El secreto de Juliette

capitulo 13

A la mañana siguiente Juliette y Eve se escaparon un momento a la biblioteca, Jonas llegaría en cualquier momento y Juliette tenía curiosidad por ver la reacción del hombre al verla un poco más arreglada, Eve se encargó de aplicarle un poco de algo llamado rimen en sus pestañas y un suave labial color rojo en los labios, se lo aplicó de manera esparcida para darle color pero que se viera natural, cuando terminó sacó un pequeño espejo de mano de su bolso y se lo entregó a Juliette.

—Ves que si eres bonita —dijo Eve mientras Juliette se admiraba en el espejo.

Su color de ojos resaltaba más con el rimen y sus labios se veían gruesos con ese color, le encantaba como se veía y solo esperaba que al detective le gustara.

Jonas ya estaba en el lugar mientras Juliette se arreglaba, se encontraba encerrado en la oficina con la directora mostrándole la amenaza de muerte que supuestamente habían encontrado en la ropa de Sunny, la directora estaba sorprendida y Jonas notó que su sorpresa era sincera.

—Nunca pensé que... ¿De qué secreto habla? ¿Por qué esa amenaza tan fuerte?

—Yo me estoy haciendo las mismas preguntas, señora Olivia.

—Esto no puede estar pasando —dijo la mujer cubriendo su rostro con sus manos.

—Señora Olivia, una amenaza es algo importante, necesito la caligrafía de cada chica del lugar incluyendo a las empleadas.

—Sí, por supuesto, las clases inician en quince minutos, hoy tienen clase de religión.

—Para que el culpable no sospeche ¿Puede mentir? ¿Decir que es para el expediente o algo así?

La mujer soltó un suspiro.

—Tengo que hacerlo, supongo —dijo un poco resignada.

—Señora Olivia, me tomé el atrevimiento de investigar a Juliette —le anunció Jonas con cautela.

El rostro de la mujer perdió todo color en ese momento y Jonas casi podía jurar que estaba tratando de controlar su respiración.

—Los padres de Juliette están muertos ¿Sabía usted eso? —preguntó él inclinándose hacia adelante.

—Si... ya lo sabía.

—¿Y ella lo sabe?

—No, ella no lo sabe —reconoció la mujer con el ceño duro y fruncido.

—¿Por qué?

—Señor O'Connor, por si no lo ha notado Juliette no es una chica con fuerza, ni física ni emocionalmente ¿Se imagina lo que pasaría si ella se entera de algo tan fuerte como eso?

—¿Y ella no se ha preguntado que hace acá aunque ya cumplió la mayoría de edad? —preguntó él sorprendido.

—Señor O'Connor, le sugiero que deje ese asunto hasta acá —le espetó la mujer—. Juliette será libre de irse cuando cumpla veintiún años, después de eso usted podrá decirle todo lo que quiera.

—¿Acaso la chica no merece saber que sus padres están muertos?

—No, la verdad no lo merece y ella sabe el porqué —la mujer se colocó de pie, con una mirada fría y su cuerpo tenso—. Así que si tanto quiere saber sobre ella, simplemente pregúnteselo, y si ella se niega a responderle entonces desista.

—No desistiré, aún si ella me lo pide.

—¡¿Por qué le importa tanto?!

—Porque hay algo en mi interior que me dice que ella no debería estar acá —le habló Jonas con mucha firmeza.