capitulo 20

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Cuando Juliette y Jonas llegaron al reformatorio junto con Sean el ambiente en el auto era tenso, Jennifer y la directora estaban en la puerta con una falsa mirada de preocupación esperando a la pareja.

—Señora Olivia, aquí esta como lo prometí —comenzó a hablar Sean.

—Gracias, señor O'Connor, estábamos tan preocupadas.

Jonas no podía mirar de peor forma a las dos mujeres, la falsedad que emanaban de sus miradas era casi imposible de ignorar, incluso para Sean, mientras tanto Jonas tenía una batalla interna acerca de si simplemente agarrar la mano de Juliette y huir o darse un golpe a si mismo por hacer algo tan estúpido como traerla a ese horrible sitio, por su parte Juliette solo tenía su cabeza gacha y estaba encorvada, triste y decepcionada por el hombre a su lado.

—Espero que cumpla su promesa, señora Olivia, más le vale que no le haga daño.

—No le haré daño, señor O'Connor, se lo prometo —dijo la mujer mirándolo con una sonrisa—. Ve pequeña, entra al edificio, tienes trabajo que hacer.

—Juliette —Jonas la obligó a detenerse—. Estaré cerca si necesitas ayuda.

Pero Juliette no le respondió, simplemente siguió caminado con Jennifer detrás de ella.

—No se preocupe por ella, señor O'Connor, nadie le volverá a hacer daño.

—Eso espero, señora Brown o yo mismo vendré aquí a arrestarla.

Eso hizo que la mujer borrara su sonrisa y sintiera un poco de temor, pero solo por un segundo.

—¿Va a entrar hoy? —preguntó la mujer volviendo a sonreír como si nada.

—No, tengo asuntos que arreglar.

Jonas se subió a su auto sin siquiera pensar en su tío, quien no tuvo la más mínima oportunidad de abrir la puerta de la camioneta y entrar, el detective solo arrancó el auto a toda velocidad para llegar a la que iba a dejar de ser su casa.

Cuando Jonas llegó a casa se encontró con una muy molesta Danna fulminándolo como la mirada.

—¿Dónde pasaste la noche? —Preguntó ella cruzándose de brazos y golpeando el suelo con la punta de su tacón—. ¿Por qué apagaste tu teléfono?

—La camioneta se averió y mi teléfono se descargó —dijo él como si nada.

—¿Por qué no le llamaste?

—Porque no tenía como llamarte.

—Estabas con otra ¿Cierto? Estabas con otra...

—Danna, simplemente dejemos de discutir.

—Es la primera vez que escucho algo como esto de ti —dijo la mujer relajándose.

—De verdad discúlpame por lo malo que he sido contigo... me siento mal por todo eso —le pidió Jonas mientras se acercaba a la ahora emocionada mujer.

—¿En serio Jonas? —preguntó ella con una sonrisa.

—Si, en serio —agarró su mano izquierda y le dió un beso a sus nudillos—. Quisiera compensar las cosas contigo.

—¡Si! ¡Vamos a la cama Jonas! —Gritó ella con emoción—. Hazme tuya con pasión... como lo hacías antes.

—Vamos Danna, tengo planeado un juego para ti.

Cuando llegaron a la habitación principal Danna no perdió tiempo para desvestirse, Jonas solo la miraba al tiempo que sacaba sus antiguas esposas de trabajo de su cajón.

El secreto de JulietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora