Capítulo 11: Para ustedes de moi.

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Me encontraba mirándome al espejo. El vestido que Valentino me había regalado era un espectáculo. Aquella prenda encajaba perfectamente con mi forma de cuerpo. No es que yo fuera modelo como Cassandra, pero el vestido hacía justicia a mi forma. Se amoldaba perfectamente a mi cintura y quedaba suelto de la parte baja. De la cintura para arriba era de una tela repleta de diamantes swarovski. Me gustaba la espalda, era una espalda baja con una cinta que la cruzaba. En general, el vestido era una belleza.  Opté por un peinado recogido sencillo, los estilistas hicieron su magia y agregaron un broche en el cabello. El broche era originalmente de ropa, pero no sé que brujería hicieron los estilistas para poder ponerlo en mi cabello.
Usé unos pendientes largos de diamante, los había comprado hace poco y no los había usado. Para el calzado utilicé unos tacos de 10 centímetros.
La estilista estaba retocando algunos tirabuzones que se resignaban a quedarse en su lugar. Cuando acabó agradecí.

-Te ves demasiado bella, ____-suspiró admirando su trabajo.

-Es porque tú me arreglaste- musité.

-No seas boba, tu familia es muy guapa, son genes bendecidos- rió.

-Tal vez- repliqué y sonreí.

-Bien, mi trabajo terminó, iré a ver a tus chicos, ____. Están muy guapos- guiñó su ojo azul zafiro.

-¡No son mis novios!-mascullé-son mis amigos.

-Lo que te haga dormir por las noches, nena.-concluyó cerrando su maleta de maquillaje para salir de la habitación del hotel.
Reí por lo bajo ante su comentario. María era la estilista de la familia. Siempre nos ayudaba con la vestimenta, maquillaje y peinado. Tenía ya como 15 años de trabajar con mi madre.

El hotel en el que nos habíamos hospedado era de la familia Alcott. Cass había logrado que nos reservaran las majores habitaciones. Si hablamos de decoración, atención al cliente y buenas vistas, este hotel sin duda alguna era el ganador. La vista era lo que más me importaba, desde mi ventana podía ver el imponente Big Ben. Londres siempre había sido uno de mis lugares favoritos. Me quedé anonada de la belleza de la ciudad cuando de repente recordé el evento.

-Charlotte-llamé y di media vuelta para verla.

-Diga, Señorita Monnett-respondió rápidamente.

-Ay, deja las formalidades, me siento como si tuviese 50-bromeé y la chica rió.

-No estoy acostumbrada a trabajar con personas tan importantes-admitió algo tímida.

-Tonterías, no soy tan importante, pero acostumbrate, eres muy buena en esto de ser asistente. Te recomendaré a alguien más importante.- comenté pero la chica no dijo nada.

-¿Los chicos ya están listos? - pregunté.

-Según mi horario, el equipo de María debe estar terminando con ellos.

-Perfecto, tengo que ver a Cass antes de la pasarela. Necesito que los chicos terminen en los próximos 20 minutos.

-Así será, con permiso, ____- aseguró y salió casi corriendo de mi habitación.
Charlotte era muy buena, hace unos 4 días había empezado a trabajar para mí. ¿Por qué? Buena pregunta, les cuento.

[[Flashback]]

Había pasado una semana de aquel incidente. Me había quedado dormida en casa de los chicos. Sentí vergüenza tremenda cuando me levanté. Estaba durmiendo entre Namjoon y Suga y que conste, ese no era el punto más alto de mi vergüenza. El punto más alto fue cuando vi que estaba abrazando al chico de cabello platinado. Seguramente, Suga no se había percatado de la posición tan comprometedora en la que nos habíamos quedado puesto que estaba dormido.

Una Amistad de Casualidad ||BTS y ___||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora