Capítulo 4

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Por alguna extraña razón Frank sintió una punzada en el pecho al oír la palabra esposo. ¿Pero a él que le importaba? no era asunto suyo. Luego de aquella pequeña charla en el hospital, decidió irse a pie a su casa. Quedaba algo lejos pero eso no importaba porque él no se sentía listo para abordar otro automóvil luego de lo que vivió.

Una vez que llegó a su casa se quedó parado delante la puerta un largo rato, con la duda de si entrar o no.

Se le hacía difícil ya que tenía un millón de recuerdos allí y apenas habían pasado dos semanas desde que su familia no estaba a su lado. ¿Qué haría él en aquella casa? Seguramente se encerraría en su cuarto y lloraría hasta dormirse. Suspiró y sin poder evitarlo ya estaba llorando de nuevo, aún no había entrado a su hogar, pero ahora ya no tenía muchas ganas de hacerlo. Sintió dolores en su pecho y algo en el corazón, sufrimiento. Él tenía tristeza y culpa... Mucha culpa.

Se arrepentía en aquellos años de adolescencia en donde había hecho sufrir tanto a sus padres. Se apoyó en su puerta y poco a poco se deslizó hasta quedar sentado en el suelo, llorando por todo el dolor que aún no desaparecía. La gente que pasaba lo miraban extraño. Probablemente Frank si no se sintiera tan mal les hubiera insultado y sacado el dedo medio pero ahora sentía que estaba tan devastado, tan decaído que le importó una mierda las personas que lo mirasen, ¿Acaso nunca habían visto a alguien llorar?, ¿O acaso nunca habían llorado? Gente metida.

Frank estaba sentado en la Sala esperando a sus padres, quienes tenían una buena noticia que darle. Miró el reloj por séptima vez y se dió cuenta que llevaba más de diez minutos allí, simplemente estaba nervioso y tal vez algo ansioso. ¿Cuál será la buena noticia? Suspiró algo cansado y comenzó a jugar con los dedos de sus manos por los nervios.

Frankie... — Dijo su madre con una sonrisa entrando a la Sala junto a su padre. El nombrado la miró curioso y los siguió con la mirada hasta que ambos padres se sentaron delante suyo en el sofá individual, su madre, Linda, estaba en las piernas de su padre, ambos con una enorme sonrisa en sus rostros — Tu padre y yo tenemos... — Comenzó a hablar con una sonrisa — Tenemos una noticia que darte.

— Me alegra que no sea para castigarme — Contestó de mala gana Frank. Su madre hizo una risita y miró a los ojos a su amado, quien se veía muy feliz — No quiero ver como se miran ni sonríen de forma rara, así que vayan al grano.

Okay. Hace algunos días atrás tu madre no se sentía muy bien, así que fuimos al hospital y...

— Espera — Interrumpió Frank. — ¿Quieres decirme que mamá no se sentía bien y por eso estás feliz? — Ambos padres rieron al unísono mientras Frank los veía realmente confundido, no entendía absolutamente nada.

— No, Frank. Lo que quiero decirte es que cuando fuimos le diagnosticaron que tenía un embarazo de tres meses — Y Frank se quedó sin palabras al oír aquello. ¿Iba a tener un hermano? Él siempre pensó que sería hijo único, jamás se imaginó a sus padres teniendo... A sus padres intentándolo nuevamente. Ellos hace unos años atrás querían un bebé y en una conversación que tuvieron a la medianoche Frank los escuchó. Ahora que oía las buenas noticias no sabía cómo sentirse. ¿Feliz quizás? simplemente no sabía cómo ponerse. Él pensaba que ahora toda la atención que le daban a él se la darían al nuevo bebé. Pensaba que lo dejarían de lado o que lo echarían de la casa por ser un niño problemático en su escuela, ya que se peleaba con casi todos sus compañeritos. Él pensaba que estaba bien que ellos tuvieran otro bebé. Quizás traería alegría a la enorme casa y así sus padres no estarían tristes todo el jodido tiempo, quizás era la oportunidad para cambiar de rutina y tal vez de conducta. Ser hermano mayor no está tan mal después de todo, ¿no?

Bulletproof heart •Frerard•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora