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iró como Wanda Maximoff seguía viendo las noticias sobre la explosión en Lagos, Nigeria, apoyándose en el lumbar de la puerta y quedando de brazos cruzados.

Todavía pasaba la misma noticia desde hacía unas semanas, cuando ya se había acabado el mes.

No parecía en sus cinco sentidos, teniendo lágrimas en los ojos y mirando fijamente el edificio destruido y en llamas a causa de sus poderes.

-¿Cuánto tiempo lleva así?-preguntó Steve Rogers cuando se colocó al lado de ella, pero la pelinegra no se inmutó.

-Desde que ocurrió la explosión-le respondió sin mirarlo, manteniendo su rostro sereno.

El rubio tomó el control de la televisión y la apagó al momento que pronunciaban el nombre de la castaña, y esta solo bajó la mirada.

Le dolía saber que muchas personas murieron por su culpa.

-Es mi culpa.

-No es verdad.

-prende la televisión, ahí fueron muy específicos-Wanda volteó su cabeza para observarlos, deteniéndose más en Steve.

Rogers se acercó a ella, tomando asiento a su lado y suspirando al recordar que también había sido su culpa en una parte.
Krysten siguió mirándolos en silencio, arreglando su infaltable vestido negro.

—Debí notar esa bomba mucho antes.

››Rumlow dijo 'Bucky' y... Volví a ser el chico de dieciséis años de Brooklyn.

La de ojos marrones le prestó demasiada atención a el sobrenombre de aquella persona, tratando de recordar en donde lo había escuchado.

O visto.

—Nuestro deber es salvar el mayor número de gente, pero sino aprendemos a vivir con eso tal vez la siguiente vez nadie se salve...

La Bruja Escarlata lo miró a los ojos, analizando sus palabras mientras que La Sømbra fijaba su mirada al final del pasillo, dónde su amigo Sam le estaba mandando señas extrañas con sus manos.

Caminó a paso acelerado, dejando de lado el hecho de que Visión había atravesado la pared de la habitación de Wanda y estando más al pendiente de lo que Wilson seguramente le había logrado traer.

Lo tomó del brazo y lo arrastró a uno de los almacenes, ignorando el quejido de dolor que el moreno soltó.

—¿Lo tienes?

—Hola, Sam ¿Cómo estás? Yo bien, gracias—habló rodando sus ojos, haciendo bufar a la de cabellos negros.

—Es enserio, Sam, ¿Lo tienes?—el nombrado asomó su cabeza por la puerta, mirando a ambos lados antes de asentir con su cabeza en silencio.

La Sømbra (Natasha Romanoff) #marvelawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora