Una Amistad de Casualidad ||BTS y ___||

Capítulo 2: Conociendo a BTS.

Al entrar a la mansión, los chicos me pidieron que me quitara los zapatos y me pusiera unas sandalias que tenían en unas canastas. Dejé mi tenis a un lado y tomé unas sandalias azul cielo. Al terminar seguí a los chicos a la sala de estar. Era una completa belleza. Techos altos, muchas ventanas, unos candelabros muy elegantes, paredes en un azul cielo con algunas paredes de ladrillo, muchas fotos de ellos juntos, un espectaculo. Al centro de la pared que observas al entrar hay un cuadro enorme, en él, están los siete chicos, todos vestidos de una manera muy elegante. No había terminado de contemplar la casa cuando Jin me llamó.

-¿___?- llamó Jin suavemente.

-¿Qué sucede?- pregunté.

-¿No vienes?-preguntó.

-¡Sí, sí! Justo iba para allá. Tienen una hermosa casa. -dije algo emocionada. Jin sonrió.

-Es una linda casa.- habló con tranquilidad. - Vamos a la cocina, iré a preparar el desayuno.- Jin caminó hacia una puerta. La cual asumí que era la de la cocina.

Entramos. Si la sala de estar era una hermosura, ni hablemos de la cocina. Era tan grande, tan limpia, tan bella que les prometo, que hasta dan ganas de cocinar 24/7 en ella.

-¡Qué cocina tan gigante!- dije mientras reía un poco.

-Lo es. Justo así la escogí. Me gustan las cocinas grandes.- dijo mientras sacaba los materiales para el desayuno. -Hay mucho espacio para trabajar, más cuando hay 7 personas en una casa. Las cantidades de comida son grandes.- dijo y se volteó a verme. -¿Te gustan los hotcakes?-preguntó. Yo solo asentí y luego le sonreí. Él me sonrió de regreso. Tomé asiento en una de las sillas de la isla.

-¿Qué receta usarás, Jin?- pregunté algo tímida.

-Usaré una receta vieja. Leche, huevos, azucar, vinagre, polvo para hornear, bicarbonato, sal y otras cosillas.-dijo mientras sacaba los ingredientes. Viéndolo bien, Jin sería un esposo muy bueno, es atento, amable, sabe cocinar, es guapo, alto, es...

-___.- dijo Jin. .¿Te gusta el jugo de naranja?- inquirió.

-Sí, sí me gusta.- dije sonriendo. Mi mente se estaba riéndo de mí, estaba hablando de un chico que conocí hace menos de una hora.

En lo que me di cuenta, Jin ya tenía lista la masa. Era muy habilidoso en la cocina. Mintras él cocinaba, fui a ver que hacían los otros chicos. Estaban riéndo, gritando, y haciendo chistes. Seguí sus voces. Me guiaron a un cuarto. Toqué la puerta y del otro lado solo escuché un ''Pase'' acompañado de risas. Entré.

-Hola chicos.- les dije sonriéndo. Era una habitación de juegos. Estaba súper cool. Era estilo arcade, había una mesa de pool, y otros juegos. Los chicos estaban jugando pool.

-¡JA, JA te gané otra vez, Tae. Ya rindanse chicos!- exclamó Suga.

-Blablablablabla.-dijo Jungkook con una cara de fastidiado. -Solo ganas porque casi no sabemos jugar. ___, ¿tú puedes jugar? -me preguntó Kookie.

-Sí, ¿puedo jugar una mesa?-pregunté.

-¡Uhhhhhhh! ¡Competencia, competencia, competencia!- exclamaron todos.

-¿Sabes? Me dicen San Bueno, comienza tú, arma el triangulo.- dijo Suga sonriendome. Tomé el triangulo de madera y lo coloqué en la mesa, puse todas las bolas dentro del triangulo, luego las mezclé un poco. Proseguí quitando el triangulo. Sin presumir ni nada, pero soy muy buena en pool. Mi padre me enseñó cuando estaba pequeña. Tenemos una mesa de pool. Juego siempre que voy a la casa de mis padres. Me puse el guante. Me acerqué a tomar un taco. Escogí uno dorado con unas rosas. Estaban pintadas, si no me equivoco. Tomé la tiza y la puse en el casquillo. Coloqué la bola blanca al otro extremo de la mesa. Y así di mi primer golpe. Entroné una bola lisa, la 4 para ser más exacta, seguí entronerando bolas, entroné 5 hasta que perdí mi turno con un mal golpe a la bola 7. Era el turno de Suga, le tocaban las bolas rayadas. Era muy bueno, debía admitirlo, entronó dos bolas de un solo toque. Siguió jugando, entroneró la 15, la 12, la 14, la 9, la 10, y la última fue la 11. Perdió porque a su último tiro, no tocó ni una de las bolas. Me tocaba mover a cualquier posición. Coloqué tiza en la punta del taco. Obviamente me fui por la más fácil, en este caso sería la 1, di el toque y entroné la bola. Puse más tiza en el casquillo, soplé para quitar el exceso de tiza. Seguí con la 7 y la 3. Lo logré, solo me quedaba la 8 era mi momento de ganar. Busqué la dirección y pegué, calculé mal el angulo. La bola no entró. Era turno de Suga. Llenó de tiza su casquillo y prosiguió. LLegamos a un punto en el que solo quedaba la bola 8 y era mi turno.