Dos semanas de incapacidad, un ascenso y una condecoración por parte del alcalde, esa fue la recompensa de Jonas por salvar a la señora Olivia Brown y a las jóvenes del reformatorio, cuando su brazo estuvo completamente curado el alcalde decidió hacer una ceremonia para Jonas, mientras él aguardaba en el sofá de la casa a que Juliette terminara de arreglarse admiraba su brazo ya curado, ser cuidado por Juliette era lo mejor que le pudo pasar en medio de esa situación, ella era tan atenta y dedicada que casi no sintió dolor, incluso para dormir ella cuidaba de que él estuviera cómodo, Juliette los primeros días casi no podía dormir por vigilar que Jonas no se acostara sobre su brazo o lo lastimara accidentalmente, una semana después de eso pudo por fin disfrutar del bello cuerpo de Juliette desnudo sobre él, ese pensamiento lo hacía erizar y sonreír, pudo ver con la luz del sol la expresión de Juliette estallando a causa de un orgasmo y después de eso se prometió a si mismo hacerlo más seguido en las mañanas, solo para verla excitada en todo su esplendor, pero todos esos pensamientos se borraron de su mente cuando Juliette salió de la habitación.
Un hermoso vestido de seda color rojo cubría el cuerpo de Juliette, su cabello estaba alisado y su rostro sutilmente maquillado, pero era perfecta, sus piernas aún temblaban un poco por los tacones pero al menos podía mantener el equilibrio, se acercó a Jonas con una tímida sonrisa, lo observó colocarse de pie y caminar hacia ella con una sonrisa ladeada en su rostro "¿habrá algo más perfecto que esa mujer?" pensó Jonas mientras la estrechaba entre sus brazos.
—Te amo, Juliette.
—Yo también te amo, Jonas —le respondió ella con orgullo y emoción.
—Vamos Jules, si seguimos aquí terminaré quitándote ese vestido.
El pequeño jardín privado en la alcaldía del lugar estaba perfectamente adornado, muchos policías perfectamente vestidos, Sean y Zeke atacando la mesa de dulces, Patrick y Olivia hablando con varios familiares y los meseros repartiendo Champagne, ese era el ambiente en el lugar antes de que Jonas hiciera su aparición junto a su bella compañera, una lluvia de aplausos resonó en el lugar y Juliette admiró con una sonrisa y con el corazón lleno de orgullo como Jonas era bien recibido y saludado por sus compañeros.
—Buenos días, señorita Donovan —habló Patrick colocándose de pie al lado de la joven—, veo que lo suyo con Jonas pudo resolverse —el hombre se deslizó para quedar frente a Juliette—. Me sorprende, teniendo en cuenta como la trató ese día.
—Señor Brown —Juliette le mostró una cálida sonrisa, demostrando que sus palabras no le incomodaron para nada—. Lo que sucedió fue ya hace tiempo y ya las cosas cambiaron entre nosotros, no es necesario mencionarlo.
—¿Qué ha pensado sobre vendernos la tierra de su familia? Mi hermana aún está interesada en ese asunto.
—No al precio que ella me ofrece —le aclaró la joven—. Debe pagar lo justo, no tengo interés de regatear.
—¿Acaso eso es una venganza por lo que mi hermana le hizo?
—No, señor Brown —le aclaró Juliette con tranquilidad—. El rencor no hace parte de mi lista de defectos, es sólo que tengo mejores ofertas y esperaba que la señora Brown la mejorara.
—Entiendo —el hombre borró la sonrisa de su rostro—. Entonces tendremos que organizar nuestras finanzas.
—¿Piensa apoyar al señor Sean en su candidatura o va a volver a lanzarse? —le preguntó Juliette mientras caminaban hacia las mesas.
—No lo apoyaré, pero tampoco volveré a lanzarme —le confesó el hombre observando a Jonas desde el otro lado del lugar—. No se ofenda pero su partido político no es de mi agrado.
