Juliette descansaba plácidamente sobre la cama del cuarto de hotel, Jonas tuvo que desvestirla para que durmiera más cómoda y ahora estaba frente a su laptop observando todas las pistas fotografiadas, algo se le estaba pasando, algo se le estaba olvidando, pero no sabía que era, se estaba quedando sin pistas y ahora que había sacado a Juliette de ese lugar no podía ni siquiera asomar la cabeza por ese edificio, observaba de lejos a Juliette moviéndose algo incomoda y levantarse para después quedar sentada de un momento a otro.
Juliette no reconocía el lugar, era todo blanco y las sábanas se sentían acolchadas, pensó que la imagen de Jonas rescatándola era un sueño, un maravilloso sueño provocado por la alucinación o por la tristeza, cuando sus ojos se encontraron con esos luminosos ojos miel mirándola desde el otro lado de la habitación soltó un suspiro lleno de tranquilidad y su corazón dio un brinco.
—¿Dónde estoy? —musitó ella algo tímida.
—En un cuarto de hotel —respondió Jonas colocándose de pie y caminando hasta la cama—. Fui a buscarte esta tarde pero todos actuaban extraño.
—¿Por qué fuiste a buscarme? —preguntó ella sin mirarlo.
—Porque ya no puedes estar en ese lugar, nunca más.
—¿Entonces porque me volviste a llevar?
Eso generó un gran nudo en la garganta de Jonas.
—Porque la señora Olivia es una muy buena manipuladora y porque me prometieron que te protegerían.
Pero ella no respondió, se encontraba demasiado triste como para responder, unos días antes le había dicho que no confiaba en la mujer y ahora de la nada había decidido confiar en ella, eso no tenía sentido para Juliette.
—Me devolviste porque tenías un caso que terminar —murmuró ella apretando sus rodillas contra su pecho—. Sólo fui una excusa para un fin.
—Juliette, eso no es así, nunca te usaría de esa forma, necesitaba respuestas y sé que fue estúpido devolverte pero siento que si no lo hubiera hecho no hubiera podido descubrir lo que descubrí.
—¿Y qué descubriste?
—Te diré lo que descubrí si levantas la cabeza y me miras —le pidió Jonas un poco harto de su indiferencia.
Ella poco a poco levantó la cabeza y lo miró fijamente, él colocó sus manos sobre la cabeza de la chica y se acercó muy despacio para sentarse a su lado y darle un tierno beso en la frente.
—Juliette tus padres... ellos... fallecieron ya hace tiempo.
Jonas tuvo que cerrar los ojos al ver el rostro completamente desencajado y los ojos vidriosos por las lágrimas de Juliette, no sabía si ese era el momento para decirle algo así pero tenía que hacerlo por el bien de ella, la chica comenzó a llorar y se arrojó al cuerpo del detective abrazándolo con fuerza para intentar controlar su pena, Jonas no lo dudó un segundo, apretó con fuerza el cuerpo de la chica cuidando de no tocar sus heridas y dio suaves besos a la coronilla de su cabeza con intensión de demostrarle que todo estaría bien, que de ahora en adelante estaría con ella, que él sería su apoyo y su hombro para llorar.
Después de un rato la chica se calmó un poco, se separó un poco de él y lo miró fijamente.
—¿Fue mi culpa? ¿Murieron porque yo me escapé? —su voz se escuchaba quebrada y sin fuerzas.
—No, por supuesto que no —le respondió Jonás limpiando sus lágrimas—. Fue un accidente, un incendio.
—¿Un incendio? ¿Y porque nadie me dijo nada?
ESTÁS LEYENDO
El secreto de Juliette
Misterio / SuspensoUn asesinato ha ocurrido en el reformatorio para jóvenes rebeldes de Scottwon, ningún testigo, casi ninguna prueba y ningún sospechoso posible meterán en una encrucijada a el detective Jonas O'Connor, quien tendrá que desentrañar los secretos del "m...