— Te dije que no veía nada bueno en ese chico, yo te lo dije — Seguía hablando Bob, mientras Frank sólo se limitaba a sollozar sentado en el sofá, poniendo ambas manos sobre su rostro. El llanto de Frank hizo que Bob se acordara de aquella vez que el castaño se enteró que había perdido a su familia. Incluso era peor, mucho peor. Y oírlo llorar de esa manera le rompía el corazón. Puso una mano en su hombro y suspiró algo dolido con la situación.
El tatuado sólo lloraba y lloraba, no sabía hacer otra cosa que eso, y la verdad es que estaba tan mal que no podía hacer de cuenta que nada malo había pasado. Perdió al amor de su vida. O el amor de su vida lo perdió a él. Daba igual, de todas formas no lo tenía a su lado.
— ¿Me dirás lo que te hizo? — Murmuró Bob mirando a su amigo con preocupación. Porque desde que había llegado no mencionó palabra alguna. Frank no respondió a aquello, sólo sollozó con más fuerza, sin sacar las manos de su rostro. — Por favor, Frank. Estoy muy preocupado por ti. Quiero ayudarte — Siguió hablando.
Frank se incorporó en el sofá y miró a su amigo, tenía sus ojos rojos y su corazón roto. Ahora ya no sentía que tuviera motivo alguno para vivir.
Gerard:
Seguía en aquel parque, era de noche y hacía un frío que te congelaba hasta los huesos, pero eso no le importó. Él sólo quería a Frank a su lado. Se sentó y abrazó a sus piernas, y sin poder evitarlo comenzó a llorar con mucha fuerza. ¿Por qué no le dijo antes? ¿Por qué carajos tuvo que pasar esto?
Estaba algo preocupado. Su hermanito debía llegar hace ya seis horas y aún no volvía. Quería que regresase porque Mikey le dijo que cuando volviese a casa verían la película de Batman, su favorita. Estaba ansioso porque el pequeño sabía que esa era su película favorita pero quería esperarlo, no quería verla sin él. Se encontraba mirando el techo, acostado en su cama, con el calor la primavera sofocándolo, odiaba el calor. Bufó algo molesto y se levantó de su cómoda y buena cama para preguntarles a sus padres qué pasaba que Mikey no llegaba, tal vez se haya quedado en la casa de algún amigo. Pero lo dudaba, Mikey cuando iba a casa de alguno de sus amigos primero volvía a la suya y avisaba, era un buen niño. Bajó las escaleras con rapidez y se detuvo antes de bajar por completo al ver a su mamá llorando descontroladamente en los brazos de su padre, quien también tenía algunas lágrimas. No entendía qué es lo que estaba pasando.
Tragó saliva con dificultad y bajó los últimos dos escalones con lentitud, se acercó hasta ellos con paso lento y miró a sus padres con preocupación. Éstos no lo miraron, sólo seguían llorando sin separarse del abrazo, se veían tan destrozados, tan frágiles. Jamás había visto a sus padres así. ¿Le había pasado algo a su abuela Elena? ¿O le había pasado algo a Mikey? Cuando pensó en la segunda opción sus ojos comenzaron a humedecerse, no quería perderlo. Era lo único bueno que tenía en su vida.
— Mamá... Papá... — Dijo algo nervioso y triste, ya se sentía mal por verlos así. Ambos padres se deshicieron del abrazo y lo miraron con sus ojos llenos de lágrimas. La madre de Gerard se levantó del sofá y abrazó a su hijo con mucha fuerza, comenzando a llorar nuevamente. — ¿qué pasó? — Preguntó en un hilo de voz.
— Mikey... — Y ya entendía todo.
Algo malo le había pasado a su hermanito.
— Él... — Su madre quiso seguir hablando pero no pudo, sus sollozos no la dejaban continuar, y entonces Gerard miró a su padre con desesperación esperando una maldita respuesta.
— Tu hermanito se fue — Dijo su padre limpiando las lágrimas que bajaban de sus ojos, pero fue en vano porque siguieron cayendo más — No va a volver, Gee — Y el nombrado partió en llanto al oír aquello.
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Bulletproof heart •Frerard•
FanfictionFrank despierta en el hospital luego de un terrible accidente que sufrió junto a su familia. Gerard es quien cuida de él el tiempo en el que se encuentra allí. Ambos jóvenes sufren mucho por diferentes motivos, pero con el tiempo se dan cuenta que t...