—El libre pensamiento es una de las virtudes que los seres humanos podemos disfrutar, señor Brown, y a veces el cambio es bueno.
—Puede que lo sea —la miró con seriedad—. Pero quién sabe si este pueblo esté preparado para eso.
—No lo sabremos hasta que nosotros mismos provoquemos un cambio —le replicó Juliette admirando como Jonas se acercaba a ellos con una sonrisa—. Debería darle ese consejo a su hermana, creo que lo necesita.
—Eso no se lo discutiré —dijo el hombre retrocediendo cuando Jonas se acercó a la joven para darle un beso y marcar territorio frente el ahora divorciado y casi en quiebra alcalde—. Que la pase muy bien en su condecoración, señor O'Connor.
—Gracias, señor Brown —le contestó Jonas con una sonrisa mientras atraía a Juliette hacia él para abrazarla con fuerza.
Mientras Juliette era divertidamente interrogada por los hombres O'Connor Jonas la admiraba de lejos, era increíble como ella podía manejarlos, literalmente solo tenía que sonreír para domar a los hombres que lo criaron y lo volvieron un hombre duro y lleno de orgullo "el efecto Juliette" lo llamaba, el poder de convencer y agradar al mundo con una sonrisa tierna y calurosa, lograr con pureza y amabilidad lo que muchas mujeres conseguían con ruines encantos y trucos baratos aprendidos en telenovelas, ese era "el efecto Juliette", Jonas solo podía imaginar distintas maneras de como y donde quitarle ese vestido a Juliette hasta que la señora Olivia apareció frente a él cortando su inspiración.
—Veo que usted y Juliette solucionaron sus problemas —dijo la mujer con algo de molestia.
—¿Tenía dudas de eso? —preguntó Jonas sarcástico.
—Ciertamente pensé que ella sería algo pasajero para usted.
—Para nada ¿Cree que hubiera sacrificado tanto por algo pasajero? Mi puesto, mi orgullo y la confianza de todos estuvieron en juego cuando la liberé de usted.
—No lo culpo —murmuró la mujer acercándose—. Ese es su efecto, ese fue su castigo de Dios.
—¿Disculpe?
—La belleza de Juliette, ese fue un castigo de Dios —la mujer se colocó al lado del detective—, muchas personas piensan que la belleza es una virtud y un lujo, pero en realidad la belleza es un castigo, su belleza la ha metido en problemas a lo largo de la vida, su belleza provocó enloquecer a un hombre hasta el punto de alejarla de su casa y de su familia, su belleza provocó el odio por parte de sus compañeras en el internado incluyéndome y su belleza provocó que un hombre tan serio y respetado como usted pusiera en riesgo su trabajo, que es casi como su vida, solo para rescatarla —la mujer se acercó más al detective, al punto en que sus hombros se tocaron—. Usted no se imagina la enorme piedra que lleva a cuestas esa mujer solo por su bonito rostro.
—No se preocupe, señora Brown —jonas habló con tranquilidad alejándose de ella—. Yo me encargaré de liberarla de cualquier peso o castigo de la vida, ella será feliz.
—Eso espero señor O'Connor, sé que sonará raro de mi parte pero se lo merece, ahora me retiro, debo ver a quien de estos avarientos le venderé ese edificio maldito y sucio.
Jonas observó a la mujer acercarse a su hermano y a un grupo de personas, después observó de nuevo a Juliette, la mujer estaba metiendo un cupcake a su boca, Jonas tragó saliva y recibió una copa de Champagne y rápidamente se paso el liquido por la garganta, debía relajarse a como dé lugar, no quería recibir su medalla con su miembro duro como una piedra por imaginar cosas indebidas con Juliette.
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El secreto de Juliette
Mystery / ThrillerUn asesinato ha ocurrido en el reformatorio para jóvenes rebeldes de Scottwon, ningún testigo, casi ninguna prueba y ningún sospechoso posible meterán en una encrucijada a el detective Jonas O'Connor, quien tendrá que desentrañar los secretos del "m...