinado su vida desde los pocos meses que tenía en el mundo, le hizo ver muchas cosas de las cuales nunca podría olvidarse y le hizo matar a una de las pocas personas que quería, Ryan Vólkova.
Primero fue su madre, luego fue su hermano, después fue su compañera y amante, y por último la persona que la crió en secreto.
Lo único que faltaba era la muerte de su novia.
Esa sería la gota que derramaría en vaso de su poca cordura.
Natasha se dió la vuelta, salpicando algo de agua fuera de la bañera y quedando cara a cara con Krysten, observando sus facciones contraerse.
—No se si es muy rápido, pero...—las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta, pero se obligó a seguir a tener aquella mirada oscura y penetrante que le encantaba sobre ella—Pero tienes que saber que...
››Te amo, Krysten.
La dos se miraban, sumergidas en diferentes pensamientos que parecían no llegar a ningún lado.
Por una parte estaba la espía rusa, debatiéndose entre sí fue muy pronto para decirle tan profundas palabras, pero sin sentir arrepentimiento, y entre que ellas no va haber más nada.
Y luego estaba la asesina justiciera, repitiéndose varias veces en su cabeza las palabras que hacía ya cinco años que no había vuelto a escuchar, y que parecía un sueño que la persona con básicamente el mismo entrenamiento que ella lo hubiera dicho.
Ninguna sabía que hacer después de eso.
—Y-yo, creo que fue muy pron..- unos labios chocando de golpe con los suyos detuvo sus innecesarias disculpa.
Reaccionó al darse cuenta que Krysten no la besaba como antes, sino con otra emoción agregada. Pasional, lujurioso, deseoso, excitante...y romántico.
Las manos de la pelinegra acercaron más a la de hebras rojizas, profundizando el beso que demostraba más que las palabras que se les atascaban en la garganta.
Sus cuerpos desnudos y empapados por el agua y por la espuma chocaban pero ninguna se tocaba, solo paseaban sus manos por el cuello y la espalda de la contraria y suspiraban cada vez que escuchaban el sonido que recreaban sus cavidades bucales al ser exploradas nuevamente por las lenguas ajenas.
Se separaron lentamente, abriendo despacio sus párpados para perderse en el contacto visual de sus ojos, los ojos verdes como una esmeralda y los ojos marrones oscuro como un bosque reducido a las cenizas.
—También te amo, pelirroja—Natasha sonrió como adolescente enamorada, escuchando las palabras de su amante—Debes prometerme una cosa.
—Lo que sea.
—Prométeme que no me dejarás—sintió la serenidad y la importancia de aquella promesa, y pudo sentir las emociones emanar en los ojos de Vólkova—Ya perdí muchas personas en mi vida y no...-
—Traquila—la calmó tomándola de las mejillas—Lo prometo, Krys.
››Te prometo que nunca te abandonaré.
Nuevamente una promesa.
Una palabra tan deseada por ambas, y que reflejaba muchas cosas.
Pero ninguna sabía lo que aquello en verdad significaaba.El amor es complicado, pero muchas veces te puede llevar a hacer cosas tanto buenas o malas.
Y en este caso, estaba en un hilo que muy pronto se rompería con una decisión.
Una simple decisión que ambas debían tomar, pero tal vez eso rompa su amor.
¿Una decisión correcta por encima del amor?
Solo la Sømbra y la Viuda Negra pueden demostrarte eso...
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La Sømbra (Natasha Romanoff) #marvelawards
De TodoLa vida de Krysten se basó en golpes, cicatrices, sangre, torturas y lágrimas. Y todo eso la transformó en quien es ahora. El proyecto Sømbra fue creado con el mismo propósito de la KGB al crear a la viuda negra; entrenar niñas desde temprana edad p...