Bulletproof heart •Frerard•

Capítulo 27

— ¿Qué?— Dijo el mayor algo confundido y también temeroso. ¿Se estaba muriendo? ¿pero cómo? Mikey acomodó sus lentes y se relamió sus labios para seguir hablando.

— Estás por tener una muerte súbita — Murmuró el joven con seriedad — estás muriendo poco a poco mientras duermes.

— Pero...

— Yo vine hoy, aquí — Señaló el lugar en donde se encontraba — Porque tengo que hacerte esta pregunta — El mayor asintió y limpió sus lágrimas con rapidez antes de que su hermanito hablara — ¿Quieres venir conmigo o quieres volver, Gee?— Preguntó con una pequeña sonrisa.

—Quiero ir contigo — Dijo sin siquiera pensarlo. Abrazó al de lentes con fuerza. Antes, cuando eran pequeños, se abrazaban mucho y jugaban entre ellos todo el tiempo, y pensar en que podrían estar juntos de nuevo lo ponía muy feliz. Pero se tuvo que deshacer del abrazo porque su hermano no lo correspondió — ¿No quieres que vaya contigo?— Dijo el mayor en un hilo de voz, mirándolo con sus ojos lagrimosos.

— Gee — Tomó las manos del mayor y le sonrió como nunca antes — lo que más quiero en este mundo es que vengas conmigo — Podía ver que el menor comenzaba a derramar algunas lágrimas — Pero yo te daré motivos por los cuales tú no debes venir conmigo. El primero de todos y el más importante es que tienes un bebé dentro tuyo, Gee— Puso una mano en el vientre de Gerard, pero lo que más le sorprendió al pelinegro no fue ver ningún enorme vientre allí, sólo su abdomen plano, pero no dijo nada al respecto. Gerard ya era un mar de lágrimas con las palabras de su hermano, realmente no quería morir pero... también quería quedarse con Mikey — El segundo es que... Frank te ama mucho, y tú lo amas mucho a él. Y por esa razón debes volver y estar a su lado para que puedan criar al bebé juntos, siendo felices. El tercero es que Bert está muy enfermo... No se recuperará, pero yo sé que su último deseo es poder ver al bebé nacer, ¿harías eso por él, Gee? Él de verdad ama mucho al bebé, lo siente como de su propia familia...

— ¿Pero qué haré yo sin ti?— Sollozó con fuerza

— Gee... Estuviste muchos años sin mí, y mírate — El de lentes hizo una sonrisa viendo el buen estado físico de su hermano — Estás muy bien, Gee. Yo siempre estaré contigo hermano, siempre.

— ¿Por qué te fuiste? — Lo abrazó con fuerza, llorando en su hombro como nunca lo había hecho en su vida — ¿Por qué tuviste que irte? — La partida de Mikey realmente afectó demasiado a Gerard, en esos tiempos él no se sentía vivo.

— Sé que mi partida te afectó mucho a ti y a mis papás — Dijo en un hilo de voz — No quise irme nunca, Gee. Yo era un niño muy feliz. Éramos amigos, ¿recuerdas? Siempre íbamos al parque y tú me acompañabas para que nada malo me sucediera.

— Pero no pude protegerte — Lloró con tanta fuerza que Mikey se sintió muy mal al verlo en ese estado — No estuve ahí para ayudarte...

— No fue tu culpa, Gee. Tú no tienes la culpa.

— Te hicieron daño y no pude protegerte — Sollozó abrazando con más fuerza a su hermano, no quería que se vaya — No pude ayudarte. Tuviste que vivir esa atrocidad — Y Mikey se deshizo del abrazo, quitando con las yemas de sus dedos las lágrimas de Gerard, las cuales no dejaban de bajar por nada.

— Era mi tiempo de irme, Gee. Ese era el momento.

— Pero tenías doce años — Dijo en un hilo de voz — Doce, Mikey... — el nombrado hizo una pequeña sonrisa y besó con ternura la mejilla de su hermano mayor, quien seguía llorando mucho.

— Yo viví todo lo que tenía que vivir. Fui muy feliz, tuve una infancia muy bonita, Gee. No tienes idea de lo muy linda que fue. A tu lado todo era maravilloso. Fuiste un gran hermano. Recuerdo cuando mis papás me dijeron que tenía que usar lentes, ¿recuerdas?— el mayor asintió sin dejar de llorar, parecía un bebé por como lloraba pero eso poco le importaba en estos momentos — Me sentía tan mal conmigo mismo porque yo sabía que todos en la escuela me discriminarían por eso, y así fue. Entonces viniste tú y me dijiste que no me tenía que importar la opinión de los demás, que lo importante era que me sintiera bien siendo como soy. Además de hacerme llorar de felicidad me hiciste sentir bien, Gee. Y esas cosas no se olvidan. Te quiero mucho, Gerard.