Batallas internas

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En la mesa solo faltaba Tessa, me encontraba un poco incómoda con las miradas furtivas de los varones, claro que Will hacía preguntas sobre cualquier cosa y Lucie estaba entretenida escuchándome explicar algunos nombres en persa. Cuando Tessa llegó, Will le lanzó un comentario sarcástico a su mujer y después pidió disculpas por la broma con un beso en la mejilla.

No estaba acostumbrada a una cena como esta, los Herondale son extremadamente hospitalarios, es imposible sentir que sobras en el lugar, todos conversaban y reían. Antes había sentido que la velada iba a ser más complicada, pero es tremendamente agradable. No podía evitar preguntarse si sería lo mismo, si es que solo fuera la parabatai de Lucie y no la prometida de James. No nos dimos ni cuenta y ya estábamos disfrutando del postre, que al parecer tenía una segunda parte.

Al terminar, todos nos dirigimos al lado de la chimenea en la biblioteca. Lucie me explicaba la situación como si estuviéramos en una importante misión, sus padres eran muy buenos con la literatura así que a veces hacían estas reuniones familiares en donde se sentaban al lado del fuego con la "segunda parte del postre", como se lo dijo Matthew a Tessa (esta le había jugado una broma diciéndole que se le habían quemado unos panecillos dulces).

- ¿Qué quieren que les lea? - dijo Will, dirigiendo la mirada a Cordelia.

- Cualquier cosa tío Will, solo no cantes otra vez la canción de la "viruela demoniaca", ya está muy pasado de moda- dijo Matt

- Llevo 25 años escuchándola, y a veces me pregunto porque sigo con él, pensé que después del libro pararía...-Tessa puso cara de tragedia, pero al ver a su esposo, se devolvieron una mirada con un mensaje oculto.

- Charlotte me hacía callar y luego suspiraba, mientras Jem y Tessa me miraban con mala cara- murmuró Will.

- Creo que fueron muy condescendiente contigo, papá-dijo James con Lucie asintiendo al lado.

- Yo estoy seguro de que Cordelia estaría encantada de escuchar la canción

- Bueno, yo creo que una vez más y para empezar la velada no estaría mal ¿o sí?

Will estaba encantado con su futura nuera, por otro lado, Tessa estaba contenta de ver a sus hijos felices y aun jugando. La velada fue muy agradable y familiar, hasta que llegó la media noche y fuimos a nuestros respectivos dormitorios.

Ya estaba en camisola yendo al baño de la habitación a peinar mi cabello, hasta que golpearon la puerta, pensó que era Lucie, pero se encontró con Matt y una cara muy seria - ¿puedo pasar? Se que no es apropiado, pero dudo que alguien lo note y es solo un segundo.

- Claro Matthew ¿Qué sucede? ¿esta todo bien? ¿James? - al decir este último nombre había ido a tomar la espada inconscientemente.

- Ehh ... - bajo un poco la mirada- no, es solo que pensé que me estabas evitando, estaba preocupado.

- No, por el ángel, ¿por qué estaría enojada contigo? Tu has sido una persona demasiado buena conmigo, acaso ¿has hablado con James? - lo miró cautelosamente

- No, y tu ¿estas bien con todo esto? - levantó los ojos hasta mirarla directamente a los ojos.

- Bueno no es como que tenga mucha opción y supongo que sería parecido sí solos hubiese sido parabatai de Lucie- sonrió y le tocó la mejilla- esta todo bien. Te quería pedir un favor ¿podrías acompañarme a la prueba del vestido? No es la gran cosa, pero creo que podrías ayudarme a que Magnus, Lucie y mi madre no se sobrepasen con los adornos en el vestido, yo solo quiero algo sencillo.

La petición hizo doler el pecho de Matt, pero asintió y le dijo que le diría inmediatamente cuando se viera fea.

- Gracias, al fin alguien de confianza- se rieron los dos -creo que será mejor que vayas a dormir, demos un paseo estos días

- De acuerdo, hermosa- y salió rápidamente

Luego de esto no paso mucho tiempo y James tocó su puerta, él no pidió permiso, solo entro y se acostó en la cama, no entiendo que estaba haciendo.

- ¿Perdón? ¿Qué haces?

- Paso tiempo con mi prometida ¿por qué Matthew entro a tu habitación? - dijo directamente.

- Nada, el solo pensaba que estaba molesta con él – dijo confundida.

- A ti... ¿te gusta él? ¿Matt? - Cordelia lo miro aun mas confundida, pero luego se molestó, ella era una persona independiente y él tenía a Grace, no tenia derecha a mostrar señal alguna de monopolio.

- Creo que deberías preguntarle a tu parabatai- titubeo, pero lo dijo- por mí, a ti no te concierne, tu ya tienes a Grace.

- Mmm, tienes razón- se paró a mi lado mirando al frente- pero me importa, no entiendo que es lo que pasa conmigo, pero siento cosas por ti. - Giró la cabeza y yo, quedamos frente a frente- Se que Matt, siente cosas por ti, yo lo siento y me contó todo sobre su madre.

- Lo sé, no me lo dijo, pero no ha sacado nada de alcohol durante la noche. -estaba confundida, se sentía rota desde el día de la propuesta- Dios James no sé qué pensar no podemos ser Grace y yo. Hablaremos después, ahora necesito descansar.

Lo sacó de la habitación y espero que James se fuera rápido, pero en vez de eso la empujo hacia el marco de la puerta y la beso desesperadamente, y se fue... dejándola más confundida.

Pasaron un par de horas y no podía conciliar el sueño, se levantó y se puso a caminar por los pasillos del instituto con una luz mágica, había una habitación con la puerta abierta y la luz estaba encendida. Se acercó con cuidado y se encontró con la figura de Matthew recostada mirando hacia el techo y respirando.

-Parece que ya puedes respirar mejor- lo tomó por sorpresa.

- Cordelia ¿estás bien? ¿paso algo con James o algo? - le decía mientras la miraba en su camisola, se le empezó a enrojecer el rostro. Ella al ver su reacción se acercó y alargó su mano a donde se hallaba su corazón, que latía muy rápido. Él le rodeó la muñeca y la cintura con el otro brazo. - ¿Qué quieres de mi Cordelia?

No hubo una respuesta ella acercó sus labios a los del rubio, besó la comisura de sus labios, y este siempre se sentía estafado, se separaron y mirándose a los ojos, Cordelia se llenó de valentía y lo besó. Un beso dulce, tierno y paciente, pero sabía que no bastaba con eso, Matthew le tomó por las piernas y se las puso alrededor de la cintura, cayeron en la cama besándose y recorriendo sus cuerpos por encima de la ropa. La que podría ser una de mil noches... 





Cordelia y JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora