capitulo 24

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—Señora Olivia ¿Quién asesinó a Sunny Trent y a Eve Alley? —preguntó Jonas mirando a la mujer.

La señora Olivia Brown había sido esposada por primera vez en su vida y ahora se encontraba en un tétrico salón de interrogatorio, pero por alguna extraña y molesta razón no parecía estar asustada, al contrario, se veía tranquila e incluso divertida.

—¿Qué? ¿Este sitio le trae recuerdos? —preguntó Jonas molesto por el silencio de la mujer.

—Algo así...

—Usted es una despiadada.

—No soy despiadada, soy justa.

—Juliette no merecía todo lo que usted le hizo.

—Si se lo merecía... al igual que Ana y al igual que Vera, chicas impuras y sin ningún temor de Dios.

—Juliette tiene más pureza en su meñique que usted en todo su cuerpo.

Olivia empezó a reír a carcajadas.

—¿Usted cree?

—¡Sí!

—La sucia esa se escapó de su casa con un hombre ¿En serio cree que ella es pura?

—La virginidad no tiene nada que ver con la pureza —Jonas colocó sus manos sobre la mesa de aluminio, sus venas estaban sopladas y sus hombros tensos.

—Siempre era divertido castigar a Juliette, la chica es tan tonta que ni siquiera peleaba... y eso es lo que a usted le gusta, eso es lo que a los hombres como usted le gustan de chicas como ella.

—¿A qué se refiere?

—Buscar tontas sin autoestima ni amor propio para hacerlas sus sumisas y manejarlas a su antojo para que sean lo que ustedes quieren, todos los hombres son así, tóxicos, sucios que buscan ensuciar a los otros por mero gusto y placer.

—Usted no me conoce, señora...

Olivia volvió a reír.

—¿Usted cree que es el único que puede investigar? Señor O'Connor, sé mucho sobre usted.

—Esto no se trata de mí, se trata de usted ¡¿Quién asesinó a Sunny Trent y a Eve Alley?!

—No lo sé...

—¿No lo sabe?

—No... no tengo idea.

—Ocultar información a la policía es un delito, señora.

—Yo no oculto nada y aún si ocultara algo no se lo contaría a usted.

—¿Sabe usted que ya tiene un pie en la cárcel? ¿Qué gana con ser tan dura y renuente?

—El alcalde nunca me dejará en la cárcel, no le conviene.

—¿Es otro tóxico? ¿O no puede insultarlo porque le conviene?

—Señor O'Connor, no luche batallas que no puede ganar —la mujer lo miró de mala manera.

—¿Sabía usted que su mano derecha y empleada es lesbiana? —preguntó el detective tratando de romper la fuerte armadura de indiferencia de la mujer.

—¿Qué?

Y si, lo había conseguido, la mujer cambió su gesto por completo.

—Juliette vio a Jennifer recibiendo sexo oral de una de las internas, una menor de edad...

—¡¿Qué?! —ahora Olivia estaba exaltada.

—Estoy segura de que Jennifer estaría más dispuesta a colaborar con nosotros si no hacemos publica esa información —Jonas tomó asiento frente a ella mostrando tranquilidad—. ¿La mano derecha de la estricta directora Olivia Brown manteniendo relaciones lésbicas con internas menores de edad? La prensa amará ese titular.

El secreto de JulietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora